Especialmente dedicado a JOAQUÍN y a todos nuestros hermanos chilenos
En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar la famosa Danza de los espíritus bienaventurados perteneciente a la ópera de Christoph Willibald Gluck, Orfeo ed Euridice (Sobre este compositor hablamos en el mes de noviembre). No puedo contaros nada acerca de la versión a pesar de las múltiples gestiones que hice al respecto, llegando a mandar incluso un correo al autor del vídeo (Tsotne 16) quien amablemente me respondió de inmediato desde la lejana Georgia lamentando que él tampoco lo sabía debido a que se basó en un disco recopilatorio de «música relajante» en donde no se hacían referencias a las versiones de las distintas piezas, cuestión que pude confirmar al visualizar el enlace que el autor me brindó sobre dicha grabación. Aún así, y tirando de oficio, puedo asegurar que la versión corresponde o bien a Karl Münchinger dirigiendo la Orquesta de Cámara de Munich, o bien a Helmut Ruckert (Flauta) acompañado por la Filarmónica de Dresde dirigida por Herbert Kegel.
Esta bellísima Danza de los espíritus bienaventurados pertenece al inicio de la Escena II del Acto II de Orfeo ed Euridice, ópera que representó el primer intento serio de reforma del género cuyas innovaciones principales fueron: Música al servicio de la poesía, de composición sencilla y natural; Coro y Ballet han de tomar parte activa en la trama argumental, así como la Obertura debe hacer referencia a la acción del argumento; aparición del Recitativo — en sustitución del llamado Seco acompañado por cuerdas — y carácter meramente internacionalista de la música. En la versión adaptada a los escenarios franceses, estrenada en París el 2 de agosto de 1774, se incluyó esta danza así como la también famosa Danza de las furias.
La Danza de los espíritus bienaventurados comienza con un aire lento y encantadoramente dulce, en Fa mayor y compás de 3/4, y está escrita para dos flautas y quinteto de cuerda. Tras este encantador episodio sigue un pasaje donde la flauta solista modula a re menor y es sostenida por los violines en pianissimo a base de semicorcheas ligadas de dos en dos, volviendo de nuevo a la primera parte. Esta magistral página llenó de admiración casi un siglo después a Héctor Berlioz, quien en su tratado de orquestación alabó el talento colorista de Gluck. Quien esto escribe tuvo la oportunidad de repasar el original de la primera edición impresa de la obra. Al llegar a la parte de la Danza sentí una indescriptible emoción al comprobar la sencillez y facilidad compositiva de su autor en unos pentagramas tan deliciosamente rústicos como los de antaño (La indicación del compás venía precedida de un simple 3 tras la clave). Para mí fue como leer un testamento musical más de dos siglos después. Disfrutad con esta maravillosa obra.
Delicioso y relajante tu regalo de domingo.
Besos
En una hora como esta, nada más apropiado que sintonizarnos con los Espíritus Bienaventurados que alimentan la energía de la Tierra y el Alma del Hombre.
Porque la fuerza está en nuestro interior, y esa fuerza es Dios.
Esta danza evoca la sutil magia de lo inefable…su dulzura me hace recordar a los Gigantes que habitan silenciosos en la Cordillera de los Andes…
Una bella música que ya tenía programada desde hace tiempo para hoy y que parece muy adecuada para los trágicos momentos que se están viviendo en Chile.
Que nunca falte la esperanza. Todo se acaba superando.
Besos y abrazos, Amalia e Iván.
LEITER
Quizá fue un error escuchar esta música en la hora de la siesta ja ja ja.
Me sorprende esa capicidad para reconocer versiones, Leiter. Sos como uno de esos antiguos gauchos de la pampa argentina que con sólo mirar el pasto podían determinar si había pasado una bestia por allí: cuánto pesaba, si era hembra o macho, etc.
Un abrazo.
Bueno, bueno… Yo he supuesto, nada más. No te creas que sé tanto, amigo Frank.
Estar muchos años en contacto con la música te puede otorgar un cierto oficio para reconocer cosas muy puntuales. Pero de ahí a ser como un sabio gaucho de antaño… Ufff
Hace ya muchos años que un grupo de amigos «jugábamos» a reconocer versiones de cosas sencillitas. Cada uno traía sus grabaciones de una obra escogida y las poníamos al azar y prácticamente a ciegas. Yo era el que menos acertaba… Pero ¡Ay, mi querido compañero Alfonso! — algunas veces citado en el apartado de VIVENCIAS — Ese te calcaba orquesta, director y solista, en caso de haberlo… ¡Menudo oído tenía el amigo! Actualmente está de director de una reputada Escuela de Música de Castilla-La Mancha.
Un abrazo, Frank
LEITER
Muchas gracias por la dedicatoria amigo Leiter! Ya estamos de regreso para abusar de tu paciencia!
Este comentario tuyo, Joaquín, supone uno de los más deseados y felices acontecimientos de toda la historia de este bar virtual de copas.
Tras el drama, ánimo, fuerza y… ¡Seguimos adelante!
Un entrañable y sincero abrazo, Joaquín. Como dijo Frank Ar, en esta casa se te aprecia y quiere.
LEITER
¿Hace falta decir cuánto vale este aprecio que aquí se brinda con tanta generosidad? Vale muchísimo. Además le apuntas muy bien a la pieza, esa danza de Glück bellísima, casi un milagro aparte entre las poderosas figuras de Haydn o Mozart. La sección intermedia de la danza (re menor) ha sido transcrita para piano, tal vez has oído esa versión.
Escribir una danza para espíritus (y bienaventurados)… empresa casi utópica que Glück resolvió de manera admirable, alada, genial.