Fabio Luisi

 Antaño, los directores de orquesta no alcanzaban una plena madurez artística, salvo raras excepciones, hasta transcurridos más de veinte años de trayectoria profesional. Muchos solían iniciar su andadura como repetidores y asistentes en lejanos y semi-desconocidos teatros de ópera hasta dar el salto a una entidad de mayor relevancia. El futuro se abría entonces en uno de los dos principales caminos de la dirección orquestal, esto es, en el operístico o en el de conciertos sinfónicos. Salvo las más destacadas y populares figuras de la dirección que compaginaban ambas facetas con enorme éxito, la mayoría de directores se decantaba preferentemente por alguna de estas dos modalidades interpretativas. Si algún viejo Kapellmeister nacido a finales del siglo XIX pudiera observar lo que viene sucediendo desde hace tan sólo un par de décadas en el mundo de la dirección, en donde muchos jóvenes directores acaparan una popularidad mediática a una edad en que los veteranos maestros aún se encontraban en pleno proceso de formación práctica, tendría que frotarse los ojos para dar crédito a ello. Muchas de las rutilantes figuras de nuestros días parecen haber llegado a lo más alto del escalafón obedeciendo más a estrategias comerciales y de mercadotecnia que a sus propios méritos artísticos. Pero ello no significa necesariamente que esta circunstancia englobe a todos los jóvenes directores de la actualidad. Existen notables excepciones, como la del italiano Fabio Luisi, cuyo fulgurante progreso artístico está plenamente justificado en virtud a su incontestable capacidad profesional.

Fabio Luisi nació el 17 de enero de 1959 en Génova, Italia, y ya desde muy niño se vio afectado por repentinos ataques de asma. No obstante, Luisi consiguió acceder al Conservatorio Paganini de su ciudad natal para estudiar piano bajo la tutela de Memi Schiavina. Posteriormente, Luisi amplió su formación estudiando de forma privada con Aldo Ciccolini y Antonio Bacchelli. Sus inicios artísticos fueron como pianista acompañante, circunstancia que motivó su interés por todo lo relacionado con la dirección orquestal. Así, en 1984 Luisi partió para Graz para estudiar dirección en el Conservatorio bajo las órdenes de Milan Horvat. Allí tuvo la oportunidad de trabajar como acompañante y asistente hasta que, en ese mismo año, consigue debutar como director en Italia. Luisi aprovechó esta oportunidad para actuar nuevamente en Graz tras una temporada en la que ejerció la docencia en Italia. A partir de 1987 e influenciado por Leyla Gencer, Luisi inicia una brillante carrera como director operístico que le lleva a actuar como invitado en la Ópera Estatal de Baviera, en la Ópera Unter den Linden de Berlín y en la Ópera de Viena, adquiriendo un enorme prestigio en virtud a lo experimentado que se muestra pese a su juventud. De esta forma, en 1990 se le ofrece ser el responsable de la recién fundada Orquesta Sinfónica de Graz, cargo en el que permanece por un espacio de cinco temporadas. Finalizado su compromiso en Graz, Luisi fue nombrado en 1995 director titular de la Tonkünstlerorchester de Viena en relevo de Isaac Karabchesvski, formación con la que realizó una exitosa gira por Japón en 1997, el mismo año en que Luisi debutó en la Ópera de La Bastilla y en el que sucedió a Armin Jordan como titular de la Orquesta de la Suisse Romande hasta 2002.

En el año 2000, y luego de haberse presentado como director en los EEUU, Luisi finalizó su compromiso sinfónico en Viena para relevar a Manfred Honeck al frente de la MDR Sinfonieorchester, la antigua Orquesta Sinfónica de la Radio de Leipzig, entidad con la que venía colaborando con cierta asiduidad desde 1996. Allí permaneció como titular hasta 2007, alternando dicho cargo con la dirección musical de la Orquesta Sinfónica de Viena desde 2005, puesto que aún mantiene en la actualidad, y con la dirección musical de la Ópera Sajona de Dresde desde 2004. Tres años más tarde, en 2007, Luisi accedió a la titularidad de la prestigiosa Staatskapelle Dresden por un espacio de tres temporadas, cesando su compromiso allí debido a unas insalvables diferencias con la gerencia de dicha formación. Durante esos años, Luisi se convirtió en uno de los directores más solicitados del mundo para actuar como invitado tanto en las más prestigiosas orquestas de Europa y América como en los principales coliseos operísticos. De hecho, Luisi fue nombrado director invitado del Metropolitan de Nueva York en 2010 por un período de tres temporadas y su nombre se baraja como posible sustituto de James Levine al frente de dicha institución. Director general de la Ópera de Zurich a partir del otoño de este año de 2012, Luisi alterna sus numerosos compromisos artísticos con la docencia en la Hochschule fur Müsik und Theater Felix Mendelssohn de Leipzig. Casado con una profesora de violín y padre de tres hijos, el matrimonio Luisi alterna su residencia entre Viena y Nueva York. Luisi ha sido condecorado con la Cruz de Honor de las Ciencias y las Artes de Austria y es Caballero Oficial de la República de Italia.

Fabio Luisi ha experimentado en apenas un par de décadas un progreso musical envidiable y difícilmente comparable con la trayectoria más pausada de otros músicos de su generación. Poco a poco ha ido escalando puestos de forma cualitativa hasta alcanzar los cargos más cotizados tanto del panorama sinfónico como del operístico. Y, no conforme con esta arrolladora progresión, Luisi es uno de los directores más requeridos de la actualidad para intervenir como invitado por las más relevantes instituciones musicales del mundo. Director dotado de una enorme expresividad interpretativa, Luisi posee unas formas de dirección del todo elocuentes e impetuosas que le hacen incluso bailar en algunas secuencias de sus conciertos conforme a su apasionado carácter mediterráneo. Pese a ello, Luisi es un director cuya carrera se ha desarrollado fundamentalmente en el entorno geográfico alemán, un idioma que además domina a la perfección. Director versátil como pocos, su repertorio sinfónico está focalizado en el tardo romanticismo con especial predilección por Mahler y Richard Strauss. A nivel operístico, Verdi, Wagner, Puccini y Richard Strauss forman el núcleo de su interés interpretativo. Para Luisi, la dirección orquestal es un privilegio que, empero, no representa todo lo más importante de la vida. Tolerante y de vena sensible, Luisi manifiesta su preocupación por otros problemas que acechan al ser humano como el hambre, las guerras, la miseria y la opresión política. Junto con Gianandrea Noseda y Daniele Gatti, Fabio Luisi lidera la nueva y brillante generación de directores de orquesta italianos nacidos alrededor de la década de los años sesenta del pasado siglo.

De entre la producción discográfica debida a Fabio Luisi podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Missa Solemnis de Beethoven, junto a Nylund, Pape, Remmert y Elsner, y dirigiendo la Staatskapelle Dresden (EUROARTS 2054688); Obertura Leonora III de Beethoven dirigiendo a la Orquesta Sinfónica MDR (vídeo de referencia desconocida); Beatriz de Tenda de Bellini, junto a Aliberti, Gavanelli, Capasso y Thompson, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Berlín (BERLIN CLASSICS 1042); Capuletos y Montescos de Bellini, junto a Gleadow, Netrebko, Bracci y Garanca, y dirigiendo la Sinfónica de Viena (DG 4778031); Sinfonía nº6 de Chaikovski dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la NHK (vídeo de referencia desconocida); Königskinder de Humperdinck, junto a Weber, Schmiege, Henschel y Moser, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Munich (PROFIL 5017); Obertura de Las bodas de Fígaro de Mozart dirigiendo la Sinfónica de Viena (vídeo de referencia desconocida); Sinfonía nº40 de Mozart dirigiendo la Sinfónica de Viena (vídeo de referencia desconocida); Der Rosenkavalier de Richard Strauss, junto a Rydl, Schwanewilms, Ketelsen y Vondung, y dirigiendo la Staatskapelle Dresden (EUROARTS 2056914); y, finalmente, Rigoletto de Verdi, junto a Damrau, Flórez y Lucic, y dirigiendo la Staatskapelle Dresden (VIRGIN 41868). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.

Romeo Y Julieta (Andrea Bocelli)