Durante varias décadas del siglo pasado existió un verdadero problema con las representaciones operísticas y éste no fue otro que la supremacía de lo estrictamente musical sobre lo escénico, en ocasiones, un simple arreglo en forma de libro de estampas según las premisas de la música y en donde los cantantes se colocaban preferentemente en el proscenio mientras que el coro se disponía de pie al fondo. Gracias a la indirecta influencia de la radio y de las grabaciones, la ópera fue redescubierta y radicalizada como teatro. Cuando Erich Leinsdorf volvió a dirigir en Bayreuth en 1972 se alarmó ante un montaje escénico de Götz Friedrich que discurría por la misma labor de aligeramiento efectuada por Wieland Wagner años atrás. Leinsdorf, acostumbrado a los exquisitos montajes operísticos del ámbito norteamericano, atacó a los modernos realizadores escénicos acusándoles de la pérdida de los conceptos de lo correcto. Nunca más fue invitado a Bayreuth. Muchos directores, acostumbrados a sentirse las estrellas de la representación, vieron en peligro su predominio. Erich Leinsdorf fue el portavoz de los intereses de su gremio más que ser un esteta de lo meramente objetivo frente a la tolerancia escénica extendida en su tiempo.
Erich Leinsdorf — cuyo nombre original era Erich Landauer — nació en Viena el 4 de febrero de 1912 y en el seno de una familia judía muy aficionada a la música. Desde muy joven se inició en el estudio del piano y el violoncelo para ingresar en 1930 en el Mozarteum de Salzburgo para ampliar su formación. De ahí pasó a la Academia de Música de Viena y a la Universidad de Viena, graduándose en 1933 y debutando como director en la Musikverein con sólo 21 años cumplidos. Ese mismo año llegó a ser director de coro al tiempo que adquiría experiencia como repetidor ocasional, lo que facilitó que en 1934 fuese llamado por Toscanini para ser su asistente en el Festival de Salzburgo hasta el año 1937. Esta labor se vio complementada con su presencia como ayudante durante el mismo período de tiempo en el Mayo Musical Florentino. Sin embargo, como resultado de la anexión austríaca por parte de las tropas de Hitler, Leinsdorf partió hacia los EEUU para debutar un año después, por recomendación de Toscanini, en el Met como director asistente de Artur Bodansky. En dicha institución Leinsdorf se ocupó preferentemente del repertorio operístico alemán hasta que en 1939, año en el que falleció Bodansky, fue nombrado su sustituto pese a la oposición mostrada por Lauriz Melchior (nada conforme con los tipos de ensayos efectuados por Leinsdorf) y por Kirsten Flagstad (quien había postulado para dicho cargo a su amante Edwin McArthur). Con todo, Leinsdorf se mantuvo al frente del Metropolitan en el repertorio alemán hasta 1943, año en que abandonó dicha institución para hacerse cargo de la Orquesta de Cleveland. Un año antes Leinsdorf obtuvo la nacionalidad norteamericana y fue requerido para servir en el Ejército de los EEUU durante un breve período de tiempo.
Leinsdorf se mantuvo en Cleveland durante tres años para ceder su testigo a George Szell en 1946. De ahí pasó a dirigir en calidad de invitado a la Orquesta Sinfónica de San Louis y a la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles hasta que en 1947 fue nombrado director titular de la Orquesta Filarmónica de Rochester, cargo en el que se mantuvo hasta 1956. Ese mismo año accedió a la New York City Opera durante una temporada en la que su insistencia en programar obras contemporáneas de nuevo repertorio concluyó en un gran fiasco de público, no así artístico. De esta forma, un año después Rudolf Bing le ofreció un contrato de asesoramiento artístico en el Met hasta que en 1962 Leinsdorf fue llamado a suceder a Charles Munch en la titularidad de la Orquesta Sinfónica de Boston. Con Leinsdorf volvió la disciplina casi espartana que había mantenido años atrás Koussevitzki en dicha formación y que fue muy atemperada por el carácter un tanto relajado de Munch. Durante las primeras temporadas Leinsdorf obtuvo grandes éxitos en Boston, aunque sus críticas abiertas al funcionamiento administrativo de la orquesta así como a sus implicaciones políticas provocaron su renuncia al cargo en 1969. Desde esta fecha, Leinsdorf ya no deseó más compromisos fijos y pasó a convertirse en uno de los directores invitados más requeridos y atractivos del panorama musical internacional. En 1972 acudió por segunda vez a Bayreuth — su debut allí ocurrió en 1959 — para dirigir una nueva producción de Tannhäuser que acabó en polémica por las altisonantes declaraciones efectuadas por Leinsdorf en contra del director escénico asignado. De 1977 a 1980 Leinsdorf colaboró con cierta asiduidad con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín al tiempo que también fue un habitual invitado del Metropolitan y de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. El 11 de septiembre de 1993 Leinsdorf falleció en Zurich, Suiza, como consecuencia de un cáncer.
Erich Leinsdorf fue un director metódico y perfeccionista con una capacidad memorística realmente asombrosa. Su estilo de dirección fue soberano aunque arcaico, con una conducta personal muy dada al recurso fácil y al acento un tanto placentero. Tal vez por ello sus lecturas llegaron a ser un tanto inhibidas y carentes de un recomendable punto de inflexión personal. Su capacidad de ensayista metódico y racional le convirtieron en un excelente director para los estudios de grabación, máxime cuando en los conciertos en vivo se mostraba como un maestro muy americanizado, brioso y fiable sin duda, pero con los defectos típicos de entender una forma de dirección ejecutada muy de cara a la galería y buscando más el perfeccionismo que la sensualidad. Sin duda alguna, su especialidad fue el terreno operístico y en dicho ámbito se mostró como un maestro del todo consumado. Por contra, su labor como director de conciertos sinfónicos pasa por estar un tanto menospreciada en la actualidad por los críticos más exigentes. Fue uno de los primeros directores en prescindir del frac en sus apariciones, sustituyéndolo por un traje oscuro. Su repertorio fue de amplio espectro y destacó además por ser un notable escritor que llegó a publicar tres libros, entre ellos su propia autobiografía.
De entre la producción discográfica debida a Erich Leinsdorf podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces a los vídeos que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Sinfonía nº5 de Beethoven dirigiendo la Sinfónica de Boston (RCA 60769); Concierto para piano nº2 de Brahms, junto a Sviatoslav Richter y dirigiendo la Sinfónica de Chicago (RCA 60860); Concierto para violín de Brahms, junto a Zino Francescatti y dirigiendo la Orquesta Nacional de Francia (MUSIC & ARTS 1171: En el enlace se muestra una histórica versión en directo junto a Szeryng y la Filarmónica Checa); War Requiem de Britten, junto a Krause, Curtin y Di Virgilio, y dirigiendo la Sinfónica de Boston (VIDEO ARTISTS 4429); Concierto para piano nº1 de Chaikovski, junto a Artur Rubinstein y dirigiendo la Sinfónica de Boston (RCA 63037); Sinfonía nº36 de Mozart dirigiendo la Sinfónica de Boston (RCA 60907); Così fan tutte de Mozart, junto a Milnes, Price, Troyanos y Raskin, y dirigiendo la New Philharmonia Orchestra (SONY 7579012); Don Giovanni de Mozart, junto a Van Mill, Siepi, Nilsson y Corena, y dirigiendo la Filarmónica de Viena (DECCA 421875); Concierto para violín nº1 de Prokofiev, junto a Erick Friedman y dirigiendo la Sinfónica de Boston (TESTAMENT 1376); Madama Butterfly de Puccini, junto a Tucker, De Palma, Maero y Price, y dirigiendo la Orquesta de la RCA de Italia (RCA 68884); Turandot de Puccini, junto a Björling, Tebaldi, Tozzi y De Paolis, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Roma (RCA 62687); Tosca de Puccini, junto a Björling, Warren, Milanov y Monreale, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Roma (RCA 63305); La bohème de Puccini, junto a Moffo, Tucker, Costa y Tozzi, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Roma (RCA 82621); El barbero de Sevilla de Rossini, junto a Peters, Merrill, Tozzi y Corena, y dirigiendo la Orquesta del Metropolitan (RCA 68552); Sinfonía de cámara nº1 de Schönberg dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio del Sureste de Alemania (HÄNSSLER 93040); Escenas de Fausto de Schumann, junto a Prey, Mathis, Fassbaender y Procter, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio Bávara (MELODRAM 40054); selección de valses y polkas de Johann Strauss II dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Viena (KULTUR VIDEO 4194); El caballero de la rosa de Richard Strauss, junto a Valori, Ludwig, Jurinac y Berry, y dirigiendo la Orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires (LIVING STAGE 1029); Ariadne auf Naxos de Richard Strauss, junto a Watson, Sills y Rearson, y dirigiendo la Sinfónica de Boston (VIDEO ARTISTS 4363); Aida de Verdi, junto a Domingo, Bumbry, Price y Raimondi, y dirigiendo la Sinfónica de Londres (RCA 62676); Macbeth de Verdi, junto a Rysanek, Bergonzi, Ordassy y Warren, y dirigiendo la Orquesta del Metropolitan (RCA 4516); Un ballo in maschera de Verdi, junto a Verrett, Bergonzi, Price y Merrill, y dirigiendo la Orquesta de la RCA de Italia (SONY 7581322); La Walkiria de Wagner, junto a Nilsson, Gorr, Malyon y Vickers, y dirigiendo la Sinfónica de Londres (DECCA 470443); Idilio de Sigfrido de Wagner dirigiendo la Sinfónica de Boston (VIDEO ARTISTS 4361); y finalmente, Preludio y Muerte de Amor de Tristán e Isolda de Wagner dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles (EMI 65208). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.
Resulta extremadamente notoria la evolución interpretativa por la que atravesó Leinsdorf, desde las épocas de su juventud hasta sus últimos días. Una grabación suya en directo de Die Walküre en el Met (completa, con una recia y admirable intervención de Melchior como Siegmund) que corresponde a los años 40, nos muestra a un Leinsdorf rigurosísimo, de extrema frialdad sobre el podío -lo que se traduce en la música- y que logra extraer de todo el conjunto instrumental y vocal, el más sonoro estilo épico de la obra wagneriana. Resulta un poco dura esta grabación, es poco pulida pero muy bien interpretada, repito, con una participación memorable de Melchior, y aunque en los pasajes más apasionados del primer acto se pierde un poco la poesía merced a lo ya apuntado, el producto es realmente bueno.
Por contra, el Leinsdorf de los últimos años parece más dominado por la inspiración. En este ensayo de los momentos previos al Encantamiento del Viernes Santo, se mantiene la pulcritud interpretativa pero a ella se sobrepone el carácter filosófico que emana del conjunto. Alli Leinsdorf no duda en pedirle a su orquesta que toque lentamente, bajando el tono de las cuerdas a fin de lograr el mensaje preciso.
Eso sí, su voz y su figura irradian total autoridad.
Un abrazo, amigo y hermano.
Ved aquí otro ejemplo del Wagner de Leinsdorf, junto al inmenso Melchior, en una escena de Die Walküre:
http://www.youtube.com/watch?v=mR9rn4YplgI&feature=related
Esta grabación es de marzo de 1940, mientras que la que referí en mi anterior comentario es la correspondiente al 6 de diciembre de 1941 y que Leiter ha enlazado en el contenido de la entrada. Ambas son interpretaciones épicas y revelan a un Leinsdorf poco pulido, espartano pero absolutamente magistral. Wagner era su campo, definitivamente. No es para menos: con Bodansky al lado…
Otro abrazo Leiter.
No deja de resultar curioso un dato: Seiji Ozawa fue director titular de la Orquesta Sinfónica de Boston durante cerca de treinta años, concretamente de 1972 a 2002. Previamente lo fueron Erich Leinsdorf y William Steinberg, quienes suelen pasar desapercibidos a la hora de citar a los titulares de esta enorme formación norteamericana (se suele citar a Munch y posteriormente a Ozawa). Lo cierto es que Ozawa, a quien ya le llegará su turno en este bar virtual, aguantó treinta años sin saber nadie el por qué (sus últimos años estuvieron repletos de críticas negativas).
Por lo demás, Leinsdorf puede sonar tal vez un poco brusco pero me agrada que afirmes que es un buen director wagneriano. En su repertorio sinfónico, para ser sinceros, no me convence mucho.
Gracias por las aclaraciones y por el vídeo, amigo y hermano Iván.
LEITER