Pido permiso a Coppola por la utilización del titulo y espero que la SGAE no se entere, pero es lo primero que se me ocurrió después de ver la entrevista que le hicieron a Sebastián Niño Becerra en Telemadrid y los artículos de El País  (martes 16) Y El Confidencial.

Es que como dice el refrán “ a río revuelto …….”.

No pretendo polemizar con  este señor como tampoco con el Señor Leopoldo Abadía, por el contrario, veo en ellos la habilidad de aquellos que hacen de su pensamiento una fuente de ingresos prolífera.

Mi pero radica en la eterna pregunta: ¿Si tanto saben, como es que nadie del gobierno o la oposición los consulta?

Ambos se autoproclaman como los gurúes que predijeron la que se venía y viven predicando donde les dejan, ya que lo que ellos expresan es la única verdad  y quien no siga sus mensajes va por mal camino.

Como todo profeta algo de verdad dicen y ello es lo que utilizan para sostener sus teorías, algo que cualesquiera que se lo proponga también podría hacer.

Sobre todo si los convocantes a escuchar sus verdades están empeñados en presentar a España como un país destruido y sin posibilidad de recuperación. Sus verdades (déficit, riesgo, impericia, etc) son de manual y sentido común pero dado que la mayoría por suerte no les hace caso es que la humanidad ha dado el salto cuantitativo en lo económico y social en el último siglo que nos permitió abandonar el atraso de 10 siglos.

Lo que si está claro es que de su verbo, vía un buen marketing personal, han construido un producto que el mercado se disputa con el consabido incremento de su cuenta bancaria. Por supuesto las editoriales y cadenas hacen su agosto y nosotros animales asustadizos no sabemos si creerles o no.

Es real que estamos frente a un problema gordo y complejo del cual nadie hasta ahora en el concierto mundial sabe cómo salir, cuándo se verá la luz al final del túnel y quién vivirá para contarlo.

Habrá que hacer reajustes, cambiar modelos, reciclajes, apretarnos el cinturón y todo aquello que se les pueda ocurrir a cada uno de nosotros para salir del atolladero en que estamos (para lo cual no necesitamos asesores pues es la esencia de la supervivencia). Lo primero será asumir que en las últimas décadas hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y deberemos ajustar nuestros estándares a la nueva realidad.

Esto vale para todos, aquellos que se creyeron exitosos y a la primera mostraron que no estaban a la altura o los que no asumen que no se puede vivir como rico con sueldos de obrero.

Que todos queremos más es bueno pero todo en su medida, coche si puedo, perfecto pero no si la cuota desequilibra mi presupuesto, y así con todo.

Si está claro que a diferencia de otras crisis en ésta todos deberemos hacer nuestro aporte pues de otra manera sólo serán parches que tarde o temprano no cubrirán el agujero y el problema se agudizará.

Pero también tengo claro que como siempre la única salida posible es el trabajo duro, intenso, silencioso y desinteresado de todos los anónimos que día  tras día con su aporte contribuyen sin saberlo al bienestar de sus conciudadanos.

Cuando todo este período de desazón haya pasado seguramente estos iluminados tratarán de ajustar sus discursos para no quedar en falso, potenciando sus aciertos (a tantas desgracias alguna puede ser cierta) y no reconociendo sus fallos  y seguirán con su proclama del fin del mundo (es de lo que viven), pues siempre habrá quien este dispuesto a escucharles

Como les ocurre a los políticos, estos “expertos”(con titulaciones o no) cometen el error de teorizar en base a modelos macroeconómicos, extrapolaciones de experiencias pasadas o de otras latitudes sin considerar que en sus construcciones existe una variable que es la humana cuyo comportamiento individual o colectivo no se puede predecir (por suerte para el mundo y desgracia para estos nuevos profetas) .

Mientras ello ocurre a seguir disfrutando con lo pequeño que como dice Héctor Alterio en la película Caballos Salvajes:  «pucha que vale la pena estar vivo »

Un abrazo y buen fin de semana

THENIGER