Kent Nagano, Berkeley, California
«… La música representa el espíritu y el alma de la humanidad. Sin ellos nuestra civilización se derrumbaría. Con el actual desarrollo tecnológico y la velocidad internacional de la información nuestro mundo, a veces, no refleja mucha humanidad. La música es esencial y fundamental para el florecimiento de la vida, como un reflejo de la gente de hoy basado en un perspectiva de identidad inspirada en las tradiciones del pasado. Aprendemos a definirnos a nosotros mismos mirando hacia atrás, a nuestra historia y al legado cultural. Así que las grandes creaciones que han dejado los compositores siguen siendo pertinentes para los vivos porque nos hablan de ideas emocionales e intelectuales que están muy próximas a nosotros. Sin embargo, para que la forma de arte musical continúe, debe seguir siendo una tradición viva. Y esa tradición ha de evolucionar y crecer. De no hacerlo así, morirá. Por eso estamos obligados a invertir en la próxima generación de compositores»– Estas sabias palabras pertenecen a Kent Nagano, uno de los directores actuales más comprometidos con la música de su tiempo. Tanto, que su absoluta adhesión a la música contemporánea a poco provoca el colapso financiero de la Orquesta Hallé de Manchester durante la etapa en que fue su director titular. Muy pocos parecían interesados en acudir a veladas en donde tal género ocupaba el núcleo central de la programación.
Kent Nagano nació el 22 de noviembre de 1951 en Berkeley, California, en el seno de una familia de origen japonés. De su madre recibió las primeras lecciones musicales, aprendiendo a tocar el koto, la viola y el clavecín. Luego de estudiar sociología, derecho y música en la Universidad de Santa Cruz de California, Nagano accedió a la Universidad Estatal de San Francisco para ampliar su formación musical bajo la tutela de Grosvenor Cooper y Roger Nixon, siguiendo después una breve estancia en la Escuela Normal de París. Después de haber ejercido como asistente en la Ópera de Boston a las órdenes de Sarah Caldwell, Nagano asumió la dirección de la Orquesta Sinfónica de Berkeley, cargo que mantuvo hasta 2009. Fue allí donde Nagano se inició en la música de Messiaen, compositor con el que mantuvo una estrecha amistad y del que preparó, junto con Seiji Ozawa, el estreno mundial de San Francisco de Asís en la Ópera de París. A partir de 1982, Nagano colaboró con la Orquesta Sinfónica de Londres llegando a ser uno de sus directores invitados al tiempo que sustituyó a Ozawa en algunos conciertos al frente de la Boston Symphony. Luego de haber debutado en La Scala y de haber ejercido como director asistente de Pierre Boulez en el Ensemble InterContemporain, en 1988 Nagano sucedió a Sir John Eliot Gardiner al frente de la Ópera de Lyon, puesto en el que permaneció a lo largo de una década y en el que destacó por su total compromiso con la música de su tiempo. De forma paralela, a partir de 1992 ejerció como director principal de la Orquesta Hallé de Manchester en relevo de Stanislaw Skrowaczewski, puesto que retuvo hasta 1999 si bien fue un tanto criticado por su peculiar programación y por disponer de un salario desorbitado en una época en donde la formación presentaba graves problemas financieros.
A partir del año 2000, y por un período de seis años, Nagano sucedió a Vladimir Ashkenazy como director titular de la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín (antigua Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín Este), entidad en donde realizó una abundante producción discográfica. Este cargo lo alternó, prácticamente en el mismo período de tiempo, sirviendo como director musical de la Ópera de Los Angeles. Desde entonces, Nagano ha sido un director regularmente invitado en los Festivales de Salzburgo. En 2006, y dados por finalizados sus compromisos en Berlín y Los Angeles, Nagano adoptó los mismos cargos en la Ópera Estatal de Baviera (Generalmusikdirektor) y en la Orquesta Sinfónica de Montreal, relevando a Charles Dutoit, puestos que mantiene en la actualidad aunque recientemente anunció el fin de su exclusivo compromiso operístico en Baviera para 2013. Nagano también es director invitado de la Orquesta Nacional de Rusia. Condecorado con la japonesa Orden del Sol Naciente y galardonado con el premio Wilhelm Furtwängler en 2010, Nagano está casado con la pianista franco-japonesa Maria Kodama y la pareja tiene fijada su residencia en París.
Conocido tanto como director como por gestor de teatros operísticos, Kent Nagano es una de las figuras musicales que ha experimentado una mayor proyección internacional de unos años a esta parte. Dotado de una excelente formación musical, Nagano es uno de los más destacados baluartes de la difusión de la música contemporánea. Director analítico y cerebral, Nagano atesora unas más que elegantes maneras de dirigir cimentadas sobre una portentosa técnica en la que suele prescindir de la batuta. Nagano es un maestro que destaca por una meticulosidad no exenta de sensibilidad, por una recreación refinada de los espacios sonoros y por una estabilidad carente de cualquier precipitación interpretativa. Junto con Esa-Pekka Salonen, Riccardo Chailly y Simon Rattle, Nagano pertenece a una generación de directores que han crecido sin prejuicios y en paralelo a la normalización de la música contemporánea, tanto en su faceta sinfónica como operística. Hombre muy dado a la grabación audiovisual de sus conciertos, Nagano ha colaborado en distintos proyectos solidarios destinados a combatir la pobreza en el mundo y en alguna ocasión ha ejercido como modelo para la firma comercial GAP. El 19 de marzo de 2011, Nagano dirigió en Berlín una emotiva versión de la Sinfonía nº7 de Bruckner especialmente dedicada a las víctimas del seísmo originado en Japón unos días antes y con la que obtuvo un éxito memorable. A día de hoy, toda la crítica coincide en que Nagano será uno de los directores a tener en cuenta de aquí a unos años coincidiendo con su período de mayor madurez artística.
De entre la producción discográfica debida a Kent Nagano podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Concierto para violín de Adams, junto a Gidon Kremer y dirigiendo la Sinfónica de Londres (NONESUCH 79360); Sinfonía nº3 de Beethoven dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (ARTHAUS 101429); Sinfonía nº4 de Brahms dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (ARTHAUS 101433); Requiem Alemán de Brahms, junto a Isokoski y Volle, y dirigiendo la Orquesta del Estado de Baviera (vídeo de referencia desconocida); El rescate de Penélope de Britten, junto a Rogers, Hagley, Dazeley y Ansley, y dirigiendo la Orquesta Hallé (ERATO 12713); Sinfonía nº8 de Bruckner dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (ARTHAUS 101435); Coppélia de Delibes dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Lyon (KULTUR 1485); Werther de Massenet, junto a Von Otter, Upshaw y Hadley, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Lyon (ERATO 17790); San Francisco de Asís de Messiaen, junto a Aler, Merritt, Van Dam y Upshaw, y dirigiendo la Orquesta Hallé (DG 445176); Sinfonía nº41 de Mozart dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (ARTHAUS 101427); Khovanschina de Mussorgski, junto a Alexeev, Burchuladze, Vogt y Soffel, y dirigiendo la Orquesta del Estado de Baviera (EUROARTS 2072428); Diálogo de carmelitas de Poulenc, junto a Gautier, Dubosc, Dupuy y Gorr, y dirigiendo la Orquesta de la Ópea de Lyon (VIRGIN 59227); El amor de las tres naranjas de Prokofiev, junto a Bastin, Bacquier, Gautier y Henry, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Lyon (EMI 58694); selección de piezas orquestales de Ravel dirigiendo la Sinfónica de Londres (ERATO 98479); Die Gezeichneten de Schreker, junto a Schöne, Volle, Hale y Brubaker, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (EUROARTS 2055298); Sinfonía nº3 de Schumann dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (ARTHAUS 101431); Salome de Richard Strauss, junto a Viala, Jossoud, Van Dam y Bisson, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Lyon (VIRGIN 91477); y, finalmente, Parsifal de Wagner, junto a Fox, Salminen, Ventris y Meier, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (OPUS ARTE 915). Nuestro humilde homenaje a este sensacional director de orquesta.