Novena Sinfonía de Beethoven
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Para muchos, es la obra musical más grandiosa jamás compuesta. Para otros, como por ejemplo mi admirado Ángel Guirao, es la obra de arte más perfecta que haya sido elaborada nunca por el ser humano.
Para quién esto escribe, es una obra difícil y compleja que requiere de un minucioso estudio para apreciar en toda su extensión la monumentalidad de la composición. En estas mismas páginas se me llegó a criticar, no sin razón, la no inclusión de esta sinfonía entre una improvisada lista de las Diez Mejores Sinfonías.
En su momento comenté que eso hubiese sido lo fácil; por ello me veo ahora obligado a realizar un breve análisis de esta obra que pueda servir, de alguna manera, para facilitar la audición de la misma. Empezaré diciendo que es muy difícil resumir toda la grandiosidad de esta obra en una entrada de este tipo… Pero, vamos a intentarlo. Merece la pena el esfuerzo.
* Compuesta entre 1822 y 1824
* Estrenada el 7 de mayo de 1824 en Viena bajo la dirección del propio Beethoven (Quién ya estaba completamente sordo)
* EFECTIVOS ORQUESTALES: 2 flautas, flauta piccolo, 2 óboes, 2 clarinetes, 2 fagots, contrafagot, 4 trompas, 2 trompetas, 3 trombones, timbales, triángulo, címbalos y bombo. Cuarteto de solistas (Soprano, tenor, contralto y bajo) y Coro.
* Duración aproximada de la ejecución: Alrededor de una hora y diez minutos.
El proyecto de escribir una sinfonía con coros había rondado ya en la mente de Beethoven y de esta manera el músico pensó concluir con un coro religioso su Sinfonía Pastoral, pretensión que finalmente no se llevó a cabo. Existe lo que algunos analistas consideran que es una especie de boceto de la Novena Sinfonía y es la Fantasía para piano, orquesta y coro de 1808. También sabemos que Beethoven, ya en 1793, había pensado musicar la Oda a la Alegría del poeta Schiller mucho antes de que ésta coronase el último movimiento de la Novena. Esta sinfonía se concluyó definitivamente diez años después de la Octava, lo que nos advierte del enorme tiempo de maduración de la idea. Fue terminada justo después de otra de las grandes obras de Beethoven, la Misa Solemnis, con la cual está emparentado el último movimiento de la Novena.
Estrenada en 1824, la audición fue una especie de homenaje al propio Beethoven quién, según la leyenda, no pudo advertir la ovación que el público le estaba dedicando al finalizar el concierto ya que al parecer, a causa de la sordera, estaba dirigiendo con cierto retardo en los compases. También se dice que durante el ensayo — y siempre teniendo en cuenta la sordera del compositor — advertía de los recurrentes fallos de ejecución de los profesores de la orquesta observando la mala colocación de sus dedos en los trastes. Quizás pueda parecernos algo realmente imposible, pero tratándose de Beethoven… La partitura fue editada en 1826 por la casa Schott de Maguncia con la siguiente dedicatoria: «A Su Majestad el Rey de Prusia Friedrich Wilhelm III». La copia manuscrita de conserva actualmente en la Biblioteca Real de Berlín.
El vídeo que sirve de enlace para el desarrollo de la obra es una magnífica versión en directo de Kurt Masur con la Orquesta Nacional de Francia. En el mismo portal de vídeos existe otra magnífica e histórica versión de Arturo Toscanini, pero no me he decidido por ella debido a la menor calidad del sonido. De cualquier manera, para los mayores aficionados, es una buena oportunidad de comparar dos versiones tan alejadas en el tiempo y tan distintas entre sí.
DESARROLLO DE LA OBRA
PRIMER MOVIMIENTO: Allegro ma non troppo, un poco maestoso, en re menor y compás de 2/4. En este primer movimiento se anuncia y expone toda la compleja estructura de la obra donde la clásica forma sonata se desatiende por un nuevo dispositivo formal donde la exposición y el desarrollo se encuentran juntos. Los segundos violines y violoncelos, en indecible espera, mantienen la quinta La-Mi en pianissimos trémolos, destacándose esas dos notas, en ritmo descendente, en primeros violines y violas. Hay una duda entre mantener la tonalidad mayor o menor y habrán de pasar aún cuatro compases de crescendo antes de que se despeje esa incertidumbre.
Tras dieciséis compases se afirma en el tutti fortissimo la tonalidad principal, en una exposición temática enérgicamente declamada y repetida en re menor, luego en Si bemol mayor, antes de que aparezcan los motivos secundarios. El primero se presenta, en re menor, en los instrumentos de viento y el segundo es expuesto en terceras por flautas y clarinetes, en Si bemol. También en esta tonalidad aparece el tercer tema, repartido entre maderas y cuerdas arpegiadas en pizzicato.
Se producen escalas en movimientos contrarios que se afirman en una imperante forma rítmica (Corchea-semicorchea-fusa-corchea). Estas escalas son respondidas por violoncelos y clarinetes por una frase breve emparentada al segundo motivo precedente. A continuación, el ritmo, pianissimo, seguirá percutiendo desde la cuerda grave y se impone al tutti formando la conclusión de la primera parte del movimiento, a pesar de que otro tema suena a contratiempo. De manera inusual, esta parte no se repite sino que es reemplazada por una variante que hace las veces de elaborado desarrollo en base a reapariciones temáticas y rítmicas divididas y ricamente instrumentadas.
Con esta peculiar elaboración se afirma particularmente el tono mayor, siendo ello causa de que en algunos manuales esta sinfonía se presente como en Re mayor. A continuación, una doble coda: Primera en mayor, con la primera trompa sobre el unísono del tutti inicial; la otra en menor sobre un cromatismo de cuerdas y fagots cuando da la impresión de que la orquesta va a extinguirse. Aparece un nuevo motivo en las trompas, recogido luego por las maderas, cuya exposición devuelve por analogía el primer tema del movimiento, el cual concluye en unísono fortissimo.
SEGUNDO MOVIMIENTO: Molto vivace, en re menor y compás de 3/4. Curiosamente, este scherzo viene colocado en la segunda posición de esta sinfonía, en vez de la tradicional tercera, y es excepcionalmente largo. Enseguida notamos el parentesco rítmico inicial con la exposición temática del precedente Allegro, en una voluntad organizativa llevada a límites extremos. Una corta introducción en fortissimo en la cuerda y después en los timbales al descubierto da paso al tema principal, en pianissimo, expuesto por la cuerda de manera fugada (Segundos violines, luego violas, violoncelos, primeros violines y finalmente contrabajos).
Tras una repetición vigorosa del tutti aparece un segundo motivo melódico en la madera que será repetido en crescendo e introducirá un tercero con el viento ante el obstinado ritmo de la cuerda sobre la nota Do. Después de la repetición, la parte del desarrollo vuelve a tomar la nota inicial y tras una nota acalderonada en Si se prosigue en un mágico juego de tonalidades (mi menor, la menor, Fa mayor) para retornar al re menor del comienzo.
Es curioso observar cómo la partitura nos va advirtiendo de la alternancia «Ritmo di tre battute» y «Ritmo di quattro battute«. La reexposición concluye con un crescendo abruptamente concluido.
Es el turno del trío, realmente un Presto sustitutivo del tradicional trio. El Presto es un intermedio a dos tiempos en Re mayor. Tras el tutti, el fagot toca un staccato sobre el que los óboes y clarinetes exponen un tranquilo motivo, con el apoyado rítmico de unos timbales con ganas de participar. El tema se completa con un dibujo ascendente de la cuerda en crescendo. Tras un calderón en Re la cuerda, al unísono, marca el ritmo del scherzo que se repite da capo. De manera genial y sublime, el compositor nos sorprende con un recuerdo de los primeros compases del Presto tocado por la madera. El movimiento concluye con un enérgico tutti sobre las notas La y Re. Por más veces que escucho este movimiento, más magistral y grandioso me parece; una verdadera joya compositiva.
TERCER MOVIMIENTO: Adagio molto e cantabile, en Si bemol mayor y compás de 4/4. En uno de los manuales que suelo utilizar como referencia y guía para este y otros análisis, se subraya una famosa frase de Otto Klemperer: «En cuanto al Adagio, no podemos hablar de él; sería una blasfemia…» Pues, ¡Blasfememos y que Dios nos pille confesados! Lo primero que se destaca es su arquitectura en forma de Lied con dos temas cruzados en variación. El tema principal es expuesto por la cuerda en mezza voce y es respondido periódicamente y en eco por trompas, fagots y clarinetes, al final, con prolongados arpegios de la cuerda.
Una modulación introduce la tonalidad de Re mayor sobre la que segundos violines y violas, junto a la madera, entonan un nuevo tema, Andante moderato, en compás de 3/4, que se desvanece en pianissimo. Se retorna de nuevo al Adagio, en Mi bemol, tocado por los clarinetes y los fagots acompañados por la cuerda en pizzicato. El tono de Si bemol vuelve a reaparecer en una variación del primer motivo en compás de 12/8 sobre largas notas sostenidas en las maderas que decoran la fluidez de los primeros violines. A esta variación le sucede otra compuesta por rápidos pasajes en los violines, primero en crescendo y luego en decrecendo. Un repentino unísono presenta una doble llamada a modo de fanfarria en los metales que no altera la tranquilidad del movimiento. La pieza prosigue y se desvanece paulatinamente con un acorde de tónica que se repite cuatro veces y concluye en piano.
CUARTO MOVIMIENTO: Finale: Presto, en re menor y compás de 3/4 (Aquí sí coincide el vídeo de enlace con el inicio del movimiento). Casi sin interrupción, la orquesta ataca un acorde disonante, un ritornello de ocho compases marcados por notas picadas y con una fuerte sensación de dramatismo acentuada, si cabe, por la presencia de intervalos de quinta y cuarta ya utilizados en los movimientos precedentes.
Los violoncelos y contrabajos exponen un recitativo que más tarde entonará el bajo solista. A continuación, se produce una repetición del ritornello y del recitativo antes de que la orquesta presente reminiscencias de los movimientos anteriores: Primero, los iniciales compases del Allegro inicial, en La mayor, interrumpidos por una repetición en fortissimo del recitativo. Luego los ecos del primer motivo del Scherzo en los instrumentos de viento, en la menor, para ser nuevamente interrumpido por el recitativo de los bajos en diminuendo. Finalmente, dos acordes del Adagio intentan contrarrestar a los instrumentos de viento y también son interrumpidos por el recitativo. La orquesta esboza ahora un nuevo tema, en 4/4, Allegro assai, que será la Oda a la Alegría.
Lo interpretan óboes, clarinetes y fagots sobre un pedal de las trompas. Aparece por última vez el recitativo instrumental, en 3/4, y hace surgir a continuación el tema completo del himno, que pasará paulatinamente al resto de la orquesta con gran alegría. Vuelve el ritornello, Presto, en 3/4 y re menor, en tutti, y esta vez es el bajo quién se apodera del recitativo (¡Oh, Freunde nicht diese Töne!). Le sigue la primera estrofa de la Oda de Schiller de la que el coro, a excepción de las sopranos, tomará los cuatro últimos versos y se convertirá en el tema coral esencial. A partir de aquí, el coro y el cuarteto solista se turnan para exponer las siguientes estrofas:
Primeramente, una variación del tema ,en 6/8 y Si bemol, con aires de marcha y donde la orquesta se adorna con platillos, triángulo y bombo, siendo la primera vez que la llamada percusión «militar» aparece en una obra de estas características. Se introduce después un contracanto del tenor (¡Froh, froh…!) patéticamente interpretado en muchas versiones consideradas como de referencia… Este solo lo repite el coro masculino y luego aparece un desarrollo orquestal fugado y en fortissimo para, luego de unos compases de relativa calma, pasar a un nuevo estallido del coro y de la orquesta, ahora en Re mayor. A esto le sigue un Andante maestoso en 3/2 donde los trombones adquieren un acento litúrgico y sobre el que las voces masculinas entonan un canto monódico (Seid umschlungen, Millionen…). El coro completo y la orquesta repiten esa magistral estrofa para, a continuación, dar paso a un Allegro energico sempre ben marcato, en 6/4 y Re mayor, que repite en la voz de la soprano el comienzo de la primera estrofa y combina el anterior motivo monódico con las contraltos, seguido de un desarrollo instrumental y coral sobre apasionados y vehementes pasajes de la cuerda. Un nuevo período de calma para pasar a un Allegro ma non tanto, en 2/2 y Re mayor, que alterna solos y coros en un ambiente de alegría descarnada (Posibles ecos del Fidelio).
Las voces son reconducidas mediante un crescendo polifónico a un calmado acorde de si menor para estallar, en 2/2 y Prestissimo, coro y orquesta en exaltación colectiva. Finalmente, Maestoso en 3/4 con dos compases de transición para el desencadenamiento instrumental, fortissimo, sobre el motivo de la coda y acorde de Re mayor, repetido durante trece compases en un Prestissimo conclusivo. Como puede desprenderse de la lectura de las líneas precedentes, la partitura tiene «cierta» complejidad…
VERSIONES RECOMENDADAS
– Wilhelm Furtwängler con la Filarmónica de Viena (EMI), con la Orquesta del Festival de Bayreuth (EMI 1951, la mejor de todas) y con la Filarmónica de Berlín (MUSIC & ARTS). Insuperables. De obligada referencia.
– Erich Kleiber con la Filarmónica de Viena. DECCA. Prácticamente, al mismo nivel que las anteriormente citadas.
– Otto Klemperer con la New Philharmonia. EMI. La tradición germánica al servicio de la belleza.
– Carl Schuricht con la Sociedad de Conciertos del Conservatorio de París. EMI. Precisa, equilibrada, deliciosamente versátil.
– Herbert von Karajan con la Filarmónica de Berlín (Grabación de los años sesenta). DG. Impactante, bellísimo sonido.
– Rudolf Kempe con la Filarmónica de Munich. EMI. Toda una sorpresa; insuperablemente construida, muy dinámica. Genial.
– George Szell con la Orquesta de Cleveland. SONY. Limpia y pulcra, si acaso un tanto opaca. Interpretación clasicista
– Bruno Walter con la Sinfónica Columbia. SONY. De absoluta referencia. Uno de los mayores directores de todos los tiempos.
– Arturo Toscanini con la Orquesta de la NBC. RCA. Muy buena, pero es una toma en MONO, de discreto sonido.
– Karl Böhm con la Filarmónica de Viena. DG. Dramática y terrorífica. La última y mejor grabación sinfónica de Böhm. A la altura de la mítica versión de Furtwängler. Imprescindible.
Por contra, no acaban de convencerme las versiones de Solti y la Sinfónica de Chicago. DECCA (Precipitada y alocada, por momentos, aunque con un estupendo sonido orquestal), de Sir Colin Davis con la Staatskapelle de Dresde. PHILIPS (Me defrauda, me esperaba mucho más, algo sosa) y la última grabación de Karajan con la Filarmónica de Berlín. DG. (Aceptable, pero con una lamentable actuación de los solistas masculinos, sobre todo del tenor).
Obviamente, esto no son sino opiniones personales del autor, sin ninguna pretensión vinculante.
Antes de nada, y aunque sé que el halago incomoda, me veo obligado a decir dos cosas:
Que cada día escribes mejor. De un tiempo a esta parte los posts te salen muy fluidos, muy afinados. Redondos.
Y que estos análisis musicales tienen una calidad extraordinaria. Harías bien en recopilarlos, y por qué no, en editarlos y publicarlos. Yo no me canso de darte las gracias por ellos. No sabes cuánto estoy aprendiendo. Y disfrutando.
Efectivamente, creo que la Novena es la cumbre o cima artística de la humanidad. Como bien dices, el segundo movimiento es divino, como a mí me lo parecen todos (los segundos movimientos) los de sus sinfonías y conciertos para piano (por cierto, aprovecho para decir que yo también prefiero el concierto nº 4 al nº 5 o Emperador).
También aprovecho para decir, puesto que lo mencionas en el post, que Toscanini es uno de los grandes directores de Beethoven.
Respecto a la Misa Solemne (perdona lo caótico del comentario), decir que no me termina de llenar, a pesar de su parentesco y cercanía (en el tiempo) con la Novena.
Otra cosa, ¿se puede ver el manuscrito original en la Biblioteca Real de Berlín?
Por último, esa imagen de Beethoven el día del estreno, dirigiendo todavía a la Orquesta cuando la música había acabado, y de espaldas a un público ya que estaba puesto en pie tributándole un estruendosa y emocionada ovación… Esa imagen es maravillosa. No me digas que no.
La escritura es mi caballo de batalla. Si crees que estoy mejorando es debido a que todos los días leo LA CARRETERA y, hombre, algo se aprende. (Bastante, diría yo)
Mis comentarios ya están aquí editados. Son simples bagatelas sin ninguna pretensión, de veras. Hay tratados al respecto con mucha más información y, obviamente, mucho más completos en contenido. Por no comentar algunos blogs que consulto y que son verdaderas joyas de cultura musical. Por supuesto, y a tono con lo que hablábamos el otro día en tu bitácora, todo lo que yo escribo es de DOMINIO PÚBLICO. Lo más importante para mí es que pueda haber personas a las que les sirvan estas líneas para una mejor comprensión musical. Ese es mi mayor estímulo.
Recuerdo tu post de este verano sobre la Novena dirigida por Furtwängler. Se te notó pasión en tu escritura, cosa que es muy de agradecer. La Novena ha sido una obra que me ha costado mucho abordar desde el plano analítico. Desde el meramente estético no presenta ningun problema.
Tranquilo con lo de la Misa Solemnis. Es una obra muy complicada que requiere mucho tiempo. Para tu descargo, dime cuántos directores (de entre las llamadas figuras) se han atrevido con esa partitura tanto en concierto como en grabación.
Lo que se puede ver en Berlín es una especie de fascimil de la Novena, no así el original. Pero advierto que esto lo digo con una perspectiva de unos diez años atrás. No sé positivamente si el manuscrito será ahora accesible para el público. Trataré de informarme.
Claro que es una imagen maravillosa, es más, irrepetible e inolvidable. Para mí, la idea de PARAÍSO es, simplemente, poder ser testigo en otra dimensión (No me pidáis más datos, que de estas cosas nadie sabe realmente nada) de estos acontecimientos. Tengo un deseo: Si Dios existe y quiere premiar mi trayectoria vital como ser humano (Coyuntura más que difícil e improbable) que me haga ser testigo directo de aquel encuentro mítico entre Mozart y Beethoven. Me conformo con eso. Luego me iré tranquilamente al Infierno y me haré amigo de Keith Richards (Si alguna vez le da por morirse al tipo ese…)
Gracias por tu comentario, Ángel
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Creo que el análisis es bastante descriptivo, teniendo en cuenta que se quiere llamar «musical», un análisis musical deberá entonces tener terminología técnica, básicamente. Pues bien, igualmente debe reforzar sus conocimientos en cuanto a lenguaje técnico, y no a un «análisis» propiamente «descriptivo», creo que todas las cosas que nos habla, se aclararían con la sola escucha (dos o tres veces, no más) de la obra, por otra, resumir la novena sinfonía a una página escrita, por ejemplo, todas las cosas que dice, no son muy concisas, conozco mil (y le podría citar mil) libros de análisis de ésta obra, cosa trillada, valdría decir y hacerse un par de preguntas como: «que», «para qué», «como», «cuando» y «donde» y SIN DESCRIBIR, (la descripción sirve como apoyo a lo que se esta diciendo) poner en palabras lo que hizo el compositor, para que lo hizo, como lo hizo, y desde donde y hacia donde fue… espero no se ofenda, hasta pronto.
En absoluto me ofendo, Sebastián, todo lo contrario.
Bueno, digamos que esta sección es un mero resumen de una serie de obras musicales por mí escogidas que quizás se atenga más a lo que usted afirma en su comentario, un resumen descriptivo o una breve referencia para seguir con la audición, que a lo que la propia denominación de la entrada puede sugerir. Esta página no tiene pretensiones estrictamente musicales ni mucho menos docentes, sino más bien supone un entretenimiento tanto para su autor como para aquellos que la visitan, ya sea por primera vez o con regularidad. Un riguroso «análisis musical», como los contenidos de aquella asignatura que estudié hace ya muchos años, presupone unos conocimientos teóricos previos de música y esta página no tiene tal pretensión. Por supuesto que existen muchas publicaciones con análisis musicales de esta obra, mucho más completos y certeros que el mío, pero esta es mi página y yo trato de hacerlo a mi manera, que puede que no sea del agrado de todos. De cualquier manera, reitero lo expuesto a un comentario elogioso de Ángel Guirao, cliente habitual de esta casa, que precede al suyo: Mis comentarios (…) son simples bagatelas sin ninguna pretensión, de veras. Hay tratados al respecto con mucha más información y, obviamente, mucho más completos en contenido.
Al principio de cada entrada en esta categoría suelo introducir dos o tres párrafos con alguna que otra exposición sobre el carácter general de la obra del autor en términos de la forma musical a la que nos estamos refiriendo, amén de algunos datos sobre su fecha de creación, estreno y efectivos orquestales empleados para su ejecución.
Lamento que mi «descripción», «referencia» o como usted quiera llamarlo no haya sido muy de su agrado. Aún así, le agradezco su interesante comentario y le doy la bienvenida a este bar virtual de copas.
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Interesante y pedagógico lo que comienza a decir Sebastián, pero siempre me intrigan los que, tomándose el tiempo para apuntar lo corregible, no se tomen un poquito más de ese tiempo en proporcionar alguna idea oportuna, una propuesta. Pero bueno, la intención es lo que vale, dicen… A mí personalmente me ha ayudado mucho tu esquema para entender la Novena. Es y será siempre una de las cimas creativas de la Humanidad. Y creo que se distancia incluso de las restantes sinfonías beethovenianas. Sospecho que la sordera del compositor contribuyó a la hondura de la obra; sordo, Beethoven se volcó a su interior, meditó sus ideas durante diez años, sin que nada venido de fuera pudiera ya distraerlo. Es, pues, fruto del obligado recogimiento del Gran Sordo.
Existe la versión de Karajan dirigida en 1977 (DG), que tiene un sonido tan espectacular como cabe esperarlo de él, y la expresividad que le falta a la siguiente Novena grabada en los 80. Otra versión cimera es la de Carlo Maria Giulini con la Sinfónica de Londres a principios de los 70. Magnífica!
Pero Furtwängler es punto y aparte. Un universo propio, marginal e inigualado. Qué ironías del destino: también quedó sordo hacia el final de su vida.
Buen apunte el tuyo, Joaquín. Yo lo que creo es que hay gente que no lee del todo las entradas y empieza a escribir comentarios con un simple vistazo.
Quitando a Furt, algo inigualable, existe una versión más que interesante y que inicialmente no mencioné en el catálogo de VERSIONES RECOMENDADAS. Es la del doctor Böhm grabada con la Filarmónica de Viena (Norman, Fassbaender, Domingo y Berry) y el Coro de la Ópera de Viena. Fue uno de los últimos testimonios de Böhm — falleció nueve meses después — y la versión es espectacular, con tempi un tanto lentos, pero con una musicalidad extraordinaria. Obviamente, es para incondicionales de Böhm.
La versión de los setenta de Karajan es simple y llanamente magistral, aunque aún me sigo quedando con la grabada una década antes. Por otra parte, Giulini es un director de esos que «nunca falla». Creo que tengo esa versión que dices por casa; ahora miraré.
Ahora bien, Furt… Eso es otra dimensión. Inabordable. PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.
Un abrazo, Joaquín
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Hola:
Excelente redacción. Se agradece leer escritos asi…. Hay una versión del maestro Batiz… con la Orquesta Sinfónica del Estado de México… Es muy buena……
¡¡ Enrique Bátiz !! Pero bueno, ¡Qué sorpresa! Es raro no encontrar en México alguna obra de repertorio dirigida por el maestro Bátiz. Particularmente, la SUITE IBERIA de Albéniz (Orquestación de Arbós) en versión de Bátiz es sencillamente magistral.
No he tenido la ocasión de escuchar su versión de la Novena de Beethoven con la Orquesta Sinfónica y Coro del Estado de México (LUZAM LZ 14) pero estoy seguro de que es una versión de categoría.
Bueno, para quien no conozca al maestro Bátiz, ahí os dejo el enlace (Si no lo suprimen antes) de una sensacional versión del Segundo movimiento del Quinto Concierto para Piano de Beethoven, en interpretación de Jorge Federico Osorio. Buenísimo.
Gracias por el comentario, Alejandro
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gracias!! me gusto el analisis
Gracias a ti, Betu. Lamentablemente la versión de Abbado fue suprimida aunque todavía se mantiene la de Toscanini.
Saludos
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Vinculando este comentario con los ofrecidos ayer en la entrada de «Compases Finales de la Novena Sinfonía», y reafirmándome en los mismos, hoy quiero dejar unas breves impresiones no sin antes referirme a dos de las versiones que recomiendas.
Las interpetaciones que nos indicas de Furtwängler no las conozco. Pero sin lugar a dudas deben ser extraordinarias, como todo lo que Él dirigía. En mi haber, dispongo de dos grabaciones suyas que siempre me han parecido muy interesantes: la de 1951 en la reapertura del Festival de Bayreuth, con la Orquesta y Coros del Bayreuther Festspiele (documento histórico por donde se le mire) y otra con la Filarmónica de Viena que editó Deutsche Grammophon Gesellschaft, en una grabación en vivo, el 30.5.1953. Es magnífica también.
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Era el verano de 1949 en los días previos a la inauguración del Festival de Salzburgo de ese año. Los difíciles años de la pósguerra empezaban a ceder y la Música tomaba nuevamente el lugar de privilegio que le correspondía en la hermosa ciudad a orillas del Salzach.
Wilhelm Furtwängler allí se encontraba ensayando «Die Zauberflöte», la inmensa ópera de Mozart que sería presentada en el marco del Festival. Cuando la sesión hubo terminado y Furtwängler se disponía a abandonar el antiguo Kleinesfestspielhaus, el Adagio de la Novena Sinfonía de Beethoven, proveniente de la sala principal, le detuvo.
«Mágico».
Fue todo lo que pudo decir el Maestro Furtwängler. Es entonces cuando Él y sus acompañantes empiezan a dudar sobre cuál de todos los Directores invitados al Festival, está ensayando a la Filarmónica de Viena en la inmortal Sinfonía Beethoveniana.
Pasaron unos instantes y fue cuando Furtwängler palideció. Obviamente sabía de quién se trataba. Se acercó a la puerta y la entreabrió. Luego se dió vuelta y dijo a todos:
«Es Él: Herbert von Karajan»
Y piensa: «Cómo logra dirigir así? Yo no le he enseñado eso, a Arthur Nikisch nunca llegó a conocerlo…Ha debido aprender sólo!»
Y abandona el edificio precipitadamente.
Tal anécdota refleja a la perfección lo que siempre he pensado: nadie dirigía la Novena Sinfonía de Beethoven mejor que Herbert von Karajan. Que una versión pueda gustar más que la otra (incluso que la versión de otro Director) es cuestión meramente subjetiva, y por ende, respetable.
Pero Karajan dirigió y grabó esta monumental Obra no menos que en ocho ocasiones! Eso dice mucho de lo que para Él representaba esta Suprema Música. De ahí que os presento un listado de todas las grabaciones que el Director y Emperador Austríaco hiciera de la Novena:
Sinfonía nr. 9 en re menor Op. 125 de Ludwig van Beethoven en grabación de Herbert von Karajan:
1 – Grabación del año 1947, con la Orquesta Filarmónica de Viena y la Wiener Singverein. Solistas: Elisabeth Schwarzkopf (Soprano), Elisabeth Höngen (Mezzo), Julius Patzak (Tenor), Hans Hotter (Barítono). Sello EMI.
2 – Grabación del año 1956, con la Orquesta Philharmonia y la Wiener Singverein. Hace parte de la primera integral que Karajan hiciera de las Sinfonías beethovenianas. Solistas: Elisabeth Schwarzkopf (Soprano), Marga Höffgen (Mezzo), Ernst Haefliger (Tenor), Otto Edelmann (Barítono). Sello EMI.
3 – Grabación del año 1962, con la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Wiener Singeverein. Hace parte de la segunda integral que Karajan hiciera de las Sinfonías beethovenianas. Solistas: Gundula Janowitz (Soprano), Hilde Rössel-Majdan (mezzo), Werner Krenn (Tenor), Walter Berry (Barítono). Sello Deutsche Grammophon.
4 – Grabación del año 1968, solo disponible en DVD, con la Orquesta Filarmónica de Berlín y el Chor der Deutschen Oper Berlin. Solistas: Gundula Janowitz (Soprano), Christa Ludwig (Mezzo), Jess Thomas (Tenor), Walter Berry (Barítono). Sello Deutsche Grammophon.
5 – Grabación del año 1976, con la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Wiener Singverein. Hace parte de la tercera integral que Karajan hiciera de las Sinfonías beethovenianas. Solistas: Anna Tomowa-Sintow (Soprano), Agner Baltsa (mezzo), Peter Schreier (Tenor), José van Dam (Barítono). Sello Deutsche Grammophon.
6 – Grabación del año 1977 (Concierto de Año Nuevo), en directo, sólo disponible en DVD, con la Orquesta Filarmónica de Berlín y el Chor der Deutschen Oper Berlin. Solistas: Anna Tomowa-Sintow (Soprano), Agnes Baltsa (Mezzo), René Kollo (Tenor), José van Dam (Barítono). Sello EuroArts.
7 – Grabación del año 1983, con la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Wiener Singverein. Hace parte de la cuarta integral que Karajan hiciera de las Sinfonías beethovenianas. Solistas: Janet Perry (Soprano), Agnes Baltsa (Mezzo), Vinson Cole (Tenor), José van Dam (Barítono). Sello Deutsche Grammophon.
8 – Grabación del año 1983, con la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Wiener Singverein. Hace parte de la quinta integral que Karajan hiciera de las Sinfonías beethovenianas, sólo para el vídeo, hoy DVD. Solistas: Lella Cuberli (Soprano), Helga Müller Molinari (Mezzo), Vinson Cole (Tenor), Franz Grundheber (Barítono). Sello Sony Classical.
He ahí la totalidad de la grabaciones que Karajan efectuó de la Novena Sinfonía de Beethoven. En mis registros aparece una oscura grabación del año 1957 o 1958 en Salzburgo, pero de la cual no hay mayores datos. De hecho, jamás la he escuchado ni he visto el disco. Probablemente esté perdida o se trate tan sólo de un ensayo, pero de ello no hay claridad.
Y no me gusta hacer comparaciones, pero si alguien me pidiera que de todas las grabaciones por mí referidas -modestamente las poseo TODAS- recomendara alguna, indicaría especialmente la versión de 1962. Es talvez la mejor y la más imperial. Empero, la que fue registrada en 1968 en el vídeo también es indispensable y muy parecida a la de 1962.
Mi fiel Leiter, siempre he sabido que la grabación de 1983 no te agrada mucho. Y no necesitas decirme el porqué no habrías dirigido jamás la Novena. Ni siquiera tengo que preguntártelo: se de sobra la razón, puedes estar seguro.
Espero haber complementado un poco esta magnífica entrada. Sentía deseos de hacerlo. Lo hice con cariño por todos y con devoción a Beethoven y por supuesto, a mi Director preferido: Herbert von Karajan.
Abrazos en Fortissimo y en Re.
Perfecto, esto es lo que quería.
Mi devoción por la Novena de Furtwängler es enorme, solo al escucharla es cuando me conmuevo, por desgracia de Karajan debo tener la versión del 62 así que me pongo en marcha para tratar de encontrarla.
Gracias.
Me quedo con la del 56 y con la del 62.
Gracias, Iván, por realizar un doctorado sobre Karajan y la Novena. Esta entrada te pertenece, amigo.
LEITER
Sintiéndome siempre obligado a difundir lo poco que pueda yo saber (generalmente nada), y en deuda siempre con el Genio Inmortal, quiero incluir en esta entrada un breve enlace de la Novena en versión del inolvidable Ferenc Fricsay. Esta grabación raya en la excelencia y me atrevo a recomendarla casi a ciegas.
http://www.youtube.com/watch?v=y3cwtqCYS1k
El portal Youtube ofrece la grabación completa de la Sinfonía, correspondiente al enlace que indico.
Gran registro!
Ave Leiter y Cofrades.
Excelente e inolvidable versión de uno de los más grandes directores de orquesta de la primera mitad del siglo XX y prematuramente fallecido en 1963 cuando estaba en su mejor momento.
Gracias por traernos esta joya, amigo Iván. Antes de acabar esta temporada, le dedicaremos un espacio en exclusiva a Fricsay en nuestra sección de ESCUELA DE DIRECCIÓN ORQUESTAL.
Un abrazo
LEITER
WoooW :-O
Que genial suena Iván.
Y que suerte, me está llegando en estos momento vía fibra óptica.
😀
Me complace mucho que les haya agradado.
Recientemente desempolvé el disco original(cuya imagen aparece en el enlace)de la Deutsche Grammophon Gesellschaft y me causó mucha tristeza el estado lamentable en que se encuentra la capa. Me he hecho el solemne propósito de recuperarlo con algunos toques de las artes manuales. El disco está un poco rayado pero se puede escuchar bien.
Concuerdo: uno de los más grandes Directores.
Eso sí, se me metió en la cabeza que debo conseguir la remasterización en formato CD. Se que existe, lo he visto; la Deutsche Grammophon Gesellschaft lo ha editado en su serie «The Originals». Ya no dormiré en paz hasta que lo haya obtenido: cosas de la melomanía!
Un caluroso saludo, Zarzal y Leiter.
Iván, Leiter tiene una sorpresa para ti.
🙂
¿Ya lo has recibido, Iván?
El mérito sólo es de Zarza, nuestra querida Walkiria.
LEITER
Pero vaya una sorpresa!
Esto es emocionante! Walküre, eres increíble, en verdad!
Y el blog de Julio Salvador también es una auténtica maravilla. Gracias a él he obtenido otra grabación de la Novena dirigida por Furtwängler y un disco de Knappertsbusch dirigiendo a Wagner. Mis dos compositores predilectos bajo interpretaciones insuperables.
El agradecimiento es para todos! Gracias mi buen amigo Leiter; gracias poderosa Walkiria; gracias Julio Salvador!
Para esto sirve la red: para la cultura más elevada, no para tanta barrabasada que pulula por ahí.
Amigo, el post está muy bien, pero querría advertirte de algo bastante grave en una de las versiones que recomiendas. La de Karajan de 1962. Resulta que al principio del segundo tiempo, en la segunda mitad del segundo minuto, la grabación está parcheada repitiendo unos cuantos compases. Concretamente entre 1m20s y 2m00s. Es bastante raro, y solo te das cuenta cuando te sabes de memoria otras versiones. Pero es una chapuza, y no sé cómo la gente no se da cuenta. El análisis del archivo indica que la edición se hizo sobre la cinta antes de digitalizarla, de modo que ese parcheo lleva ahí medio siglo y nadie lo advierte, en fin…
En cuanto a esa lista, bueno, Klemperer es fantástico, no cabe duda, pero creo que te falta la versión de Karajan de 1977 que para mí es la mejor, aunque este comentario (la mejor es tal o cual) todo el mundo lo hace con su versión favorita y es cansino.
No tenía la más mínima idea de lo que afirmas y trataré de escuchar esa versión nuevamente dentro del período de tiempo descrito. No estaría de más saber la opinión de nuestro Consultor para Asuntos Relacionados con Herbert von Karajan, Iván Paixao.
Totalmente de acuerdo con lo declarado en el último párrafo del comentario. (No en lo de Klemperer o Karajan, sino en lo otro…)
Saludos, Eduardo, y gracias por la aportación.
LEITER
No hay nada raro en esa versión. La «parcheada» que mencionas no es tal, sino una repetición de compases escrita por el propio Beethoven, que Karajan sólo ejecuta en esta versión en particular. Ninguna de sus restantes versiones de esta Sinfonía implica esta repetición.
Muchos Directores hacen exactamente lo mismo, mientras otros la omiten por completo, haciendo la transición a los golpes del timbal de manera inmediata.
Beethoven, en sus partituras de las Nueve Sinfonías escribió muchísimas repeticiones de compases que por lo general se omiten en las interpretaciones «modernas» merced a los conciertos dirigidos por Gustav Mahler, los cuales marcaron una pauta interpretativa ulterior.
Así las cosas, como Consultor para Asuntos Relacionados con Herbert von Karajan, debo decir que no hay nada extraño en la versión que mencionas Eduardo. Se trata repito, de la ejecución fiel de una repetición escrita por Beethoven, pero que por lo general Karajan omite (no en esta versión), así como muchísimos Directores.
Para comprobar lo que digo a quienes tengan dudas de ello, escuchen la última versión de Bernstein en Berlín (1989) o de las interpretaciones de Toscanini en donde el Maestro italiano no sólo hace esa repetición puntual sde la que hablamos,sino otra aún más inusual a la mitad del Scherzo, pero que también es fiel a la pluma de Beethoven.
Otra cosa más Eduardo: para que me comprendas el asunto de las repeticiones de compases en TODAS las Sinfonías de Beethoven, te recomiendo la colección integral dirigida por Sir John Eliot Gardiner en donde no se omite ni una sola de ellas. Te vas a sorprender de la forma como se ejecutaban tales Sinfonías en tiempos del Compositor.
Queda así defendido Herr von Karajan.
Lo he hecho bien Herr Leiter? Abrazos.
PD. Yo conozco de ABSOLUTA MEMORIA, al menos 30 versiones de la Novena de Beethoven: Karajan, Furtwängler, Walter, Toscanini, Bernstein, Stokowsky, Böhm, Gardiner, Leiter…y además DER RING DES NIBELUNGEN…
Wow! Gracias por tu respuesta; da gusto preguntar y que te responda gente que conoce las cosas en profundidad.
Bien, entonces esa repetición entre el minuto 1:20 y 2:00 está en la partitura original… Eso lo explica todo. Pero me lleva también a algo inquietante, que creo os interesa a todos: estoy seguro de que esos compases no los tocó la orquesta, sino que fueron un montaje posterior. De acuerdo a la partitura de Beethoven, pueden estar ahí, sí; pero no fueron interpretados. Tal vez los productores pensaron a última hora que eso diferenciaría la versión que iban a vender de alguna otra en el mercado. Tal vez sólo se hizo con esos compases porque se prestan a ello (entre dos instantes de silencio por donde se puede «cortar»). No lo sé, pero puedo decirte que no es más que un fragmento repetido de la misma grabación. Y no solo eso, creo que puedo «desfacer el entuerto» y dejar el sonido como habría sido originariamente.
Para aclarar esto necesitaría poder publicar imágenes. Si alguien me facilita una dirección de correo a la que enviar un .pdf, puedo aclarar el asunto mejor. Basicamente, se trata de que la visualización de un sonido como onda muestra pequeños «defectos», picos algo más amplios de la cuenta. Nada tiene que ver con el intérprete, es una cuestión física incontrolable. Un tono LA consta de 440 de esos «picos» en un solo segundo, ya saben, pero el sonido de un violín está ricamente lleno de armónicos, y más el de una orquesta, y en un segundo hay miles de esos picos, y algunos de ellos quedan de manera natural en la grabación ligeramente más altos que otros y en posiciones totalmente aleatorias e irrepetibles (disculpen lo chapucero de la explicación; soy físico pero quiero que todo los lectores me sigan). La distribución de esos «picos anómalos» es como una huella dactilar única de la grabación, pues ni siquiera el más experto violinista del mundo tocando una nota simple podría reproducir ese patrón dos veces idénticamente.
Pues bien, visualizando esos compases y localizando la distribución exacta de algunos de esos picos, se encuentra que en el trozo repetido están exactamente en las mismas posiciones (al milisegundo) relativas. No puede haber duda alguna de que se trata de un trozo de cinta simplemente repetido a un volumen ligeramente menor.
En cuanto tenga un rato libre pienso crearme mi propia restitución de lo que debió ser el sonido original. Si alguien lo quiere, que me proporcione una dirección y le mando un enlace a ese segundo tiempo «restaurado» de la novena de 1963. No me importa que fuera o no el propio Karajan quien decidiera hacer ese montaje, o los editores por alguna razón comercial, quien sabe. Tras haber visualizado la cuestión, ya no puedo oir ese pasaje sin sentirme como engañado o algo así…
Además, hay un momento en el que se puede apreciar como una nota algo disonante en uno de los instrumentos… nada importante, pero con un poco de paciencia se puede distinguir bien. Y, ¡aparece en el mismo sitio en la parte repetida! Dejadme un rato para que vuelva a oir la grabación y os señalo el momento exacto…
Ya lo tengo: en el segundo 54 (0m54s) mete la pata un poco un violinista. Fijaos que la misma metedura de pata, exactamente, está en 2m02s. Ahí podéis comprobar lo que digo. La orquesta no interpretó esos pasajes repetidos, sino los ingenieros de sonido…
Tienes trabajo por delante, Iván. Por cierto, ante la petición de Eduardo, si alguien quiere dejar su dirección de correo electrónico para el envío del archivo que me lo haga saber por correo privado mediante la pestaña de CONTACTO.
Esta madrugada trataré de escuchar dicho fragmento.
Excelente trabajo, Eduardo
LEITER
Una vez más estoy loco: dije Scherzo…NO, MOLTO VIVACE!
Ay mi cabeza…
Hace como dos años estaba cenando solo en un maravilloso restaurante de la ciudad de Carmona y el hilo musical reproducía una interpetación del primer movimiento de la novena de Beethoven.Ya que considero que no queda ni un solo director capacitado para dirigir semejante monumento me sorprendí una y más veces, hasta pensar: pero bueno, quien será ? Este sí que sabe! Así que no se como lo hice pero la camarera acabó trayéndome el CD : El maestro Von karajan ! Y no precisamente para mi en su mejor versión,pero bueno, Karajan es Karajan! Para mi el ataque del último movimiento con el philharmonia: Tempo justo, EL tempo justo y punto…No tengo versión preferida de esta obra tan monumental que permite acercamientos diferenciados. Por supuesto estoy de acuerdo con una cosa: Furt está fuera de concurso,es punto y a parte. Esto sí: yo necesito las maderas de Bruno Walter y del dr Böhm,el oboe, el fagot, las clarinetas, la luz de viena…es un poco como el aire que respiro. A principios del 81 pude leer una carta del dr Böhm en la cual escribía: acabo de gravar la novena,estoy muy satisfecho porque he conseguido hacer cosas que no había podido hacer nunca….y estas «cositas» están todas en las maderas, con una musicalidad sublime. Lo que yo no sé, es como uno puede dirigir algo así: si te lanzas en las profundidades cósmicas del primer movimiento, si vas hasta el fondo del combate, si luego sacas la fuerza para proyectar el segundo movimiento y de repente atacas el tercero….cuanta energía y cuanta fuerza hacen falta hasta en el autocontrol más asoluto!
Lo has explicado mucho mejor de lo que yo nunca hubiera sido capaz de hacer, Iván. Se agradece tu docta respuesta en sintonía con el cargo que ocupas en este bar virtual de copas musicales.
Me entristece no haber colocado entre las versiones recomendadas la última grabación del doctor Böhm, todo un prodigio y uno de sus verdaderos testamentos musicales. Con todo, coincido con Jean François en que esta obra es Furtwängler y luego el resto.
Ya he comentado en alguna ocasión que, de haber llegado yo a ser director de orquesta, nunca habría dirigido esta obra. No me preguntéis los motivos porque no los voy a decir.
Un abrazo, cofrades
LEITER
Ya me sentaré a analizar el asunto que apunta Eduardo, a ver qué conclusiones saco.
Me encanta la evocación vienesa de Jean François: la luz de Viena…
Toca hasta la última fibra de mi corazón vienés…
Un fuerte abrazo a todos.
Leiter, no quiero…a ver,puede parecer ridiculo para algunos, pero por lo menos es un privilegio oir por dentro…yo, que no soy nadie tengo por lo menos ésto…que tengo mi novena, a pesar de no poder dirigir! Valdrá lo que valdrá, pero no importa ya que solo la oyen los ángeles,y son buen público. Es un desasatre, porque siempre voy por la calle con la mano derecha marcando tiempos…Pero «tengo» un segundo movimiento que me impresiona, es como un baile de fantasmas,un baile arquetipal, muy curioso, que nace del pulso interno, sin gran velocidad…asi que lo siento, cuando veo a su querido Celibidache intentarlo, y esto es lo que digo «intentarlo» me pongo de mal humor, con todo mi respecto hacia este gran artista.Pero el pulso, Leiter, falta el pulso…!!!
Yo también dirijo mentalmente, sobre todo por las madrugadas, cuanto me tomo un receso tumbado en el sofá (padezco de cierto insomnio). Es más. ayer me dirigí la Segunda de Schumann y me quedé dormido con los Cuadros de una exposición de Mussorgski-Ravel (no me salía muy bien el cuadro de El mercado de Limoges… Ja, ja). Cuando imagino la Novena de Beethoven sale irremediablemente alguna versión de Furtwängler y, aún así, mi lectura mental no llega a ser tan buena.
Celibidache, el pulso… Sí, es cierto, pero al rumano le sobra musicalidad. Coincido en que su Beethoven no es especialmente atractivo, mas su Brahms y Bruckner son difícilmente superables en mi opinión. Celibidache nunca basó nada en el sentido rítmico, sino que centró su doctrina en la línea discursiva. De ahí que su Beethoven no sea tan bueno (las complejidades rítmicas de Beethoven son fundamentales en su música). Coincidimos en ello, maestro Jean François.
Mi abrazo
LEITER
Ya he restituido el segundo tiempo a la grabación original, eliminando el trozo repetido. Al milisegundo, podéis estar seguros. Quien lo quiera, que me haya llegar un mail (es un fichero .wav, comprimido a unos 30 Mb, lo puedo subir a hotfile). Creo que el moderador de este foro Mr. Leiter puede hacerme llegar los correos de quien lo deséen; no soy muy ducho en esto de los foros. Curiosamente, quienes lo oigan ahora serán los primeros en medio siglo en oir la grabación original de 1962. Poniéndole un poco de fantasía al asunto, digamos que casi todos los músicos que la tocaron y los ingenieros que la montaron (aparte del maestro K.) están ahora bajo tierra y con ellos dormía olvidado el secreto de ese pequeño montaje, indetectable en la tecnología de vinilos de la época, je, je.
Saludos.
Este «pequeño detalle» que Eduardo ha detectado me hace pensar en que nunca podremos estar seguros hasta que punto lo grabado es reflejo de lo que se ha tocado, ni siquiera en una grabación en directo.
Las grabaciones son un instrumento fantástico, nunca hasta ahora se había escuchado tanta música clásica o de otro tipo pero por otro lado nunca estaremos seguros de que ese sonido refleje la realidad. Desde luego no estoy hablando de manipulaciones para corregir defectos de sonido ajenos a la interpretación.
Descubrir este tipo de cosas me genera desconfianza.
Me gustaría que los más expertos de este foro escucharan las dos «versiones» y opinasen sobre la diferencia y la posible razón de esta manipulación si es que en realidad existe, no dudo de Eduardo solo me gustaría hablar de manipulación sobre una base objetiva.
Si alguien quiere buscar por sí mismo y visualizar la huella de la que hablo en la grabación (con Nero Wave o Adobe Audition por ejemplo) debe tener en cuenta que el sonido tiene superpuesto un patron de ruido blanco que proviene de la cinta analógica (precisamente eso es lo que nos da la pista de la edición se produjo en la cinta original y no posteriormente en la versión digital) por lo que las alturas *relativas* de los picos de amplitud «anómalos» no siguen exactamente el mismo patrón, pero sí la distribución en el tiempo. O sea, que uno busca un pico anómalo de amplitud, y lo encuentra exactamente en el mismo lugar en los pasajes repetidos. Calculando la distancia (en tiempo) exacta entre ambos picos (el original y el repetido) se encuentra que siempre es la misma para cualquier pico anómalo en la ejecución original del pasaje y su repetición en los compases añadidos. En fin, es un lío escribirlo, pero algo bien sencillo en realidad. Cualquiera con uno de esos programas y algo de paciencia, lo verá.
Tened en cuenta, además, que le quitaron algo de ganancia a la repetición. Lo mejor es comparar ambos fragmentos (original y repetido) normalizándolos previamente. La prueba definitiva consiste entonces en sincronizar ambos fragmentos y substraer uno a otro. No debería oirse absolutamente nada (excepto ruido blanco). Si me animo y le echo un rato, os lo comentaré.
¡Y yo buscando el defecto en el TERCER movimento! Así anoche no aprecié nada. Es el SEGUNDO MOVIMIENTO. Ya me extrañaba a mí eso de la repetición.
A ver: Efectivamente, existe una ligerísima falta de empaste de cuerda en 0.54 que es calcada a la producida en 2.02. Lo cual, y según las explicaciones de Eduardo, sólo puede obedecer a un postizo ya que el casi inaudible defecto es exactamente el mismo y sería una casualidad más que casual. A mí así me lo parece también. Definitivamente, creo que Eduardo lleva razón.
En la industria discográfica existen asuntos realmente insólitos. Desde atribuir orquestas e incluso directores que no son tales (esto fue algo muy habitual en el caso del director Karl Elmendorff) a presentar a directores que, simplemente, no EXISTEN. ¿Os suena el nombre de Alberto Lizzio? Este nombre es una invención discográfica según todos los indicios. Al parecer, bajo ese nombre, se esconden una serie de directores desconocidos que grabaron con orquestas reclutadas al uso entre músicos de Austria y la antigua Checoslovaquia. Esos discos iban destinados al mercado de bajo precio y solían comercializarse en grandes superficies, kioskos y gasolineras con el título: Grandes hits de la música clásica.
En fin…
Insisto en que si alguien quiere que Ernesto le haga llegar la grabación original eliminado el fragmento repetido que me lo haga saber por correo privado utiliando la pestaña de CONTACTO.
LEITER
¿Os acordáis de aquellos dibujos que, siendo a primera vista una maraña de manchas de colores, tenían una escena 3D escondida? Se pusieron de moda hace como un par de décadas ya. Cuando te pasabas un rato bizqueando delante y lograbas ver la imagen, pasaba una mosca y te arruinaba todo, y la escena desaparecía. Pues bien, anoche estaba oyendo ese disco en silencio, con unos buenos cascos y los piés sobre un cojín, en la oscuridad, y el efecto estereofónico me hacía «sentir» la orquesta delante, como si los músicos estuvieran tocando allí… y cuando llegó ese trozo repetido se esfumó la ilusión… Estoy ahora mismo quemando el CD con el segundo tiempo restituido. Ya no puedo oir otra cosa…
Hay más cosas curiosas escondidas en los discos de música clásica, incluso en los de mejor calidad. Por ejemplo, muchas de los discos marcados como ADD tienen un pitido espúreo, suave pero constante, por encima de los 17 ~ 18 kHz, introducido por los osciladores de los circuitos digitales al convertir de la cinta analógica a la copia digital. Especialmente los primeros que se produjeron. Pero es una ley inexorable de la naturaleza que nadie mayor de, digamos, diecisiete a diecinueve años, puede oirlo.
Otra cosa curiosa es que algunas grabaciones están ecualizadas dándole ganancia a las frecuencias agudas, intentando restituir parcialmente las pérdidas de audición del oido adulto (sospecho vívamente que la serie de 1963 es un ejemplo, pero esto es difícil de probar, ¿no os parece raro lo clarito que suena?). Compramos esos discos y nos quedamos tan contentos, sin darnos cuenta de que ya no oímos así (tengo 38; todo eso es aplicable a gente por encima de 30, más o menos). La próxima vez que vayaís a oir una orquesta en directo en un buen teatro, fijáos en que suena un poco «apagado» el sonido, como reflejado en madera. No es la orquesta: es nuestro oido interno.
Dado que se ha dicho la última palabra en el asunto de esta grabación y que mañana es Walpurgisnacht, además de Beltaine el domingo, haré una prudente desaparición pero no diré a dónde. Espero que haga sol.
Si preguntan por mí, nadie me ha visto.
No te vayas muy lejos, amigo Iván, que te necesitamos.
Un abrazo
LEITER
Aquí tenéis una de las pocas descripciones que he encontrado del fenómeno de pérdida de sensibilidad en los agudos con la edad:
http://www.roger-russell.com/hearing/hearing.htm
Las curvas llegan solo hasta los 8 kHz, pero por encima es bastante más grave. Es un fenómeno natural y progresivo, pero poca gente lo conoce. Yo lo descubrí hace poco, empeñado en encontrar unos auriculares con los que pudiera volver a oir la novena de 1983 con la claridad que recordaba (hacía años que no la oía, y pasé mi adolescencia oyéndola hasta memorizar cada segundo…). Hasta que me enteré de lo que ocurre.
Sospecho que los ingenieros de sonido lo explotan para crear grabaciones más brillantes. Por ejemplo, el timbre en la serie de karajan de 1963 me parece a mí que suena extrañamente brillante. Puede ser una decisión comercial, sabiendo que la mayoría de compradores estemos entrados en años. Solo es una conjetura. Pero acordáos de esto la próxima vez que oigáis música en un teatro. Si os suena extrañamente «apagada» es porque estaréis acostumbrados a los cascos y las estupendas grabaciones enlatadas. Ah…
Eso es un fenómeno que suele ocurrir entre los aficionados neófitos. Cuando acuden a un concierto comprueban que la orquesta no suena tan fuerte como en el disco. Pero la solución es bajar el sonido de los auriculares, bien sencillo.
Excelentes aportes, Eduardo.
LEITER
Gracias, y excelente este blog, que me alegro de haber encontrado. Pienso haceros muchas preguntas en lo sucesivo, para que me recomendéis buena música.
Lo de la pérdida de audición va no tanto por el volumen como por la calidad, el timbre del sonido. Se pierde sensibilidad, tanto más cuanto más agudo es el sonido. El pato lo pagan sobre todo los platos y triángulos, pero también el leve «siseo» del rascar de la cuerda en los violines, chelo y demás. En ciertas grabaciones (así de pronto recuerdo el CD del primer estreno del Fantasma de la Ópera) los ingenieros lo compensan parcialmente ecualizando la grabación (y a un adolescente le sonará estridente) y los que la compramos quedamos muy complacidos porque el sonido nos parece brillante.
Hay una anécdota curiosa relacionada con esto. Hace un par de años se puso de moda entre los adolescentes el «politono mosquito». Era un pitido a 17 kHz con el que se hacían señales con el móvil en clase, sin que los profesores se enterasen. Hay incluso una empresa en el Reino Unido que se ha dedicado a fabricar un aparato que consta de un altavoz con esa frecuencia, para ahuyentar a los adolescentes de los sitios de botellón.
Por lo que a mí respecta, a mis 38 he comprobado que no oigo por encima de 15 kHz, y que la música no me suena ya igual de clara que cuando tenía 15. Pero bueno, que nadie se queje. Precisamente estamos hablando de la novena de Beethoven, que él mismo no pudo oir en absoluto…
Por cierto, ¿alguien puede recomendarme una grabación de la Fantasía Coral op. 80 de acorde a mis gustos? Con lo de «mis gustos» me explico:
– Grabaciones modernas estereofónicas, digamos de 1960 en adelante (lo de Furtwängler y demás es interesante, pero creo que su disfrute está reservado a los expertos)
– Me encanta Karajan. Ya he leído toda clase de críticas sobre que es empalagoso, que mete la orquesta en una batidora y sale una papilla homogénea, etc, pero a mí todo lo que oigo de él me emociona (las sinfonías y misa solemnis de Beethoven, el Requiem de Mozart, cosas todas ellas conocidas y «normalitas»; como pueden ver, no soy más que un neófito).
Pido esta recomendación aquí porque no encuentro una versión dirigida por Karajan. ¿Hay alguna de otro director que vaya, digamos, por la misma línea? El pianista supongo que también pesa mucho en la elección.
Saludos.
Empezaré diciendo que la Fantasía Coral es posiblemente la obra que menos me gusta de Beethoven. Tal vez la excelente versión debida a Daniel Barenboim acompañado por Otto Klemperer y la New Philharmonia te resulte ya un tanto antigua (aunque suena extraordinariamente bien). Otra excelente versión antigua es la de Julius Katchen acompañado por Piero Gamba y la London Symphony. (DECCA)
Como versiones recomendadas algo más modernas, la propia de Barenboim tocando y dirigiendo la Filarmónica de Berlín (EMI). Otra versión recomendable es la de Evgeni Kissin junto con Claudio Abbado y la Berliner (DG). Algo más apartada del estilo de las precedentes es la de Melvyn Tan acompañado por Roger Norrington y los London Classical Players (EMI).
Espero que tu elección sea la más acertada, Eduardo.
Un cordial saludo
LEITER
Danke schön, sehr geehrter Herr Leiter, für Ihre Empfehlung!
He oido algunas y por ahora la de Kissin/ Abbado es muy bonita; el piano es muy protagonista. He podido oir una, ejem, copia de seguridad que me han, ejem, dejado. Ahora a ver si la compro o, ejem, encuentro con buena calidad de sonido.
Gracias otra vez por las recomendaciones.
Pues estaba por decir qie la versión de Kissin con la Filarmónica de Berlín dirigida por Abbado es excelente.
Y no te molestes en buscar versiones de esta obra dirigida por Karajan: NO HAY.
Quizás la versión de Toscanini no te agrade.
Protégete a este lado: en breve vendrá Elgatosierra a lanzarte arañazos sin piedad; por aquello que has dicho…CONOZCO A MI BUENA GENTE!
A propósito, dónde anda ese barbián?
Saludos.
De hecho, la he localizado y acabaré teniéndola. Al parecer, es parte de un concierto de año nuevo en Berlín en 1991. Sí, señor, me ha encantado esa versión.
Eduardo, no dejes a Furtwängler por aquello de «solo para expertos», eso no es cierto en el sentido de poder disfrutar de forma inocente de la obra.
Los expertos en este campo te podrán dar todo tipo de datos, te podrán enseñar técnicas, comentar versiones, darte clases de historia y contar anécdotas miles pero jamás podrán escuchar por ti.
Bueno, le daré otra oportunidad y la escucharé con tranquilidad. Gracias por la recomendación.