Otmar Suitner

 La división de Alemania en dos realidades políticas diferentes a partir de 1949 provocó que muchos músicos quedaran indefectiblemente ligados al bloque comunista a lo largo de sus trayectorias artísticas, una circunstancia que les restó la misma fama y popularidad que llegaron a alcanzar otros directores del bloque occidental incluso cuando sus méritos artísticos en absoluto superaban a los de sus colegas germano-orientales. El público occidental supo apreciar en cierta medida el gran trabajo de estos maestros de la antigua Deutsche Demokratische Republik gracias a las grabaciones que, con cuentagotas y a través de los canales de la extinta Checoslovaquia y Hungría, llegaban a los circuitos occidentales. Sin embargo, hubo un director cuyas circunstancias personales le permitieron cruzar la frontera de las dos Alemanias todas las veces que quiso. Otmar Suitner, austríaco de nacimiento y alemán de adopción, había contraído matrimonio con una mujer procedente de la RDA y la pareja decidió quedarse a vivir en Berlín Oriental. Pero Suitner también conoció a una amante residente en Berlín Occidental a la que visitaba con sigilo durante los fines de semana bajo la excusa de sus compromisos artísticos. Su vida fue un acto de equilibrio en un Berlín dividido.

Otmar Suitner nació el 16 de mayo de 1922 en Innsbruck, Austria, e inició sus estudios de piano en el Conservatorio de su ciudad natal bajo la tutela de Fritz Weidlich para posteriormente, en 1940, acceder al Mozarteum de Salzburgo para ampliar su formación pianística con Franz Ledwinka y recibir clases de dirección orquestal por parte de Clemens Krauss. Graduado de sus estudios, Suitner fue nombrado repetidor y director de orquesta en el Teatro Estatal de Innsbruck para posteriormente realizar una exitosa carrera como pianista a lo largo de toda Europa hasta que en 1952 fue nombrado director musical en Remscheid y, a partir de 1957 y hasta 1960, de la Orquesta Filarmónica de Renania-Palatinado en Ludwigshafen en sustitución de Karl Rucht. Al frente de esta formación, Suitner realizó alguna que otra gira por Europa y tuvo la fortuna de acompañar a la mítica Maria Callas en numerosos recitales. Ya en 1960, Suitner fue llamado a hacerse cargo de la titularidad de la Staatskapelle Dresden en relevo de Lovro von Matacic,  permaneciendo en el cargo hasta 1964. Con esta orquesta, Suitner dirigió la representación conmemorativa del cincuentenario del estreno de Der Rosenkavalier. Finalizado su compromiso en Dresde, Suitner fue nombrado director general de música en la Deutsche Staatsoper de Berlín Este, cargo que alternó con repetidas apariciones en el Festival de Bayreuth.

A partir de 1971, Suitner inició una brillante carrera internacional como director operístico que le llevó a actuar en los principales coliseos operísticos de Europa, EEUU y Japón, país este último en donde fue designado director honorario de la Orquesta Sinfónica de la NHK de Tokio. Todas estas giras pudieron realizarse gracias a la mediación de un político poco conocido entonces, Helmut Kohl, quien negoció con las autoridades de la Alemania del Este para que a Suitner se le permitiera dirigir en el extranjero y en Alemania Occidental con regularidad. A partir de 1975, Suitner regresó de nuevo a la Staatsoper de Berlín Este en un segundo período que se prolongó hasta 1990. Suitner alternó dicho cargo con la docencia en la Hochschule fur Müsik und Kunst de Viena hasta que a mediados de la década de los años ochenta empezó a sufrir los primeros síntomas de Parkinson, enfermedad que le obligó a abandonar todo tipo de actividad artística a partir de la década de los años noventa. Finalmente, Otmar Suitner falleció en Berlín el 8 de enero de 2010 a los 87 años de edad.

Arquetipo del director centroeuropeo que basa su carrera en la seriedad y el rigor, Otmar Suitner nunca llegó a acaparar la fama de otros colegas de su generación aunque su trabajo siempre fue reconocido en los círculos musicales internacionales. Músico del todo profesional aunque un tanto frío y distante, Suitner fue un decidido defensor de la literalidad de las obras a ejecutar y un verdadero especialista en la música de Mozart, Dvorak, Wagner y Richard Strauss, mostrándose también como uno de los mejores intérpretes de su época de las polkas y valses de la familia Strauss. Sus versiones gozaron siempre de una gran claridad y transparencia. Su trabajo en la antigua RDA tal vez le perjudicó un tanto a la hora de cimentar su fama y prestigio, llegando a ser un director del todo solvente pero injustamente infravalorado. Asiduo de los estudios de grabación, tal vez lo mejor de Suitner se encuentre en su legado discográfico. Muy pocos saben que el primer ciclo sinfónico de Beethoven publicado en formato CD fue el debido a Otmar Suitner al frente de la Staaskapelle de Berlín. Desgraciadamente, la enfermedad del Parkinson cortó de raíz un proyecto discográfico en los nuevos soportes que se presumía más que interesante. Además, los últimos veinte años de total inactividad como consecuencia de su enfermedad hicieron que su nombre cayera en un cierto olvido del que, afortunadamente, se va rehabilitando día a día en la actualidad. En abril de 1989, Suitner dirigió un par de conciertos de abono a la Orquesta Nacional de España en el Auditorio Nacional de Música de Madrid con resultados ciertamente decepcionantes. No supimos entonces que el maestro Suitner estaba ya afectado de la triste enfermedad que un año después provocó su total retirada de los escenarios.

De entre la producción discográfica debida a Otmar Suitner podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): La integral sinfónica de Beethoven dirigiendo la Staaskapelle de Berlín (DENON 85063 a 85068); la integral sinfónica de Brahms dirigiendo la Staatskapelle de Berlín (BERLIN CLASSICS 1350 — integral en 3 CD´s); Sinfonías nº7 y 8 de Bruckner dirigiendo a la Staatskapelle de Berlín (BERLIN CLASSICS 116326); Einstein de Dessau, junto a Süss, Adam y Schreier, y dirigiendo la Staatskapelle de Berlín (BERLIN CLASSICS 9109); Concierto para violín nº1 de Haydn, junto a Karl Suske y dirigiendo la Staatskapelle de Berlín (FONTANA 894046); Hänsel y Gretel de Humperdinck, junto a Adam, Hoff, Schreier y Springer, y dirigiendo la Staatskapelle Dresden (BERLIN CLASSICS 184182); selección de Serenatas de Mozart dirigiendo la Staatskapelle Dresden (BERLIN CLASSICS 442); La flauta mágica de Mozart, junto a Kuhse, Leib, Schreier y Vogel, y dirigiendo la Staatskapelle Dresden (SONY 32240); Palestrina de Pfitzner, junto a Schreier, Lorenz, Nossek y Süss, y dirigiendo la Staatskapelle de Berlín (BERLIN CLASSICS 1001); Alfonso y Estrella de Schubert, junto a Adam, Prey, Mathis y Fischer-Dieskau, y dirigiendo la Staatskapelle de Berlín (BERLIN CLASSICS 2156); y, finalmente, Tannhäuser de Wagner, junto a Talvela, Ericson, Rysanek y Wächter, y dirigiendo la Orquesta del Festival de Bayreuth (MELODRAM 10050). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.