Estoy hasta la gorra de las propuestas de seudo-analistas económicos que proclaman a los cuatro vientos que es necesario abaratar el despido para reducir la tasa de paro.
Sin tomar posición sobre la representatividad de las partes patronal y sindicatos, gobierno mediante como convocante, son los que deben acordar las medidas para salir de la dramática situación de los más de 4 millones de parados en España.
Cualquier negociación para llegar a buen puerto necesita de 2 condiciones imprescindibles entre otras:
– voluntad negociadora de las partes
– materia de negociación
El rol del estado es entonces crear el marco/condiciones para que lo acordado se convierta en políticas activas de empleo
La primera condición aunque obvia exige el aditamento de que genere compromiso de llegar a acuerdos y asumir que el planteo ganar-perder no es válido. Por lo visto hasta ahora el posicionamiento de la patronal apunta solamente a ganar- ganar y entonces sus propuestas pasan por:
-reducir la cuantía indemnizatoria
-reducir la presión fiscal
-reducir la aportación a la seguridad social
En cuanto a su “entrega” se remite a una enunciación sobre que ello generará empleo, sin base teórica o histórica alguna y cero compromiso respecto al mantenimiento del empleo de los que todavía no engrosan las listas del paro
Respecto a la segunda no hay propuestas, si bien reconocen que el modelo de dependencia del ladrillo es el factor disparador de la actual crisis pero no plantean un esquema productivo diferente y solamente solicitan (ruegan) que se restablezcan las líneas de crédito por parte de los bancos como antes de la crisis
Mi sensación es que quieren aprovechar la situación, mantener su status quo y aumentar de ser posible su ganancia temporal. No perciben que cada parado ahora, antes y después es un consumidor menos de sus productos que achica el mercado interno.
Desde la gremial existe voluntad negociadora, a la luz de algunos acuerdos alcanzados con empresas sobre la base de congelar salarios y el compromiso de mantener plantillas o minimizar suspensiones, pero no más. Del modelo a seguir nada
En mi opinión todavía no se han puesto en la mesa de discusión los aspectos vitales que hoy deberían ser tema de debate y que enuncio:
– Asumir que estamos en una situación extremadamente grave, inédita y que la forma que se de a la salida no sólo impactará a corto sino también a mediano y largo plazo.
– Cómo se restablece el crédito para que empresas y consumidores salgan de la situación de ahogo en la que hoy están
– Cómo se acompaña la situación de los parados hasta que vayan reinsertándose en el tejido productivo ( ayudas económicas temporales y planes de formación serios que encajen en el nuevo modelo productivo), evitando que el descontento social se incremente y pase a la fase de conflicto social
– Cuáles serán las áreas productivas en las que hay que trabajar yá para que cuando la crisis comience a remitir nos encuentre en buena forma
– Cual será el modelo de relaciones laborales que permitirá tanto a empresas y trabajadores tener previsibilidad en sus acciones.
– Borrar del léxico la palabra flexibilizar pues no tiene el mismo significado para nadie
Estoy convencido de la necesidad de una reforma laboral pero seria. A día de hoy conviven 17 modelos de contrato laboral que solo sirven para que seudo empresarios no asuman la responsabilidad y el riesgo que conlleva ese rol. Hasta no hace mucho existían esquemas para fomentar el empleo de determinados colectivos con bonificaciones a la seguridad social. Nadie contrató nuevos empleados; lo único que hicieron fue convertir contratos temporarios -previa renuncia y posterior demanda de empleo- en indefinidos con beneficios para los empresarios y sin generación genuina de empleo. Cuando se contrata un trabajador se debe contemplar la posibilidad del despido y por tanto, desde el punto de vista contable, se previsiona en el balance. No se mejora la productividad por bajar ese costo laboral sino por lograr un mejor rendimiento de ese factor de la producción. Lo contrario sería imaginar mi negocio como operaciones no documentadas para eludir al fisco y a eso no se le llama negocio
La situación exige un desestructuramiento mental profundo de los actores sociales, que implique abandonar la discusión de posiciones sectoriales para centrarse en debatir intereses generales. Si no logran este paso, no estarán a la altura de lo que representan. ESE ES EL RETO.
Un abrazo y buen fin de semana
THENIGER
No están a la altura, Theniger, ni unos ni otros, es decir, ni políticos, ni sindicatos ni patronal. A estas alturas todavía no sabemos cuál va a ser el sustituto de la construcción; qué sector o sectores van a tirar del carro, dinamizar la economía y poner en marcha nuevamente todo el engranaje. Hasta que eso no esté claro, no podremos iniciar la recuperación.
Pero cuidado, tampoco la sociedad civil está a la altura. La mayoría de los ciudadanos, aburguesados y entumecidos tras una década de vacas gordas, sólo aspira a tener un sueldo fijo y un trabajo cómodo (tú mismo lo explicaste aquí en el post sobre el incremento actual de aspirantes a funcionarios). Muy pocas personas están realmente dispuestas al sacrificio que significa formarse continuamente, desplazarse a otra ciudad o asumir el riesgo de crear una empresa.
Un abrazo y buen fin de semana a todos
Buena entrada, Theniger, con la que no puedo estar más de acuerdo. Un problema global de estas características requiere de soluciones de mutuo compromiso. Aplicar las recetas tradicionales a una crisis provocada por las mismas políticas económicas de quienes las defienden me parece un error y un contrasentido. El origen del problema no está en los trabajadores, sino en los excesos financieros de unas entidades que dieron — y animaron — crédito a diestro y siniestro y sin ninguna garantía.
Y, como suele suceder, coincido punto por punto con el comentario de Ángel. Muchos ciudadanos se han lanzado a la aventura compulsiva hipotecaria — muy animados por la propaganda de turno — sin saber realmente qué riesgos se corrían. A muchos, desde el año 2000, se nos tachó de farsantes e ignorantes por advertir del riesgo de que estallase una burbuja artificial inmobiliaria.
Siempre hay que animar las políticas emprendedoras de jóvenes empresarios, por supuesto. Pero para crear un negocio se necesita un MÍNIMO de capital. Pretender financiarse a un 200%, como ha ocurrido en muchos casos, es una temeridad. ¿Acaso mi padre, propietario de un modesto bar en Madrid, pidió crédito alguno a un banco? No. Trabajó y trabajó hasta la extenuación, ahorrando y privándose de cualquier capricho. Cuando tuvo casi la mitad del capital necesario para la compra del local, firmó unas letras y aseguró su negocio. Hoy en día, ciertas personas abren sus negocios sin un duro, con dinero prestado a más del 100%, y así es muy complicado salir adelante. Eso sí, son empresarios. Mi padre nunca se autodenominó como tal.
LEITER
Muchas gracias por vuestros comentarios Angel y Leiter, y me alegra la coincidencia que tenemos. Leiter un apunte que avala lo que dices sobre vivir de prestado. En 1824 el primer presidente de Argentina don Bernardino Rivadavia contrajo un préstamo de 1.000.000 de dólares con Baring Brothers ( creó que les sonará). En 1983 ( siglo y medio después) Raúl R. Alfonsín (recientemente fallecido) pudo cancelarlo
un abrazo
Ya me resulta siginificativo Alfonsin !!! ,el hombre que cancelo un préstamo 160 años después . Bromas aparte , decirte que me conmueve la ingenuidad que aún puede albergar en tí . Si de verdad piensas que los empresarios no se han dado cuenta que bajará el nivel de consumo a consecuencia del desempleo . Mira, yo creo que con esto ya cuentan . Ahora están jugando una partida privada entre los grandes , nosotros pintamos bastante poco , somos victimas y no protagonistas de lo que se cuece .
Por otro lado, no podía ser de otra manera , era demasiado tiempo tomando como único valor social el dinero y el poder . Esto tenía que
terminar así . Como dice » leiter » , los cuidadanitos de a pie han aspirado a ser empresarios, propietarios de coche y casa y vacaciones en el extranjero . Los banqueros nos han sacado la sangre a litros utilizando todo tipo de armas para convercernos de cómo debíamos vivir .Y ahora, dependemos de que sea nuestro verdugo quien nos salve , vaya contradicción !!
Los «mas» cuentan incluso con que hemos perdido hasta nuestro carácter reivindicativo y el sentido de comunidad. A estas alturas, quien se va a echar a la calle , quién va a promover una huelga de actos que hagan visibles el descontento de la poblacion . Se imaginan que todos y cada uno de los ciudadanos dejasemos nuestro dinero bajo los colchones , nos negasemos a una domiciliacion bancaria de nomina, no pusieramos la tele , ni usaramos ningun servicio público .Que solo estuvieran permitidas los actos sociales para organizar comedores , cuidar de personas dependientes , que solo circulasen los coches que fueran estrictamente necesarios ….en fin, me pongo a soñar con que no nos utilizaran pero para eso hay que estar unidos y solo somos pequeños seres individuales .
Gracias por tu comentario Gema, siempre enriquecedor, aunque a veces no compartamos todo . No entiendo lo de la ironía de Alfonsín , algún día me la explicarás. No es ingenuidad sino creer que el ser humano con sus mezquindades y miserias todavía tiene algo adentro que puede prevalecer y eso me consuela. Llámalo utopía si quieres, pero a mi me ilusiona pensar que algún día aflorará y el mundo será más vivible.
un abrazo