Directores de orquesta, Jascha Horenstein
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En los tiempos presentes, parece del todo cierto que en el desarrollo de una carrera de dirección orquestal resulta imprescindible la asociación con una formación orquestal específica, ya sea como director titular o, al menos, como principal director invitado.
Numerosos directores noveles comienzan su andadura artística en calidad de asistentes de maestros de mayor renombre, soliendo adquirir de éstos sus virtudes y hasta incluso sus posibles defectos.
Las asociaciones temporales entre un director y su orquesta pueden prolongarse hasta extremos inimaginables en un principio, dándose entonces la circunstancia de que el nombre del director va indefectiblemente ligado al de una orquesta. Como casos más conocidos de perdurabilidad entre un director y una orquesta podemos mencionar los más de cuarenta y cinco años que estuvieron Ansermet y Ormandy comandando sus respectivas orquestas de la Suisse Romande y de Filadelfia.
O el de Mengelberg con sus casi cincuenta años al frente del Concertgebouw. Aunque tal vez el caso más conocidamente longevo de asociación entre una orquesta y un director sea el de Evgeni Mravinski con la Filarmónica de Leningrado, nada menos que medio siglo, de 1938 a 1988. Sin embargo, esta común práctica no es adoptada por todos los directores.
Jascha Horenstein dedicó buena parte de su vida a dirigir como invitado. Fue uno de los primeros directores free-lance que no quiso ligarse con formación orquestal alguna en concreto.
Biografía
Jascha Horenstein nació el 6 de mayo de 1898 en Kiev, Ucrania, en el seno de una familia de orígenes rusos y austríacos. A los seis años de edad, la familia de Horenstein se trasladó primero a la prusiana Königsberg y luego a Viena en 1911, ciudad en donde el joven Horenstein alternó sus estudios de filosofía hindú con el aprendizaje de violín a cargo de Adolph Busch y de teoría y composición con Franz Schreker y Joseph Marx en la Academia de Música. A partir de 1919 Horenstein empezó a dirigir merced a la fundación de su propia orquesta de estudiantes aunque, cuando Schreker se trasladó en 1920 a Berlín para enseñar en la Hochschule für Musik, Horenstein decidió seguirle.
El hecho de poder contemplar en Berlín a Arthur Nikisch al frente de la Filarmónica condicionó a que Horenstein decidiera dedicarse única y exclusivamente a la dirección orquestal. Ya en 1922, y con tan solo 24 años cumplidos, Horenstein llegó a ser el director del Coro Schubert de Berlín y del Coro Gemischter, pasando a ser llamado por Furwängler al año siguiente para que ejerciera como asistente en los ensayos de un concierto que habría de celebrarse en Frankfurt. En 1923 debutó al frente de la Orquesta Sinfónica de Viena y un año más tarde dirigió como invitado a la Orquesta Blüthner y a la Sinfónica de Berlín.
Una gran oportunidad le llegó a Horenstein en 1926, fecha en que fue invitado a dirigir la Filarmónica de Berlín, formación con la que poco tiempo después realizaría la primera grabación discográfica de la Sinfonía nº7 de Bruckner. En 1928, y por recomendación de Furtwängler, el director ucraniano fue nombrado Generalmusikdirektor en Düsserldorf, cargo del que puede decirse que fue el último de su vida, ya que más tarde Horenstein realizaría una carrera como director de orquesta independiente.
Durante esos años Horenstein se mostró como un director muy comprometido con la música de su tiempo y con la incipiente industria discográfica.
Horenstein, dada su condición de judío, se vio obligado a huir de Alemania con el advenimiento de los nazis al poder. Durante los años inmediatamente anteriores a la guerra, Horenstein mantuvo una actividad un tanto errante que le llevó a dirigir por Centroeuropa, Escandinavia, la URSS y Oceanía, siendo además uno de los cuatro directores que dirigió a la recién creada Orquesta Sinfónica de Palestina en 1938.
En 1940 viajó hasta los EEUU para dirigir como invitado a la Orquesta Sinfónica Filarmónica de Nueva York, haciéndose también cargo del Proyecto de Administración de la Orquesta Sinfónica en 1942. Luego de realizar giras por el continente sudamericano y de adquirir la nacionalidad estadounidense, Horenstein regresó a Europa una vez finalizada la guerra para instalarse en Lausana y seguir con su actividad como director invitado durante el resto de su vida.
Colaborador habitual con las orquestas británicas, como la Sinfónica de Londres o la Sinfónica de la BBC de Manchester, la posterior carrera de Horenstein estuvo jalonada de grandes éxitos, como la presentación en París de Wozzeck en 1950 o una sublime interpretación en Inglaterra de la aún poco conocida Sinfonía nº8 de Mahler en 1959.
En la última etapa de su vida también fue un director habitualmente invitado en el Covent Garden. Precisamente fue en Londres, luego de haber dirigido una representación de Parsifal, la ciudad en donde Horenstein falleció el 2 de abril de 1973 como consecuencia de una crisis cardíaca.
Pequeño de estatura pero con una notable presencia en el podio, Horenstein fue un director empeñado en buscar el sentido metafísico de la música por encima de la significación teórica de la misma. Notablemente influenciado por Furtwängler, cada concierto era un nuevo reto para él y se declaró además como un enemigo absoluto de la rutina interpretativa. Durante los ensayos acostumbraba a ejecutar largos pasajes seguidos para garantizar la coherencia y unidad de la obra a interpretar, dejando para el último momento los detalles más puntuales de la misma.
Horenstein supo controlar con resuelta eficacia tanto los tempi como las dinámicas sonoras para lograr lecturas del todo sentidas y plenas de expresividad. Como buen conocedor de la filosofía oriental, Horenstein hacía gala de un extraordinario sentido de la respiración que facultaba un absoluto dominio de las transiciones y sus silencios para otorgar una máxima tensión entre las diferentes atmósferas.
Su repertorio abarcó desde la música barroca hasta la moderna, si bien se sintió especialmente cómodo con las grandes arquitecturas sinfónicas de compositores como Bruckner o Mahler. A lo largo de su vida, Horenstein fue un director de gran prestigio al que, no obstante en ocasiones, se le llegó a confundir con Stokowski por el público menos especializado (ciertamente, ambos directores tenían muchos puntos en común, incluso de parecido físico y gestual).
Es posible que su no adscripción a orquesta alguna tras la Segunda Guerra Mundial fuese el motivo por el que Horenstein no alcanzara un status de verdadero privilegio en un mundo de la dirección orquestal dominado entonces por figuras más rutilantes y mediáticas. Sin embargo, las reediciones de sus numerosas grabaciones discográficas nos han mostrado siempre a un maestro excepcional y muy apreciado en la actualidad por los críticos musicales más exigentes.
En opinión de muchos especialistas, algunas versiones de las sinfonías de Mahler dirigidas por Horenstein son, aún hoy en día y con el torrente discográfico que ha venido acompañando a dicho compositor durante las tres últimas décadas, modelos de absoluta referencia.
Producción discográfica debida a Jascha Horenstein
De entre la producción discográfica podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada):
- Los Conciertos de Brandenburgo de Bach dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Viena (VOX BOX 5519);
- Missa Solemnis de Beethoven, junto a Lewis, Procter, Stich y Borg, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la BBC (BBC LEGENDS 4150);
- Sinfonía nº9 de Beethoven dirigiendo la Orquesta de la ORTF Francesa (DOREMI 7960);
- Obertura Coriolano de Beethoven dirigiendo la Orquesta Pro Musica de Viena (VOX BOX 7808);
- Concierto para violín de Bruch, junto a Ivry Gitlis y dirigiendo la Sinfónica de Viena (VOX BOX 5505);
- Sinfonía nº9 de Dvorak dirigiendo la Sinfónica de Viena (VOX BOX 7805);
- Sinfonía Matías el pintor de Hindemith dirigiendo la Sinfónica de Londres (CHANDOS 6549);
- Sinfonietta de Janacek dirigiendo la Sinfónica de Viena (CHANDOS 6549);
- Sinfonías nº1, 3, 4, 6 y 8 de Mahler dirigiendo la Sinfónica de Viena — VOX BOX 5508 — la Sinfónica de Londres — BRILLIANT CLASSICS 99803 — la Filarmónica de Londres — EMI 08985 — la Sinfónica de Bournemouth — BBC LEGENDS 4191 — y la Sinfónica de Londres — BBC LEGENDS 4001);
- La Canción de la Tierra de Mahler, junto a Hodgson y Mitchinson y dirigiendo la Sinfónica de la BBC del Norte (BBC LEGENDS 4042);
- Misa de la Coronación de Mozart, junto a Dickie, Ludwig, Lipp y Berry, y dirigiendo la Sinfónica de Viena (VOX BOX 5524);
- Oberturas de Las Bodas de Fígaro y de La clemenza di Tito de Mozart dirigiendo la Filarmónica de Berlín (POLYDOR 95296);
- Saúl y David de Nielsen, junto a Borg, Langdon, Söderström y Christoff, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio Danesa (OPERA D´ORO 1233);
- Sinfonía Clásica de Prokofiev dirigiendo la Orquesta Nacional de la ORTF de Francia (MUSIC & ARTS 1146);
- Concierto para piano nº2 de Rachmaninov, junto a Earl Wild y dirigiendo la Royal Philharmonic (CHANDOS 10078);
- Sinfonía nº2 de Sibelius dirigiendo la Orquesta Nacional de la ORTF de Francia (MUSIC & ARTS 1146);
- Obertura de Die Zigeunerbaron de Johann Strauss dirigiendo la Filarmónica de Viena (CHESKY RECORDS 70);
- Selección de valses de Johann Strauss dirigiendo la Filarmónica de Viena (CHESKY RECORDS 70);
- El pájaro de fuego de Stravinski dirigiendo la Orquesta Nacional de la ORTF de Francia (MUSIC & ARTS 1146);
- Obertura de Los Maestros Cantores de Wagner dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Bamberg (VOX BOX 7802).
Nuestro humilde homenaje a este sensacional director de orquesta.
Jasha Horenstein…estamos exactamente en lo opuesto a lo que comentábamos recientemente sobre la incapacidad de los directores actuales para respirar, estamos en el mismísimo templo de la respiración. Muy desconocido hoy en día Jasha Horenstein, el judío de Kiev, es para mi uno de los máximos exponentes de la gran escuala de dirección orquestral. Me falta algo que hecho muy de menos, que es la posibilidad de verlo dirigir. Como lo hacía Horenstein para respirar así no deja de ser para mi un verdadero misterio. Hay cosas absolutamente increibles, como el inicio de la sinfonía eroica, donde consigue abrazarlo todo en un amplio movimiento basado en una respiración increible. Luego, consigue como nadie sostener unos tempi más bien lentos adentrándose en el tejido de la partitura e introduciendo elementos de contrastes siempre muy acertados, no solo a nivel rítmico sino en todo el juego P/F y el el fraseo, un fraseo llevado siempre con suma maestría. La apertura de Meistersinger es espectacular en este sentido. Que trabajo más grande ! Y luego está el tema judío, Horenstein era un auténtico poeta judío, y los sentimientos nostálgicos de la diaspora están presentes en su arte, repleto de humanismo, un humanismo a su vez que se adentra en cierto misticismo. No le debía gustar mucho esto a Klemperer que fué quien dijo: claro está que el Mahler de Walter es demasiado judío para mi…que hubiera dicho de Horenstein cuando este nos dejó una séptima de Bruckner grabada en los años 20 y claramente judía en todo el abanico de matices que desarrolla. A mi esto me gusta muchísimo, he descartado el judaismo de mi vida a nivel social y convencional porque no va conmigo. Pero cuando escucho a Horenstein me emociono mucho con su poesía y su humanismo. Me quedo con la marcha fúnebre de la eroica, con esta frase incicial POR FIN llevada en una sola y amplia respiración, muy superior para mi a la de Klemperer. Esta ejecución de la marcha fúnebre debería constituir una prueba para todos los aspirantes al arte de dirigir, para ver si independientemente del tempo que eligen son capaces de frasear así…
Un abrazo
Jean François
Coincido plenamente en lo dicho, amigo Jean François, y de hecho ya hice alusión al sentido de la respiración de Horenstein en el contenido de la entrada. La verdad es que nos ha venido de maravilla que su inclusión haya coincidido con el tema que estábamos debatiendo en la entrada sobre Sargent. El orden de aparición de las entradas esta temporada está condicionado por las fechas de nacimiento de cada director, de más antiguo a más joven. A casi todos les llegará su turno… ¡Incluido a Rattle!
un abrazo, maestro y amigo Mounielou.
LEITER
Amigo, sus palabras sobre Horenstein son magníficas, no hubiera podido decirlo mejor, realmente digno de admiración…
Por cierto, comparen estos vídeos
http://www.youtube.com/watch?v=lfDrpYszSjw
y
http://www.youtube.com/watch?v=2bUynSV7D_A
Tal vez así podáis entender lo que comentaba el otro día el maestro Mounielou sobre la importancia de la respiración. En el primer vídeo, Horenstein se apoya en el último pulso del compás binario (inspiración) y con ello logra una exposición amplia, clara, nítida y resuelta. En el segundo vídeo, parece como si Norrington saltara entre los primeros pulsos de cada compás y por ello no existe sensación alguna de respiración (muy evidente dicha ausencia en la anacrusa del óboe, minuto 0.30). El resultado final es bien distinto en cuanto al fraseo.
LEITER
http://www.youtube.com/watch?v=EjS4o-sfoM0&feature=related
Magistral interpretación del difilísimo primer movimiento de la novena sinfonía. Me he quedado de piedra, no solo por el dramatismo y la asoluta coherencia del discurso sino también por muchos detalles que he oido por primera vez, sí, por primera vez !! En el nº 36, cuando Beethoven retoma, depues del gran FF, el tema inicial, no solo las triples de los primeros violines son perfectas, que no lo suelen ser nunca, pero las dobles de los segundos y de los altos, agrupadas en tres ( no se como se dice en castallano)…pues estas notas cortas se oyen una a una, es alucinante, esto no lo he oido nunca, el tío ha trabajado esto con sus profesores y ha debido de ser extremadamente dificil, estas cosas hoy ni las miran, pasan volando porque nadie se fija. Y si hace esto que debía de ser su Bruckner, Dios mío, una cuarta de Bruckner con este manejo de las cuerdas, alucinante! Después: no sé como este hombre lo hacía con los timpani pero cuando salen son siempre muy impactantes y el el «cataclismo central» del movimiento los timpani son asolutamente increibles. Y termina con la coda perfectamente ejecutada, en 4 pulsaciones….espléndido !
Norrington: Voy a hablar como Iván lo haría, creo: Estas son las fuerzas destructoras del universo, frente a la tradición arcana. Las fuerzas más destructoras del universo no tienen armas pesadas, les sobra con manipular la realidad, poniendo al revés el orden de valores. Aqui lo vemos; humanismo versus gilipollismo, si me permiten.Estos saltitos rítmicos y estas triples saltadas como si fueran huevos fritos, en Beethoven…jajajajajjaj
Pero Maestro Monielou, que exposición arcana me brinda Usted, y con cuánto gusto la recibo, jajaja! Bien dicen que imitar a alguien es una forma de halagarlo. Merci beaucoup.
Efectivamente: la virtud de Horenstein en cualquier interpretación, está marcada por el momento justo y preciso en el que inspira/expira: la respiración con la que tanto venimos insistiendo recientemente. Y es que eso de la respiración -su efecto, ni más ni menos- es algo que se experimenta así no se encuentre delante de la orquesta, sino con la música en los alto parlantes, como en este instante tengo la Marcha Fúnebre de la Heroica (bueno, ya pasé a la Novena): seguro que Leiter y Jean François han dirigido ante su orquesta imaginaria como lo hago yo a menudo; notarán que ante una versión como las ofrecidas por Horenstein, el sonido fluye y se expande, explayándose en un abanico expresivo que confiere significado a cada instrumento y le brinda mayores posibilidades a su timbre respectivo. Hay claridad en el fraseo y los pulsos brotan de manera sólida, en el instante en el que el director les necesita. Escuchad ese timbal y los trombones en este Allegro ma non troppo, un poco maestoso de la Novena.
Lo demás (Norrington) suena casi muerto. Ahoga la música bajo una almohada, parece que el sonido se debate por salir en el primer agujero que encuente pero su oponente es más fuerte y le roba hasta el último aliento. Suena a gritería, pero gritería muda. ¿Qué queda? Un cadáver.
No me extraña pues la calidad de Horenstein frente a Bruckner. La solemnidad bruckneriana exige la pausa en el momento justo; «respirad conmigo, orquesta», seguro dice. Ahí tendremos auténtico Bruckner.
Mis admirados amigos, un fuerte abrazo.
Recuerdo perfectamente el día, allá por los años 74-75, en que encontré, en la tienda de discos de Toulouse donde solía ir a comprar, la grabación de la sinfonía del nuevo mundo dirigida por Horenstein. 36 años después, vuelvo a escuchar el tercer movimiento que es el único que encontramos en Youtube de esta interpretación la cual hoy en día no figura en ningún catálogo. Este movimiento es muy dificil de dirigir y más a esta velocidad, se suele hacer más lento para no perder el control y poder manejar las transiciones. Lo que hace Horenstein es, para mi, realmente espectacular. El control es ferreo, sin la más mínima rigidez. Y las transiciones son …alucinantes, con un arte de manejar las dinámicas fuera de lo común y un rubato dosificado con asoluta maestría. Tan magistralmente dosificado que, literalmente, el tiempo llega a pararse, hay un momento en que ni dirige rápido ni lento, solamente está la música y está fuera del tiempo. Esto es maestría, señores, maestría con mayúsculas. Un abrazo a todos.
http://www.youtube.com/watch?v=ARTTJdKEvgQ
Efectivamente, maestro Mounielou, a eso se le llama dominar al conjunto orquestal y dejar que fluya la música.
Gracias por el aporte
LEITER
Esto resulta absolutamente ÉPICO en toda la extensión de la palabra:
http://www.youtube.com/watch?v=t-Zf4JQXHP0
Todo el más aguerrido espíritu de lucha y posterior victoria, retumba en cada nota, como un himno al dominante poder de la Vida! Y eso, mis queridos amigos, eso ES Beethoven.
Amigo Iván, cuanto me alegro de sus palabras,sabiendo lo que Egmont es para Vd..yo casi no puedo, no se porque, no es mi estilo, pero cada vez que lo escucho rompo a llorar, creo que nunca he llegado a sentir de esta manera la dimensión épica de Beethoven, esto es un inmenso monumento histórico!!
si yo fuera profesor de dirección orquestal, la Obertura de Egmont sería la pieza elegida como examen final de diplomatura. Es que esta versión de Horenstein es, como así a ha definido el profesor Paixao, ÉPICA. (Dios mío, ¡Qué manera de exponer las secuencias melódicas y sus transiciones! ¡Prodigioso!). Por cierto, aprovecho para comentaros que tampoco os perdáis el Brahms de este director, que es realmente sensacional.
Un abrazo, amigos. ¡Qué lujo compartir con ustedes!
LEITER.·.
Están saliendo muchas cosas «nuevas» de Horenstein en el extranjero, entre las cuales hay un Requiem de Mozart, una octava de Bruckner y un Fidelio integral, no me lo voy a perder…
Aquí estamos nuevamente con un privilegio por el cual debemos agradecer a todos los DIoses de la Música:
http://www.youtube.com/watch?v=vzJUPirJd9I&feature=g-all-u
Y repito: el sentir épico de Beethoven, es muy bien traducido por la batuta inmensa de Jascha Horenstein. Disfrutad de la Novena completa bajo su excelsa lectura.
Abrazos, amigos y hermanos.