¡Cómo vibran mis sentidos al pisar tus arenas!
Tu brisa es como el aroma de la adolescencia,
cosquilleo de húmedas sonoridades,
brillos de infinita consistencia.
Como una novia me asomo al balcón de tu eternidad
y me brindas un paciente adagio coloreado de amanecer.

Ya sea la paz flotante de los escenarios ausentes
o el lejano griterío que los ritos encierran,
el despertar de las filigranas,
tu soñada figura marinera;
como una diosa que se enfrenta sin pudores a la marea
te exhibes recostada en tu celeste trono de ilusiones.

Contemplo las olas como un juego de adivinanzas
y a un sol que se distrae acariciando tu estirpe,
esbozados veleros de acuarela,
fragata de corsarios imaginados,
como una nube arqueada de gaviotas en el cielo
vuelan mis sueños de eternizarme en tu manto

Quiera mi empeño de mágicas esferas
liberar mi yugo de desconsuelo.