Dicho con todas las reservas posibles, Suiza es posiblemente la zona geográfica centroeuropea que menos compositores de relevancia ha sumado al panorama musical internacional. Si bien Ernest Bloch, Arthur Honegger y Frank Martin han sido de siempre los compositores helvéticos más conocidos, no es menos cierto que el modernismo serialista suizo ha estado muy bien representado por autores como Klaus Huber y Heinz Holliger, este último más conocido por su virtuosismo al óboe. Sin embargo, en materia interpretativa y más concretamente en dirección orquestal, Suiza ha ofrecido al mundo una serie de directores de gran prestigio dentro de una escuela mayormente francófona iniciada por Ernest Ansermet y continuada por Niklaus Aeschbacher, Karl Rickenbacher, Peter Maag, Armin Jordan y Michel Corboz. A nivel operístico, parece del todo lógico que los directores suizos más destacados procedan del área meridional más próxima a Italia, como Silvio Varviso y Marcello Viotti. Aparte de otros directores asimilados, como el polaco Paul Kletzki o el griego Maurice Abravanel, el director suizo con mayor proyección internacional en estos momentos no es otro que Charles Dutoit. Sus 25 años como titular de la Orquesta Sinfónica de Montreal, formación que bajo su mando se convirtió en una de las más atractivas de todo el planeta, le avalan por completo.
Charles Édouard Dutoit nació el 7 de octubre de 1936 en Lausana, Suiza, e inició sus estudios musicales de violín y teoría en el conservatorio de su ciudad natal para más tarde pasar al Conservatorio de Ginebra para estudiar viola y dirección orquestal. Después de haberse diplomado de ambas materias en 1958, Dutoit viajó hasta Siena para estudiar con Alceo Galliera y posteriormente a Tanglewood para ponerse bajo la tutela de Charles Munch. Entre 1957 y 1959, Dutoit ejerció como violista en numerosas orquestas europeas y americanas, llegando a ser el director del Coro Universitario de Lausana en 1959, el mismo año en que hizo su debut como director de orquesta al dirigir un concierto al frente de la Orquesta de la Radio de Lausana. Dado el éxito de esta cita, Dutoit fue invitado a dirigir con cierta regularidad a la Orquesta de la Suisse Romande hasta que en 1963 fue designado director del Coro Bach de Lausana. Un año después, Dutoit aceptó el cargo de segundo director de la Orquesta Sinfónica de Berna para tres años más tarde hacerse con la titularidad de dicha formación, sustituyendo a Paul Kletzki, hasta 1978. Hombre dotado de una gran capacidad para el trabajo, Dutoit también ejerció como director de la Orquesta de la Radio de Zurich entre 1964 y 1966, de la Orquesta Sinfónica Nacional de México entre 1973 y 1975, y de la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo entre 1976 y 1979. Un par de años antes, en 1977, Dutoit dirigió por primera vez a la Orquesta Sinfónica de Montreal en un concierto triunfal que le valió para ser nombrado ese mismo año director musical de la misma en sustitución de Rafael Frühbeck de Burgos.
Durante los 25 años en los que Dutoit se mantuvo al frente de esta agrupación sinfónica, la formación llegó a ser mundialmente conocida en virtud a las numerosas giras que realizó por todos los puntos del planeta y al productivo trabajo discográfico llevado a cabo principalmente para el sello DECCA. La orquesta se especializó en el repertorio francés y fue unánimemente considerada por la crítica como una de las mejores formaciones americanas, rivalizando en calidad con las tradicionales orquestas de los EEUU. Con todo, en el año 2002 Dutoit se vio obligado a renunciar a la titularidad de dicha formación por fuertes desavenencias con el colectivo orquestal, quien llegó a acusar a Dutoit de tirano. (Al parecer, los problemas surgieron cuando Dutoit decidió expulsar de la formación a dos instrumentistas debido a su bajo rendimiento artístico). A partir de los años ochenta, Dutoit también colaboró estrechamente con la Orquesta de Minnesota y con la Orquesta de Filadelfia, llegando a ser el director principal de esta última en 2008 tras la salida de Christoph Eschenbach. Por otra parte, de 1991 a 2001, Dutoit también ejerció como director titular de la Orquesta Nacional de Francia relevando a Lorin Maazel. Al igual que en Montreal, Dutoit centró el repertorio en la música francesa y convirtió a la orquesta en una verdadera embajadora del arte musical galo. En 1996, Dutoit comenzó también a dirigir con regularidad a la Orquesta Sinfónica de la NHK de Tokio, formación de la que dos años más tarde se convertiría en su director musical hasta 2003, cuando fue nombrado director emérito de la misma. Esta labor se vio complementada con la dirección de la Orquesta de Filadelfia en calidad de director principal desde 2008 — la dirección musical de la formación recayó en el joven canadiense Yannick Nézet-Séguin en 2010, aunque Dutoit sigue acaparando un cargo casi creado en exclusiva para él — y con la dirección de la Royal Philharmonic de Londres desde 2009, posición que conserva en la actualidad junto con la dirección musical del Festival Verbier en Suiza.
Dotado de una gran sutileza musical, Charles Dutoit es uno de los más destacados directores en la actualidad en lo relativo a la música francesa, rusa y del siglo XX. (Y, posiblemente, el mejor lector actual de la música de Falla). Dutoit es un director del todo eficiente cuya técnica de batuta no destaca, precisamente, por su espectacularidad, sino que es más bien contenida y sólo subrayada en los momentos de mayor expresividad. A lo largo de su dilatada e intensa trayectoria artística, se le llegó a reprochar a Dutoit un excesivo detallismo analítico que restaba frescura y espontaneidad a algunas de sus ejecuciones, aunque con el tiempo, y según se puede apreciar en sus grabaciones discográficas, Dutoit ha ganado en madurez y ha sabido corregir ese presumible defecto. Dutoit también se ha caracterizado por ser un excelente educador de orquestas e imprimir a las mismas de un muy cualificado nivel sonoro. Y todo esto resulta ciertamente difícil de entender en un director que ha llegado a dirigir la asombrosa cifra de 150 conciertos al año (uno cada dos días de media). Con una gran producción discográfica a sus espaldas, Charles Dutoit fue uno de los pioneros en servirse de la moderna técnica digital en los estudios de grabación, aspecto que le ha servido además para acaparar numerosos premios y menciones especiales de la industria fonográfica. Dutoit es una persona muy comunicativa y de un abierto talante según pudo comprobar quien esto escribe allá por 1987, cuando asistí como testigo a una entrevista concedida por Dutoit para una conocida publicación española y en la que se expresó en un perfecto castellano (Dutoit estuvo casado con la pianista argentina Martha Argerich). Dutoit es Oficial de la Orden Canadiense, Gran Oficial de la Orden Nacional de Quebec y Comendador de las Artes y las Letras de Francia.
De entre la producción discográfica debida a Charles Dutoit podemos mencionar las siguientes grabaciones discográficas (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación pueden no corresponderse con la versión citada pero sí con la obra mencionada): La condenación de Fausto de Berlioz dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 455361); Los troyanos de Berlioz, junto a Lakes, Voigt, Pollet y Quilico, y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 443693); Sinfonías nº5 y 6 de Chaikovski dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 425503 y 430507); Concierto para violín de Chaikovski, junto a Kyung-Wha Chung y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 410011); los 2 Conciertos para piano de Chopin, junto a Martha Argerich y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (EMI 56798); Noche en los jardines de España de Falla, junto a Alicia de Larrocha y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 837709); Requiem de Fauré, junto a Te Kanawa y Milnes, y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 421440); Concierto para violín de Glazunov, junto a Leila Josefowicz y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (PHILIPS 464059); Los planetas de Holst dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 417553); la integral sinfónica de Honegger dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio Bávara (APEX 62687 — integral sinfónica); El rey David de Honegger, junto a Collard, Pierre, Tappy y Desailly, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio Bávara (APEX 4620332); Sinfonía nº2 de Ibert dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 440332); Concierto para violín de Mendelssohn, junto a Leila Josefowicz y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (PHILIPS 464059); Canciones y danzas de la muerte de Mussorgski, junto a Dmitri Hvorostovski y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (VIDEO ARTISTS 4330); los Conciertos para violín nº3 y 4 de Paganini, junto a Salvatore Accardo y dirigiendo la Filarmónica de Londres (DG 423370); Concierto para órgano de Poulenc, junto a Pascal Rogé y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (DECCA 436546); selección de piezas orquestales de Poulenc dirigiendo la Orquesta Nacional de Francia (DECCa 452937); Sinfonía nº1 de Prokofiev dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 421813 — curiosísimo vídeo); Concierto para piano nº1 de Prokofiev, junto a Martha Argerich y dirigiendo la Sinfónica de Montreal (EMI 56654); selección de piezas orquestales de Ravel dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCA 460214); Fuentes de Roma de Respighi dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCa 410145); Scheherezade de Rimski-Korsakov dirigiendo la Sinfónica de Montreal (DECCa 410253); selección de piezas orquestales de Saint-Saëns dirigiendo la Philharmonia Orchestra (DECCA 414460); y, finalmente, selección de obras orquestales de Stravinski dirigiendo la Sinfónica de Montreal (NEWTON CLASSICS 8802013). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.