Marian Anderson fue una cantante norteamericana nacida el 27 de febrero de 1897 en Filadelfia y cuya contribución al mundo de la interpretación musical no fue tan sólo la de sus extraordinarias y versátiles interpretaciones en un registro de contralto pura que incluso se atrevía con repertorios de soprano. Marian Anderson fue además un icono de la lucha racial norteamericana.
Estudió en su ciudad natal y decidió dedicarse de lleno a la música, ejerciendo como limpiadora para poder costearse sus estudios. Su debut, en 1925, despertó la admiración de Toscanini y fue el prometedor inicio de una exitosa carrera. Desde entonces cantó en numerosas ciudades y realizó giras por Europa, cantando incluso en España (Barcelona y Madrid, 1936). En 1939, Marian Anderson protagoniza un triste episodio: Se le impide el acceso al Constitutional Hall de Washington por su condición de cantante negra. Como desagravio, la entonces primera dama de los EEUU, Eleanor Roosevelt, decide organizarle un concierto de desagravio en el Lincoln Memorial Center al que asisten unos 75.000 espectadores.
Sólo ocasionalmente cantó papeles operísticos, pues se dedicó básicamente al lied (Schubert fue su autor más admirado) y a los espirituales negros. Aún así, en 1955 el empresario Rudolf Bing decide romper con los tabúes que todavía mantenían alejados a los cantantes de color en el Metropolitan neoyorquino y le ofreció el papel de Ulrica de Un ballo in maschera de Verdi. Aquel mismo año, Marian Anderson regresó a España y ofreció un memorable concierto en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Entre 1964 y 1965 emprendió una gira de despedida que culminó en el Carnegie Hall de Nueva York. En 1958 fue nombrada delegada de los EEUU en la ONU y en 1972 recibió un premio por la paz. Ya en 1991 obtuvo un Grammy honorífico por su dilatada y exitosa carrera musical. Falleció plácidamente en Nueva York el 8 de abril de 1993. Entre su discografía seleccionada, podemos destacar la serie de canciones y lieder de Bach, Schubert y Brahms editadas por el sello RCA y dos discos de recitales en directo recogidos por la firma discográfica PEARL.
Lástima no haber nacido antes para escucharla en directo! Aún así es genial.
Besos
Genial y genuina, querida Amalia. Marian Anderson fue de las contadas intérpretes cuyo registro era de contralto pura, algo realmente excepcional. De ahí el inconfundible timbre y coloratura de su voz.
Besos, muchos besos
LEITER
Sorprendentemente bella. Tenía una voz increíble. Son de esas voces ciertamente únicas, como la de Julie Andrews o Maria Callas. No se si coincides, Leiter.
Me imagino lo duro que habrá sido para ella en aquellos años.
Sobre los spirituals… ahh! que bellas piezas! una vez escuché en vivo «My Soul’s Been Anchored in the Lord» que realmente te pone los pelos de gallina. Poderosamente emotivo. Y además la letra… para los que creemos nos dan ganas de llorar.
Lamentablemente, no encuentro versiones en YouTube que tengan buen sonido… y tampoco he econtrado discos que la tengan.
Un ejemplo El sonido no es bueno, pero sirve igual.
Un abrazo, Leiter. Y gracias por esta entrada, sin tú saberlo me has traidos buenos recuerdos.
Bueno, a pesar del sonido, la pieza es maravillosa. Gracias por el enlace, Frank
Claro que coincido contigo en lo de María Callas. Las voces peculiares resultan especialmente atractivas. Otro caso es el de Montserrat Caballé, un timbre de voz absolutamente distinguible y propio.
Un abrazo, amigo
LEITER