Samuel Samosud

 El 5 de marzo de 1942, en plena ofensiva alemana sobre territorio soviético, tuvo lugar el histórico estreno en Kuibishev de la obra, tal vez, más emblemática del compositor ruso Dmitri Shostakovich: la Sinfonía nº7 conocida como Leningrado. El director encargado de dirigir la orquesta en esos dramáticos momentos — la Orquesta del Teatro Bolshoi, evacuada en Kuibishev durante el conflicto — era un personaje admirado por Shostakovich hasta el punto de haberle definido como el supremo intérprete de sus trabajos operísticos, incluyendo la polémica ópera Lady Macbeth con la que Shostakovich cayó en desgracia a los esquizofrénicos ojos de las autoridades soviéticas. Sin embargo, algo extraño hubo de suceder tras la primera ejecución pública de la Sinfonía nº7, puesto que Shostakovich declaró su disgusto con el director en cuestión, un hombre que ya no le inspiraba ninguna confianza. (En realidad, Shostakovich deseaba que dicho estreno fuese llevado a cabo por Mravinski y la Filarmónica de Leningrado, coyuntura imposible del todo al haber sido ambos evacuados a Siberia). Aquel maestro se llamaba Samuil Samosud y no sólo ha pasado a la historia de la dirección por ser el encargado de ejecutar aquel trascendente estreno, sino además por plantar los cimientos de lo que con el tiempo sería una de las dos mejores orquestas rusas de siempre, la Orquesta Filarmónica de Moscú.

Samuil Abramovich Samosud nació el 14 de mayo de 1884 en Tbilisi, Georgia, y comenzó los estudios de violoncelo en el Conservatorio de dicha ciudad, graduándose en 1906. Posteriormente, acudió a París para perfeccionar su formación bajo la tutela de Pau Casals, Vincent D´Indy y Édouard Colonne. De vuelta a Rusia, Samosud ejerció como violoncelista en diversas formaciones hasta que en 1917 comenzó a colaborar como director en el Teatro Mariinski de San Petersburgo. Un año después, y en medio de las agitadas fechas de la Revolución Soviética, Samosud es nombrado director del Teatro Maly de la misma ciudad, renombrada en dichas fechas como Leningrado. En dicho puesto permaneció hasta 1936 y durante aquel período llevó a cabo una labor muy comprometida con las obras de los compositores rusos, llegando a ser conocido el teatro como el laboratorio de la ópera soviética. Allí tuvo la oportunidad de estrenar obras de autores como Shostakovich y Dzerzhinski al tiempo que alternó dicha actividad con la docencia en el Conservatorio. (De hecho, el Conservatorio de San Petersburgo sigue representando en la actualidad a la escuela nacional rusa en contraposición al Conservatorio de Moscú, más enfocado a un estilo europeo e internacional). En 1936, la carrera de Samosud tomó un gran impulso al ser nombrado director principal del Teatro Bolshoi de Moscú.

En Moscú, Samosud prosiguió con su política de dar a conocer la obra de los autores más modernos, cuestión  que finalmente terminó por provocar su abrupto cese en 1943 como director del Bolshoi. (Conviene recordar que las dramáticas circunstancias políticas y bélicas de aquellos años no coadyuvaban en absoluto a una pretendida estabilidad profesional). Tras su salida del Bolshoi, Samosud colaboró como director principal en el Teatro Stanislavski de Moscú, convirtiéndose en uno de los intérpretes de confianza de Prokofiev tras los problemas surgidos anteriormente con Shostakovich. Ya en 1951, Samosud fue requerido para crear una nueva orquesta bajo el patrocinio de la Radiodifusión de la Unión Soviética. Dos años después, en 1953, esa formación sería rebautizada como Orquesta Filarmónica de Moscú y con el tiempo llegaría a convertirse en la máxima rival de la orquesta sinfónica por excelencia de la URSS, la Orquesta Filarmónica de Leningrado. Samosud permaneció como titular hasta 1957, año en el que el gobierno soviético le ordenó ponerse al frente de una nueva formación, la Orquesta Sinfónica del Ministerio de Cultura de la URSS. Galardonado con el Premio Stalin hasta en tres ocasiones, Samosud sufrió una parálisis que le impidió seguir dirigiendo con regularidad durante los últimos años de su vida. Finalmente, Samosud falleció el 6 de noviembre de 1964 en Moscú.

Aunque hoy en día su nombre pasa casi desapercibido para los aficionados, Samuil Samosud fue durante más de medio siglo una de las grandes figuras de la dirección orquestal rusa. Especializado sobremanera en el repertorio lírico, Samosud destacó por su absoluto y total compromiso con la música de su tiempo. Considerado un director afecto al régimen soviético, no obstante Samosud se vio perjudicado en su trayectoria por su nula proyección exterior en una época dominada por el más férreo absolutismo estalinista. Sólo mediante su producción discográfica (generalmente para el sello MELODYA) adivinamos que Samosud fue un director dinámico y enérgico que evitaba cualquier tipo de decaimiento en sus interpretaciones. Con un repertorio basado especialmente en la música rusa, su figura se vio un tanto oscurecida por la de Mravinski y sus filarmónicos de Leningrado, verdadero buque insignia cultural del régimen soviético. Con todo, Samosud nos ha dejado un legado discográfico del todo interesante para entender las características de la más pura escuela de dirección rusa.

De entre la producción discográfica debida a Samuil Samosud podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Iolanta de Chaikovski, junto a Bougaski y Batorin, y dirigiendo la Orquesta del Teatro Bolshoi (referencia desconocida); fragmentos de Ruslán y Ludmila de Glinka, junto a Mark Reizen y dirigiendo la Orquesta del Teatro Bolshoi (PREISER 89059); Vals de la Suite Mascarade de Khachaturian dirigiendo la Orquesta de la Radio de la URSS (referencia desconocida); Alexander Nevski de Prokofiev, junto a Legostayeva y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Moscú (MELODYA D02173); fragmentos de El templo de las nieves de Rimski-Korsakov, junto a Alexander Pigorov y dirigiendo la Orquesta del Teatro Bolshoi (HAFG 10188); La italiana en Argel de Rossini, junto a Dolukhanova, Nikitin, Abramov y Zakharov, y dirigiendo la Orquesta de la Radio de la URSS (GALA referencia desconocida); Concierto para piano nº1 de Shostakovich, junto al propio Shostakovich y dirigiendo a solistas del Conservatorio de Moscú (MELODYA 26969); y, finalmente, fragmentos de Lohengrin de Wagner dirigiendo la Orquesta de la Radio de la URSS (PREISER 89963). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.