Tres tomas exteriores del edificio
Situado en el 350 de la neoyorquina Quinta Avenida, entre las calles 33 y 34, el Empire State Building sigue siendo símbolo del brillo, la excitación y el exceso de la ciudad de Nueva York. Pese a que durante más de cuarenta años fue considerado el edificio más alto del mundo, siendo en la actualidad superado por otros rivales americanos y asiáticos, este edificio es posiblemente el más emblemático de todo el planeta.
La manzana de la Quinta Avenida en donde se alza el Empire State Building era el centro de la sociedad elegante de los años sesenta del siglo XIX, con las mansiones de dos miembros de la dinastía Astor, Johan Jacob Astor III y William Backhouse Astor Jr. Ambos habían construido sus respectivas casas una junto a la otra y otras familias acaudaladas de la época, como los Vanderbilt y los Morgan, se trasladaron a esta zona. La esposa de William Backhouse Astor era la reina de la alta sociedad neoyorquina pero acabó discutiendo con su sobrino, William Waldorf Astor. Este, enojado, derribó su casa, situada junto a la de la dama, y en el solar edificó el famoso Hotel Waldorf, por lo que a la mujer no le quedó más remedio que mudarse de barrio. Imitando a su primo, el hijo de esta dama, Johan Jacob Astor IV, derribó la casa de su madre y construyó el Hotel Astoria. Ambos hoteles se unieron a finales del siglo XIX bajo la denominación de Waldorf-Astoria, el más lujoso y selecto de la ciudad hasta que fue demolido en 1929 para dejar espacio al Empire State Building.
Trabajos de construcción en el edificio
Las proporciones del edificio resultan realmente impresionantes, con 102 pisos que se alzan hasta una altura de 381 metros y que se prolonga hasta los 449 con la torre de televisión. En principio pensó destinarse el tejado como base para un helipuerto pero la idea finalmente se desechó. El edificio cubre unas 0,8 hectáreas de la Quinta Avenida y aunque pesa unas 331.000 toneladas métricas sólo tiene dos niveles de profundidad, eso sí, sujetos por vigas de acero de 54.400 toneladas. Contiene cerca de 10.000.000 de ladrillos y los cables de la instalación eléctrica miden aproximadamente unos 692 kilómetros. Las ventanas ocupan una superficie cercana a las dos hectáreas y limpiarlas supone un trabajo de plena y constante dedicación. La escalera que va desde el bajo hasta la parte superior tiene 1.860 peldaños y actualmente se celebra una carrera anual en la que el ganador invierte unos veinte minutos en recorrerlos en sentido ascendente. El edificio alberga espacio de oficinas con capacidad para 15.000 personas y las filas de ascensores pueden transportar unas 10.000 personas por hora.
Vestíbulo y zona de ascensores
Como está rodeado de otros edificios muy altos, resulta ciertamente complicado verlo bien desde el suelo y el turista que viaja a Nueva York suele delatarse de esta manera, adoptando complicadas posturas para lograr una buena instantánea. Es de estilo Art Decó, sencillo y elegante, y la fachada, de piedra gris, está recorrida por tiras de acero inoxidable mientras que los pisos superiores siguen una disposición escalonada. En el interior se extiende el vestíbulo, revestido de mármol, de 30 metros de longitud y tres pisos y que se encuentra decorado con paneles que representan las siete maravillas clásicas del mundo antiguo a las que se les ha añadido una octava que no es otra que el propio Empire State. El edificio alberga también la Sala de Exposiciones de los Records Guinnes, con numerosas fotografías de quienes ostentan algún galardón. Los miradores se encuentran en los pisos 86 y 102.
Bautizado en honor del Estado de Nueva York (Que tiene el apodo de Empire State – Estado del Imperio), diseñado por Gregory Johnson y su empresa Sherve, el costo total del edificio fue de 41 millones de dólares (Mucho menos de lo que se había presupuestado) y fue erigido con una rapidez jamás superada, a una media de cuatro pisos y medio por semana, llegándose a añadirse otros diez pisos en tan sólo quince días de trabajo. Fue inaugurado el 1 de mayo de 1931 aunque, en plena recesión económica, resultó muy difícil alquilarlo y por ello empezó a conocerse como Empty State Building (Edificio vacío del Estado). Tuvieron que transcurrir diez años para que se ocupasen todos sus pisos.
El Empire en el momento de ser alcanzado por un rayo
El edificio también tiene su leyenda negra: En 1933 se produje el primer suicidio (Un trabajador que había sido despedido) y no quedó más remedio que poner una valla de seguridad en su terraza luego de que cinco personas tratasen de saltar en el corto intervalo de cinco semanas. El intento más curioso de suicidio ocurrió en 1979, cuando una mujer saltó desde el piso 86 e, incomprensiblemente, «aterrizó» en el 85. Se calcula que más de treinta personas se han suicidado desde su inauguración, siendo el más reciente el de un abogado que saltó desde el piso 69 un viernes 13 de abril de 2007. Pero el suceso más luctuoso ocurrió el sábado 28 de julio de 1945, cuando un avión militar se estrelló en medio de una densa niebla a la altura del piso 79, provocando 14 víctimas mortales y daños materiales por valor de un millón de dólares de la época. Por increíble que pueda parecer, el edificio reabrió sus puertas al lunes siguiente (Estas cosas sólo pasan en América…). Sin embargo, la imagen más delirante del edificio fue la de un monstruoso gorila llamado King-Kong soltando manotazos y mandobles a los aviones que le atacaban. Afortunadamente, esto sólo ocurrió en el mundo del celuloide.
El año pasado por estas fechas estaba yo precisamente en Nueva York.
Es verdad que el Empire está bastante tapado por el resto de edificios, de manera que es difícil verlo a pie de calle.
Las vistas desde la terraza son impresionantes, y además permiten hacerse una idea exacta de la ciudad. Recuerdo perfectamente la imagen de la Estatua de la Libertad en la lejanía. Y la de los ríos que rodean la isla de Manhattan.
Yo creo que este edificio refleja un poco esa idea de que los americanos hacen las cosas a lo grande.
Y es verdad que ya hay otros edificios más altos, como la impresionante Torre Burj de Dubai o las Torres Petronas de Kuala Lumpur, pero ninguno tiene el valor simbólico del Empire.
De todas formas, échale un vistazo a este vídeo sobre la Torre Burj. Es alucinante:
http://www.youtube.com/watch?v=QW9gL9Bs_ko&feature=related
Perdón, sólo quería subir el enlace, no el vídeo.
Tu descripción es interesante pero las fotos lo son aún más. Te las comes!!! Qué sensación de altura!
Interesante variación hoy.
Besos
Tranquilo, Ángel, no pasa nada. Por cierto, curioso el vídeo. Realmente impactante; al principio pensé que la toma era desde un avión. Gracias amigo.
Como ayer hablamos de Furtwängler, pues hoy tocaba seguir en las alturas, ¿No?
Abrazos y muchos besos (Dejadme que descanse dos días de música. El mes de diciembre viene cargado…)
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Me parece horrible el video, los edificios altos son por lo general feos, pero cuando están cerca de un playa más aún. Nunca he estado en New York, imagino que debe ser precioso o alucinante pero por otra parte me causa cierto repelus y miedo.