En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar la extraordinaria obertura de Euryanthe del compositor Carl Maria von Weber. En el vídeo no se aludía a ninguna versión aunque el autor del mismo me contestó con gran amabilidad que se trata de Herbert von Karajan dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Berlín, grabación que se encuentra disponible en el sello Deutsche Grammophon (Ref 419070). La obertura está organizada en forma de sonata con dos temas principales: Una introducción brillante y festiva en la que resuena un tema de marcha antes de que los instrumentos de viento expongan un motivo más sosegado y poético. Después de esta exposición unos amenazantes acordes de los metales conducen al silencio. En el desarrollo central, los violines con sordina, a los que se unen las violas en trémolo a partir del séptimo compás, inician una larga y misteriosa frase. A continuación, un potente pasaje en fuga que comienza en la cuerda grave y va extendiéndose hacia el resto de las secciones orquestales nos va devolviendo al festivo ambiente del comienzo. En la recapitulación, los dos temas principales se unen en una especie de himno jubiloso. Una verdadera joya compositiva esta obertura. Sin embargo, la ópera Euryanthe, estrenada en Viena en 1823, supuso un sonadísimo fracaso pese a que presenta una música ciertamente extraordinaria.
Si por regla general se viene admitiendo que el Romanticismo comenzó una vez empezado el siglo XIX, el Sturm und Drang hace que haya que adelantar su nacimiento medio siglo antes en el área germánica. Goethe fue un claro ejemplo de puente entre épocas aunque tal vez sea Herder el caso más paradigmático del pensamiento del Sturm und Drang. Sería un error considerar a Herder como un romántico en sentido estricto aunque su obra contenga ciertos componentes de este movimiento. El máximo autor teatral del momento fue Schiller, un escritor ciertamente influido por Rousseau. Pronto la ópera, totalmente muerta en Alemania desde los tiempos de Gluck, se suma al movimiento de transición por medio de Ernst Hoffmann (1776-1822), autor de Ondine, una ópera que introduce el tema fantástico de tintes románticos que va a preparar el terreno a Von Weber. También podríamos señalar a Ludwig Spohr (1784-1859) autor de Fausto — basada en una leyenda anterior a la inmortal obra de Goethe — y de Jessonda, óperas que bajo ningún concepto se pueden considerar como plenamente románticas, sino más bien como herederas de Mozart. El más importante de los compositores alemanes de la época de transición entre el Clasicismo y el Romanticismo fue Carl Maria von Weber, el verdadero CREADOR DE LA ÓPERA ROMÁNTICA ALEMANA. En la actualidad, su figura sigue sin ocupar el privilegiado nivel de importancia que sin duda merece y en muchos manuales de Historia de la Música Carl Maria von Weber se ve injustamente postergado a unas meros renglones que reducen a lo más mínimo su vida y obra.
Carl Maria Friedrich Ernst von Weber nació en Eutin, región de Holstein, el 18 ó 19 de noviembre de 1786 (Sabemos con certeza que fue bautizado el día 20). Hijo de un director y empresario de teatro itinerante, inició sus estudios musicales con su hermanastro Fridolin von Weber y posteriormente con Michael Haydn en Salzburgo y Johann Evangelist Wallishauser en Munich. Durante 1803 y 1804 amplía su formación en Viena con el abad Vogler y un año después consigue el puesto de director de orquesta en el teatro de Breslau, cargo que abandona en 1806 para ocupar el puesto de intendente de música en la corte del duque Eugenio de Wurtemberg en Karlsruhe. Un año más tarde, Von Weber ejerce cono secretario y maestro de música del duque Luis de Wurtemberg en Stuttgart aunque un turbio asunto en el que se vio envuelto su padre le obligó a abandonar la región en 1810. Tras un breve paso por Mannheim, se instala en Darmstadt y funda junto con Gänsbacher y Meyerbeer el efímero Harmonischer Verein. En Frankfurt conoce a quien será su futura esposa, la cantante Carolina Brandt, y a principios de 1811 inicia una exitosa carrera como concertista que le llevará por las principales ciudades alemanas. De 1813 a 1816 ejerce como director de ópera en Praga para antes de finalizar ese año hacerse con el puesto de director musical de la nueva Ópera de Dresde al tiempo que es nombrado kapellmeister vitalicio de la corte. En 1821 obtiene un arrollador éxito con el estreno de El cazador furtivo en Berlín, su gran obra maestra y la pieza que marca el inicio de la ópera romántica alemana (Contra lo que se pueda imaginar no era en Dresde donde se representaban sus óperas, sino en Berlín y Viena. Oberon se estrenó en el Covent Garden de Londres el 12 de abril de 1826). Gravemente enfermo como consecuencia de una tuberculosis, Von Weber parte para Inglaterra, vía París, para asistir al estreno de la ópera. Unos meses más tarde, el 5 de junio de 1826, fallece en Londres. 18 años más tarde Richard Wagner se ocupó personalmente de organizar el traslado de sus restos mortales a Dresde, en donde recibieron solemnes exequias.
Mientras que la primera ópera de Von Weber — Peter Schmoll y sus vecinos — aún adolecía de un estilo un tanto convencional que unía el singspiel y la ópera cómica, su estilo personal se mostró por primera vez en Silvana y posteriormente en Abu Hassan. Con El cazador furtivo desarrolló el lenguaje simbólico del romanticismo para darle unas dimensiones más amplias y populares. Von Weber fue uno de esos compositores cuya influencia en su época fue mucho mayor de lo que sugieren las obras que de él nos han llegado. Fue el auténtico pionero del drama musical alemán, adaptando las ideas reformistas de Gluck a la lengua alemana y a historias románticas similares a los cuentos populares recopilados por los hermanos Green. De igual manera en que sucedió con otros compositores — Clementi con Beethoven o John Field con Chopin — la cálida y alegre música de Von Weber se vio superada por la del principal maestro que le sucedió, Richard Wagner. Aunque a veces su obra parezca no tener excesivas pretensiones, es amena y constituye una fuente de placer de la que hay mucho aún por descubrir y explorar. Nuestro humilde homenaje a este sensacional compositor.
wagner tenìa un gran respeto por von weber leiter y lo consideraba uno de los creadores de la òpera alemana.
tengo una rara grabaciòn por «il vecchio» de las oberturas de euryanthe, el cazador furtivo y oberòn junto con la sèptima de beethoven.
buen fin de semana para todos y feliz dìa de la raza!!!
Deliciosa la obertura de Euryanthe que nos compartes en este nuevo guiño musical, Lieter.
De Von Weber me entusiasma la enorma admiración que por él sentía Richard Wagner –es imposible, creo, no ser transportado por los transportes del genio wagneriano– pues en Ópera y Drama éste último coloca al nacido en Eutin por encima de todo, sólo por debajo de Beethoven en el terreno musical y a William Shakespeare en el dramático.
Opino que «El Cazador Furtivo» es el umbral de un nuevo régimen de sensaciones. Yo nunca he oído una ópera de ETA Hoffmann –no sé si existan acaso registros discográficos, si tú sabes, Maese, de alguno o alguien de entre los eruditos cofrades lo sabe, les pido que me lo hagan saber porque es algo que verdaderamente me interesa– el grande y admirable cronista de la sensibilidad romántica. Sería interesante, a la luz de la escucha de las óperas de Hoffmann, saber porqué se le arrojó al silcencio musical en contrapartida a su elocuencia literaria.
Un fuerte abrazo, amigo mío
Pues sí existe una grabación de Ondine de Ernst Hoffman: Se trata de la debida a la Joven Orquesta de Bamberg dirigida por Hermann Dechant y en la que intervienen solistas como Ulrich Boss, Maria Hiefinger, Heidrun Plesch y Achim Schamberger. La grabación se encuentra disponible en el sello Bayer Records con número de referencia internacional 100256.
Por cierto, buenos discos esos que acaparas, Hugo. Ten la copa de vino blanco muy lejos de los mismos… Por si acaso vuelve a surgir el maremoto.
Un abrazo, Otto y Hugo
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