Michael Schultze [ Michael Praetorius ]
Del compositor aleman Michael Praetorius os dejamos el enlace al vídeo donde podemos escuchar una breve pero animadísima danza — Bouree — de la colección Terpsícore de este mágico compositor.
Esta danza, escrita originalmente para órgano según todos los indicios, se presenta en una versión arreglada para diversos instrumentos renacentistas. No tenemos muy claro qué intérpretes son los que ejecutan esta pequeña pieza en el vídeo del enlace, no obstante recomendamos una grabación del sello RICERCAR (ref 205) en la que distintos grupos instrumentales nos ofrecen una compilación total del Terpsícore de Praetorius.
Este compendio instrumental fue editado en 1612 y comprende no menos de 300 danzas instrumentales, siendo posiblemente la obra más conocida del autor y la única no sacra que ha llegado hasta nuestros días.
El modo compositivo adoptado por Michael Praetorius en esta colección es ciertamente original, ya que suele consistir en presentar la melodía principal sin modificaciones por una de las voces para luego asociar otras voces de modo concertante sobre motivos tomados de la propia melodía principal. Según ciertos especialistas, este modo compositivo de Praetorius influyó decisivamente en el concierto barroco por medio de una nueva variedad colorística nada habitual por entonces en Alemania.
Ya en las postrimerías del Renacimiento y en un mundo que se había ensanchado del todo con los nuevos descubrimientos geográficos, ni las agotadoras guerras religiosas ni los consiguientes cambios litúrgicos impidieron el desarrollo de la cultura alemana y flamenca. En el campo científico, fueron notables los progresos obtenidos por Andries van Wesel, más conocido como Vesalio (1514-1564), en el proceso de disección de cadáveres, y cuyas publicaciones chocaron de lleno con la Iglesia pese a ser médico personal de Carlos V. (Felipe II le conmutó la pena a la hoguera dictada por su padre).
Otro gran científico fue el suizo Theophrastus Philippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, más conocido como Paracelso, (1493-1541), en cuya obra se mezcla la ciencia, la alquimia e incluso la astrología. Con todo, se le considera el precursor de la homeopatía. Es en este mismo contexto histórico en donde la música del norte empieza a superar el estadio polifónico.
Un buen ejemplo de ello fue Hans Leo Hassler (1564-1612), autor de numerosos motetes pero también de madrigales y que se destacó en la música instrumental para órgano bajo la influencia de su maestro Andrea Gabrieli. Aunque mucho más volcado aún con la música instrumental fue el organista, recopilador y teórico Michael Praetorius, un músico importantísimo que ayudó a preparar el gran florecimiento alemán de la segunda mitad del siglo XVII.
¿Cúando nació Michael Praetorius ?
Michael Schultze o Schultz, llamado por la forma latinizada de su apellido, Praetorius, nació probablemente hacia el 15 de febrero de 1571 en Creuzburg an der Werra, Turingia, en el seno de una familia en donde su padre era pastor luterano.
Luego de frecuentar las escuelas de Torgau y Zerbst, Praetorius partió en 1585 hacia Frankfurt/Oder para estudiar filosofía, teología y órgano, llegando a ocupar su primer puesto de organista en una iglesia de dicha ciudad. Más tarde, Praetorius ejerció la misma función en Gröningen y posteriormente en Wolfenbüttel, localidad en la que sabemos por su propio testimonio que se encontró a partir de 1593.
Ya en 1604, Praetorius fue nombrado Kapellmeister en la corte de Brunswick y allí presenta sus primeros motetes y salmos de importancia dedicados a su maestro Heinrich Julius, el duque de Braunschweig y de Lünenburg. Después de la muerte del duque en 1613, Praetorius dirigió la capilla de Dresde con carácter interino durante tres años para más tarde, en 1618, ponerse de nuevo a disposición de la corte de Dresde tras un breve período en Magdeburgo.
Una serie de dedicatorias dan testimonio de que Praetorius se reencontró probablemente allí con autores tan importantes como Samuel Scheidt y Heinrich Schütz, siendo también su presencia como consejero muy importante en otros enclaves como Sonderhausen, Cassel, Leipzig y Nuremberg. Finalmente, Praetorius falleció el 15 de febrero de 1621 en Wolfenbüttel — el mismo día de su presumible quincuagésimo aniversario — y su cuerpo se encuentra sepultado bajo la bóveda del órgano de la Iglesia de Santa María.
Michael Praetorius, autor prolífico como pocos, fue uno de los más importantes compositores empeñado en exponer la música y su conocimiento teórico de modo enciclopédico. Con un celo infatigable, estudió la música italiana más reciente y trató de ofrecer sus principios utilizables en el ámbito de la Alemania luterana.
Su obra no ha perdido nada de su carácter imponente con sus 20 publicaciones de música para el culto, su colección de danzas francesas y los tres volúmenes de su gran obra didáctica, el Syntagma Musicum. Su figura ha despertado un renovadísimo y justo interés de unas décadas a esta parte por su trascendencia histórica en el desarrollo de la música alemana de la segunda mitad del siglo XVII. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su figura.
Hablamos de un compositor que por pertenecer al delicioso Renacimiento, se encuentra inevitablemente asociado con la Historia misma, especialmente la enmarcada por el convulso ambiente religioso de aquellos tiempos en la Alemania Eterna — algún momento de los Credos humanos ha estado libre de torbellinos?
La música de Praetorius, si bien reposa bajo la égida del Protestantismo en su mayor parte, respira también la idiosincrasia del pueblo llano en sus formas más profanas, aquellos hombres y mujeres que lejos de la intelectualidad -aún en pleno Humanismo Renacentista, era privilegio de uno pocos- sólo podían vivir a la sombra de los acontecimientos, nutriendo empero, con sus tradiciones y modos de vida, el componente cultural de toda una Nación. La forma musical que Praetorius nos deja en Terpsícore, es el equilibrio necesario y armónico entre el sentir del hombre común y el arrollador movimiento intelectual que brillaba cada vez con mayor intensidad en los círculos más doctos de la época.
Destaco la presencia en esta entrega, del mítico Theophrastus Philippus Aureolus Bombastus von Hohenheim o Paracelso; espíritu inquieto merced a una mente brillante, también Él es el equilibrio perfecto entre la sapiencia ortodoxa y la heterodoxa: en un continuum inevitable para la total integración del Ser, universalizó el Saber que mana de los entes por doquier diseminados, buscando en su conocimiento el secreto de la Piedra Filosofal como parte de su ascención propia y la de toda la Humanidad, a los planos más sutiles de la Creación. Aunque no inocente de algunos experimentos que podrían ser vistos como «macabros» -el Homúnculo por ejemplo- su labor como Gran Adepto encierra el secreto mismo de la Madre Naturaleza. Ello es meritorio.
Excelente y encomiable guiño dominical. Para escucharlo y leerlo una y otra vez.
Abrazos amigo y hermano Leiter.
He de reconocer que a Praetorius lo descubrí no hace mucho y, la verdad sea dicha, de lo que he escuchado de él absolutamente nada me ha decepcionado. Al contrario. Hay una serie de compositores por ahí (Hassler, Campion, Sweelinck…) a los que tengo muchas ganas de echarles el lazo. Todo se andará.
Un abrazo, amigo y hermano Iván.
LEITER