LEITER´S BLUES tal y como se ve desde mi ordenador de sobremesa
Sí, llegado el día 30 de diciembre, penúltimo del año, es el momento de hacer un balance general de lo que ha supuesto este bar de copas virtual que abrimos al público el 26 de marzo del presente y que desde entonces, justo en el instante en que redacto estas líneas, ha recibido 20.269 visitas. Actualmente, el promedio diario de visitas ronda una media de 150 diarias y el día con mayor afluencia fue el 20 de noviembre de 2008, con 302 visitas. Nos da de sobra para pagar la luz y la hipoteca del local, aunque echamos de menos más propinas en forma de comentarios. Las entradas con mayor número de visitas han sido las siguientes, en orden decreciente:
– Diez pinturas inolvidables (II) Museo del Louvre
– Marian y sus dotes pedagogas
– Los diez mejores conciertos para piano
– Los diez mejores conciertos para instrumentos de cuerda
– Carta de amor para mi princesa favorita
Voy a ser un tanto reservado con aquellas otras entradas que menos tráfico han tenido. Lo que sí os puedo confesar es que, en ocasiones, entradas que publiqué con muy pocas o nulas pretensiones han sido posteriormente visitadas de manera continua y reiterativa. Y, de forma contraria, me he estrellado en algunos post que a priori consideré como muy interesantes y que no lo han sido tanto para el respetable global. Así, es difícil acertar de pleno con los distintos aperitivos que os pongo en el mostrador virtual de LEITER´S BLUES aunque ello no quita para que me siga esforzando día a día en su elaboración para que puedan ser de todo vuestro agrado. Y, por supuesto, este bar está abierto a todo tipo de sugerencias siempre y cuando un servidor tenga los mínimos conocimientos suficientes para abordar los temas o categorías propuestos. Por ejemplo, que nadie me anime a que trate sobre las declinaciones del búlgaro medieval porque de eso, obviamente, no tengo la más mínima idea…
Reconozco que en este bar de copas virtual los temas se han ido centrando, sobre todo durante el último trimestre, en entradas relacionadas con el mundo de la música en general y de la clásica en particular. No lo he podido evitar y quién me conoce lo suficiente sabe que esto iba irremediablemente a ocurrir. Aún así, creo que estas nuevas categorías musicales han sido, en general, muy bien acogidas a tenor con lo que se traduce de los datos estadísticos a los que tengo acceso. También, a modo de homenaje a mi actual pareja y a todos sus paisanos, he querido reservar un rincón del local para tratar de asuntos relacionados con Tánger. Pero ello no va a suponer, bajo ningún concepto, que deje de lado las categorías más mundanas que significaron la base de este proyecto en sus comienzos. Por el bar de mi difunto padre pasaron cientos y cientos de personas susceptibles de ser protagonistas de alguno de mis «retratos». Además, generalmente en horas de cierre, se narraron multitud de inverosímiles historias que mezclan lo humano con lo divino y que encierran tanta dosis de misterio que han de ser secretamente leídas sólo para los ojos de cada cual… Por mi parte, guardo aún en el baúl de los recuerdos muchas vivencias personales para poder compartir con todos vosotros. Afortunadamente, poseo una excelente memoria y además mi signo astrológico es Cáncer. Mi padre siempre me recomendó que jamás opinase, tras la barra del bar, de aspectos relacionados con la política, el fútbol y las mujeres de algunos clientes. En BLUES seguiremos fielmente sus dictados (La categoría de Semblanzas políticas es sencilla, directa y sin ningún ánimo de crítica)
Este sábado estuve charlando en LA FLAUTA con dos personas que visitan asiduamente el bar virtual de LEITER´S BLUES aunque, los muy agarrados, nunca dejan propina en forma de comentario. Se trata de un conocido dramaturgo y un no menos famoso músico y colega. Uno de ellos me criticó — sin acritud, de forma constructiva y no sin razón — la desmesurada extensión de ciertas entradas para las humildes pretensiones de un blog como este. Estoy de acuerdo y, tal vez, lleve razón; pero en esta casa, recordando los tiempos del bar de mi padre, nos gusta servir las raciones de manera generosa para que nadie se quede con apetito… Aunque ello, a su vez, pueda provocar indigestiones no deseadas. Sinceramente, no sé hacerlo de otra forma. Aún así, a estos dos buenos amigos les gusta el blog — me sorprendió gratamente el extraordinario conocimiento que tenían del mismo — y son fieles lectores diarios. Además, ya conocen algunos aspectos ocultos que se cuecen en la trastienda de este virtual bar de copas. Es todo un orgullo para mí saber que este par de fenómenos me leen a diario. Un abrazo, chicos y… ¡A la próxima invito yo!
Ya estoy metido en una edad en la que uno deja paulatinamente de mirar cada día el futuro con ansias de comerse el mundo y, por contra, vuelve con añoranza a los tiempos del pasado. No puedo quejarme de nada; hago lo que me da la gana, tengo todo el tiempo del mundo y Celia todavía me soporta. Pero cada día necesito más echar la vista hacia un pasado que sé positivamente que jamás volverá pero que resulta, por muchos motivos y no siempre del todo felices, imprescindible, al menos para mí. Bueno, la verdad es que en este aspecto coincidí el otro día con mi querido amigo, el doctor Paco Morales, uno de los compañeros escolapios con el que empecé mi trayectoria educativa a los cinco años y con quién, gracias a la Red, me he vuelto a reencontrar muchos, muchos años después. Él también se toma su vermut todos los días en LEITER´S BLUES. Este bar virtual representa, en alguna medida, ese pasado al que antes me refería y supone, hoy en día, uno de mis más preciados caprichos e ilusiones. Pero mi mayor alegría es saber que TÚ lo lees y te gusta. Y si, encima, de aquí algo aprendes, esa alegría se transformará en orgasmo. Lo que más valoro de esta puta vida es poder aprender de los demás y sentirme, asimismo, solidario en mis humildes conocimientos.
Bueno, mañana hablaremos del Fin de Año, de la Nochevieja, de las uvas y de ese tipo de historias relacionadas. Esperemos que el próximo año sea un poquito mejor que este que ya se despide. Entre otras cosas, digo esto porque estoy viendo de refilón el informativo de la televisión y se me están revolviendo las tripas al contemplar a unos niños gravemente heridos y llorando… ¡Dejaos ya de bombitas y tanques y poneos a dialogar alrededor de una maldita mesa, coño! Cuando cada parte asuma su parte de responsabilidad y culpabilidad vais a ver qué pronto se arregla este enquistado problema de siglos. Os dejo, que me estoy calentando.
Yo lo leo (este blog), aprendo y sobre todo disfruto. E insisto en que cada día escribes mejor.
Por cierto, espero ansioso tu reseña sobre el Concierto de Año Nuevo. En algún lugar he oído, supongo que no lo compartirás, que Barenboim baja un poco como director. Veremos. De todas formas, yo creo que la Orquesta es tan buena y conoce el programa tan de memoria que apenas se nota la diferencia entre unos directores y otros.
Un abrazo y FELIZ AÑO, con uvas o sin uvas.
Gracias, Ángel. Yo sí que aprendo de ti y de tu gente en LA CARRETERA.
Sí, es muy cierto lo que dices en lo referente a Barenboim. Muchos críticos afirman que flojea en dirección… Bueno, es algo subjetivo. Yo le recuerdo tardes memorables con la batuta (Dirigió una Séptima de Bruckner en el Real verdaderamente excepcional). Tiene cosas, a veces, de Celibidache… Pero eso, detalles.
Vamos a ver cómo se las arregla mañana con un programa poco convencional y con guiños a Haydn. Tienes toda la razón y estoy de acuerdo contigo en lo referente a la calidad de la orquesta. Como empiece a hacer locuras el bueno de Barenboim, los filarmónicos pasarán de él irán a su bola. (Es una leyenda con muchos visos de ser real)
Un abrazo, Ángel. Todo lo mejor para 2009.
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