A unos cien kilómetros de la ciudad de Cuzco, a menos tres horas a pie desde la estación ferroviaria de Puente Ruinas, las ruinas de la vieja cima — Machu Pichu — se alzan en los casi inaccesibles Andes, a 457 metros por encima del río Urubamba, los restos de lo que debió ser un centro ceremonial. El enclave, situado entre dos laderas que parecen cortadas a pico, se denominó Machu Pichu tomando prestado el nombre de una montaña cercana, ya que se desconoce del todo su denominación original. Al parecer, el centro estaba dedicado al culto solar, astro del que los emperadores incas se proclamaban descendientes. Pero además, Machu Pichu fue un enclave en el que las mujeres superaban en número a los hombres en una proporción de 10 a 1. El escenario, descubierto en 1911 a los ojos occidentales por el arqueólogo Hiram Bingham, profesor de la Universidad de Yale, estaba oculto tras una espesa vegetación que hubo de cortarse. Pero la estructura original había sufrido escasos daños.
Cuando Bingham descubrió Machu Pichu creyó haber dado con el mítico enclave de Vilcabamba, el último refugio de los incas después de que los conquistadores españoles hubiesen expulsado al emperador inca de Cuzco. Los diversos estudios parecen indicar que el complejo fue un importante centro religioso y no una ciudad en sí. La fecha de su construcción es incierta, aunque probablemente se remonta a la época de la máxima expansión del imperio inca, esto es, hacia finales del siglo XV. Los restos humanos encontrados, que confirman la numerosa presencia femenina anteriormente aludida, contribuyen a apoyar la teoría de que Machu Pichu era un centro de culto al Sol y un santuario habitado por las llamadas «vírgenes del sol». El Intihuatana — poste por donde se pretende amarrar el sol — proporciona aún más pruebas sobre la importancia del astro solar en las ceremonias rituales que allí se llevaban a cabo. Se sabe que, durante los solsticios de verano e invierno, se celebraba un festival inca del sol, el conocido como Inti Raymi.
Dentro de los edificios levantados destaca La Torre del Sol, construcción con planta de herradura que consta con una ventana orientada de tal modo que durante el solsticio de invierno los rayos solares penetran en ella. También el Templo de las Tres Ventanas, formando éstas una línea recta con un monolito rectangular situado en el centro. Machu Pichu estaba formado por jardines y terrazas, grandiosos edificios ceremoniales y palacios. Existen también restos de acueductos, fuentes e instalaciones dedicadas al baño ritual, además de zonas de cultivo unidas mediante escalones. Se desconoce el motivo por el que el enclave fue abandonado — no fue descubierto por los españoles — aunque las distintas posibilidades apuntan a una guerra civil entre los incas o a una profanación del santuario.
Pero lo más sorprendente de Machu Pichu es su extraordinaria sillería y la habilidad con que están unidos los gigantescos bloques de granito, sin ningún tipo de argamasa. Muchas piedras presentan los bordes cuidadosamente contorneados con el fin de acoplarse con absoluta precisión. Los muros tienen unas juntas apenas perceptibles y los edificios poseen una resistencia excepcional. Según algunos especialistas, es del todo imposible que los incas pudieran haber realizado una obra de tal calibre, ya que no contaban ni con herramientas de hierro ni con animales de carga. Además, es sabido que los incas desconocían la rueda, por lo que carecían de medios para transportar los grandes monolitos. Todo ello ha dado pie, como no podía ser de otra manera, a la existencia de conjeturas que aluden a que los incas contaron con la ayuda de una inteligencia superior, posiblemente de origen extraterrestre… Una explicación más sencilla es la que atribuye la autoría de la obra a una comunidad o civilización preincaica. De todas maneras, a día de hoy, nadie sabe a ciencia cierta cómo pudo construirse Machu Pichu.
Qué interesante la descripción geográfico-histórica, Leiter. Y qué bonitas las fotografías. Son tuyas?, Has estado allí?
Un beso grande
No, no son mías pero sí estuve allí. Es complicado acceder — bueno, hablo de hace unos veinte años — pero merece la pena. Lo malo es que te acabas mareando un poco por la altitud.
Gracias y bienvenida de nuevo, Lulú
LEITER
El misterio de Machu Pichu, así como el de Tiahuanaco en Bolívia tan sólo lo conoce el Cóndor de los Andes con su vuelo majestuoso. Inefable. La clave de la Redención en el Kali Yuga.
Pero para todos se sorprendan, la imagen de perfil de Machu Pichu en,
http://metamistica.blogspot.com/2007/02/machu-picchu-visto-de-perfil-un-banco.html
y ya me dirán si tengo razón.
yo estuve hace menos leiter y también me sentí muy incómodo, especialmente por dolores de cabeza fuertes en mi caso, peores aún en cuzco que está aún más alto que machu-pichu, pero como decis vale la pena…
Un buen trago de Pisco y se curan todos los males…
Increíble la foto, Iván. De veras, realmente extraordinaria.
Abrazos
LEITER
hola Hugo y Leiter, para su próxima visita prueben mascar coca, no se si evitaran el dolor de cabeza pero si los mareos. Además es una experiencia no adictiva. Lo del pisco es válido aún a nivel del mar
un abrazo
Yo no recomendaría ni hoja de coca ni pisco, aunque en Perú y Bolivia eso es como tomar café en Colombia. Eso es horrible y la embriaguez puede ser peor que la causada por la altura de la Cordillera de los Andes.
Mejor los medios naturales.
Abrazos.
me quedaron las ganas de conocer tihuanaco, pero la verdad, frente a lo que me pasó en perú, no me decido a encarar la paz y sus casi 4000 mtrs sobre el nivel del mar…
Amigos míos de la Sagrada Hermandad Leiterina, quiero compartir con ustedes un tema apasionante que converge con Machu Picchu de alguna forma -Leiter, es culpa tuya, tú siempre buscas temas para ponerme a hablar.
Hace un par de semanas asistí por televisión un documental de dos horas en el History Channel; se titulaba «La Isla Apocalíptica».
Como bien saben, en estos tiempos están muy de moda las Profecías de Nostradamus, el Apocalipsis de San Juán, el Calendario Maya y otros temas afines, por aquello del caos mundial actual y la creencia que algo extraordinario ocurrirá el próximo 21 de diciembre de 2012. Algunos lo llaman «El Fin del Mundo», en medio de un colapso cataclísmico que llevará a la Humanidad a su extinción. Para otro, es el inicio de una Nueva Era, en donde la conciencia del Ser Humano dará un giro de 180 grados y el mundo, tal como lo conocemos, cambiará de cara, para mejor.
En el programa que comento, un individuo cuyo nombre no recuerdo, hace unos años viajó desde Valparaiso-Chile, hasta el archipiélago de Juán Fernandez, especialmente a un islote inhospito, donde definitivamente no hay turismo, como sí lo hay en otros puntos del lugar -creo-.
Su profesión de antropólogo le llevó hasta allí, para estudiar la posible presencia de pueblos autóctonos, desaparecidos hace siglos. Pero lo que encontró fue más que sorprendente.
Cundo levantó su campamento se percató que FRENTE A ÉL había una estructura de piedra que se elevaba varios metros, VARIOS METROS. Cual no sería su sorpresa cuando al observarlo mejor, descubrió lo increible: era un tótem trabajado por -nada menos- que LOS MAYAS!
Algo de no creer. Cómo lograron los Mayas viajar en su tiempo, con las limitaciones obvias de sus embarcaciones, desde la Península del Yucatán en Centroamérica hasta remotos islotes, cruzando el salvaje Océano Pacífico hacia regiones australes, para erigir allí un tótem, y sobretodo, con qué objeto?
Es un enigma. Pero nuestro antropólogo se deicó a estudiar y se fijó la meta de retornar al islote -600 km al oeste de la costa chilena- lo que logró recientemente. Lo curioso es que los marineros de Valparaiso se negaban a llevarlo en sus barcos, alegando que era una travesía muy peligrosa, sobretodo en una época en que el mar es traicionero y se cubre de una densa niebla que lo hace aún más asustador (una razón más para sorprendernos del hecho que los Mayas lo hicieran, pese a la mayor distancia). Pero finalmente logró que alguien lo llevara. 4 días de viaje por el no tan pacífico Océano Pacífico.
Los estudios de nuestro amigo antropólogo nos indican el porqué la isla es tan especial y la finalidad de los Mayas al erigir allí un monumento.
Como todos saben, el Calendario Maya finaliza el 21 de diciembre de 2012. Se basa en la observación y comprensión de los astros y la naturaleza. Los Mayas determinaron -al igual que otras culturas- que el tiempo es cíclico y que el actual ciclo, termina en la fecha indicada, con la ocurrencia de fenómenos celestes de gran envergadura: una perfectísima alineación de la Tierra, la Luna, Venus y el Sol con el centro de la Galaxia, una zona oscura llamada Ophicus (Nostradamus parece que también lo refiere). Y los fenómenos mencionados serán visibles precisamente en esa isla y de manera perfecta en el punto donde se erige el tótem.
No es para enloquecer de admiración por los Mayas? Qué cosa tan monumental!
Es fascinante. Personalmente creo que en efecto, algo deberá ocurrir para entonces. Quiero pensar que de hecho este ciclo ya desgastado y convulso terminará y se iniciará una Era de Oro, en donde la maldad desaparezca del corazón del Hombre, se erradique toda manifestación de ignorancia, el Ser Humano vuelva su mirada a la Sabiduría y así, el Mundo cambie radicalmente. Es el verdadero Apocalipsis, que significa «Revelación»: los misterios del Cosmos se revelarán a los Hombres y la Verdad anidará en su corazón.
Pero los que hablan de un cataclismo exterminador puede que tampoco estén tan equivocados. Dios nos libre, pero puede ocurrir una conflagración nuclear, un enorme meteorito puede caer sobre la tierra (ya ha ocurrido), los fenómenos cósmicos mencionados pueden desencadenar reacciones de la naturaleza…han notado cómo cada día aumentan las manifestaciones de la Tierra en forma de tsunamis, terremotos, huracanes, etc.?
No es imposible. Y si las cosas están tan mal en el Mundo, para purgarlo sería necesario pasarlo a fuego. Pero eso sería muy triste.
Prefiero la opción de la Revelación.
Machu Picchu, Tiahuanaco, los Mayas, la Antigua India Aria…todo converge hacia un mismo punto, pues hace parte de una historia oculta, despedazada como una vasija de barro cuyos fragmentos se hallan dispersos en diversas épocas y culturas.
He ahí la intrigante historia que quería compartir.
Ojalá yo pueda visitar el islote en el archipiélago de Juán Fernández.
Depende de nosotros tener un futuro mejor. El cambio está en nosotros. Dios se manifestará en nuestro interior, que es la morada real de la Divinidad. Hay que aceptarla para transmutarnos para bien, junto con la Naturaleza.
Esa es nuestra misión.
Saludos Gran Maestre Leiter.
Sabias, nobles y bellas palabras, amigo Iván.
Y ojalá que podamos vivir una Nueva Era basada en la Sabiduría y el Conocimiento de los misterios del cosmos. Ojalá que así sea. Voto por ello.
Me ha dejado ciertamente desconcertado el tema tan interesante que nos cuentas sobre el archipiélago de Juan Fernández (Aquí pongo el enlace al primero de los seis vídeos en los que puede visionarse dicho reportaje) y en el transcurso del día haré una parada para contemplar esos vídeos en su totalidad. Resulta asombroso que una civilización haya cruzado casi todo un continente para edificar un monumento.
Por lo que a mí respecta, recuerdo lo que me ocurrió cuando subí a la pirámide de Kukulcán en Chichén Itza: Yo nunca he sufrido de vértigo en mi vida pero desde lo alto de aquella cumbre sentí un mareo extraño al mirar hacia el suelo. De esta manera, tuve que bajar «sentado», escalón a escalón, para tratar de mitigar esa extraña sensación de vértigo que no sólo me ocurrió a mí. Es curioso, ya que también ascendí a la cumbre de la Pirámide del Sol en Teotihuacán, de mucha más altura, y no padecí ese vértigo (Mucha gente lo pasó realmente mal arriba: No veían la manera de bajar). Por cierto, sentí una magnífica sensación de libertad en lo alto de la Pirámide del Sol, azotada por un fuerte viento que hacía mucho más mágico aquel momento.
También en el centro de la civilización azteca, Teotihuacán, fui testigo de algo insólito: Un amigo del Distrito Federal de México que hacía las veces de cicerone para mí me enseñó algo extraordinario. Al llegar junto a la base de una pequeña pirámide, más bien una especie de reproducción de pirámide, me dijo que golpeara mis manos a la manera de palmada frente a la misma. El eco de aquel sonido era realmente extraño. Pues bien, aquel eco era justamente el sonido del pájaro Quetzacoatl… ¡Increíble pero cierto! Me quedé alucinado. ¿Cómo demonios construyeron aquella tapia para que fuese posible reproducir el sonido de ese pájaro mediante el eco?
Extraordinario comentario, Iván. Y tema más que interesante el propuesto. Cuando visione los vídeos comentaré mis impresiones al respecto.
Un fuerte abrazo, amigo Iván
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