Kurt Masur se convirtió en uno de los iconos musicales e interpretativos de la DDR, el contrapunto al todopoderoso Karajan. A Occidente llegaron sus versiones de las sinfonías de Beethoven y no tardaron en convertirse en una valiosa y admirada alternativa a lo que hasta entonces se consideraba una referencia discográfica. La fama de Masur y la Gewandhaus traspasó fronteras y las autoridades de la Alemania Democrática le exhibieron como un héroe y un símbolo de los inmejorables métodos pedagógicos de la misma. Masur se implicó como un acérrimo defensor del régimen comunista de Honecker y, consecuentemente, fue galardonado con el Premio Nacional de las Artes de la DDR en 1982, en lo que parecía un feliz matrimonio del artista con las autoridades germánicas del este. Paralelamente, su actividad artística era encomiable y ya por entonces se empezó a hablar de su posible postulación a la Filarmónica de Leningrado, la mejor y más prestigiosa orquesta del bloque comunista, ante la más que preocupante e irreversible enfermedad del mítico Mravinski… Septiembre de 1989: Masur conoce de primera mano el injusto arresto de un músico ambulante en Leipzig por parte de la policía política de la Alemania comunista. El maestro se va dando cuenta de que un sistema político nunca puede ser justo cuando impide la libre expresión de las personas y de esta manera no sólo se va apartando de las tesis comunistas de Honecker, sino que incluso encabeza manifestaciones antigubernamentales, poniendo en riesgo su propia vida.
Kurt Masur nació el 18 de julio de 1927 en Brieg, territorio antaño perteneciente a la Baja Silesia alemana y hoy bajo administración polaca, e inició sus estudios musicales de piano, órgano y violoncelo en la Landesmusikschule de Breslau para más tarde, de 1946 a 1948, ingresar en el Conservatorio de Leipzig para estudiar dirección orquestal. Después de concluir su formación, Masur se vinculó al Teatro de la Ópera de Halle en calidad de repetidor hasta que en 1951 fue nombrado director de la Ópera de Erfurt por un período de dos años. De ahí pasó en 1953 a dirigir la Ópera de Leipzig, también por un período de dos años, hasta que en 1955 aceptó el cargo de segundo director de la Orquesta Filarmónica de Dresde durante tres años. Finalizada esta etapa, Masur fue designado en 1958 director del Teatro de Mecklenburg para dos años más tarde hacerse cargo de la dirección de la Ópera Cómica de Berlín Este. Luego de un período en el que Masur no estuvo adscrito a ningún teatro u orquesta — al parecer, por presiones de las autoridades comunistas de la DDR — en 1967 Masur fue de nuevo nombrado director de la Orquesta Filarmónica de Dresde. Su buen hacer allí le sirvió para que en 1970 fuese propuesto para la titularidad de la prestigiosa Orquesta del Gewandhaus de Leipzig, cargo en el que permanecerá durante un período de 26 años y en el que conseguirá una enorme reputación internacional. A partir de 1973, Masur comienza a salir al extranjero en calidad de director invitado y en 1976 llega incluso a ser nombrado principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Dallas. En 1988 asume el mismo puesto en la Orquesta Filarmónica de Londres y se consagra como uno de los directores más requeridos del bloque comunista.
Tras los sucesos políticos de 1989, Masur reniega del ya agónico gobierno de Honecker en la DDR y se declara como un firme defensor activo de la transición política en la Alemania Oriental. Reconocido como un embajador artístico de la nueva Alemania, en 1991 Masur es nombrado director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York sucediendo a Zubin Mehta. Allí Masur chocó con los métodos de gestión de dicha orquesta, muy diferentes a lo que él había asimilado en Alemania, aunque, pese a ello, su labor se mantuvo hasta 2002 y con unos resultados artísticos excepcionales (de hecho, fue nombrado ese mismo año Director Emérito de dicha formación, un puesto exclusivamente creado para él). Ya en el año 2000, Masur aceptó la invitación de la Orquesta Filarmónica de Londres para convertirse en su director titular, cargo en el que se mantuvo hasta 2008. También en 2002, Masur se convirtió en el director musical de la Orquesta Nacional de Francia hasta 2008. Actualmente, a sus 84 años de edad, Masur permanece desvinculado de cualquier compromiso regular con alguna agrupación sinfónica y únicamente dirige en calidad de invitado. La Orquesta Filarmónica de Israel le nombró director invitado emérito en 1991.
Masur es un director de trazo firme, capaz de desconectar las dos manos a la hora de dirigir — como en el caso de Pierre Boulez — y dotado de una especial sensibilidad para abordar el período romántico alemán. Muy pocos saben penetrar en el espíritu de las piezas de la manera en que Masur lo hace, con meticulosidad propia de un músico cuya técnica está fuera de toda discusión. Sus lecturas se inscriben dentro de un rigor exacto hacia la partitura aunque reconoce que lo que más le interesa como director es penetrar en el espíritu profundo de la composición musical a ejecutar. A causa de un accidente automovilístico ocurrido en 1972 en el que perdió la vida su primera esposa y él sufrió graves heridas, Masur dirige habitualmente sin batuta y sus gestos son más bien contenidos; pero su presencia en el podio derrocha personalidad y sus versiones resultan admirablemente claras. Es uno de los directores más grandes surgidos de la escuela centroeuropea y está vinculado, por derecho propio, con los más insignes predecesores de la tradición germánica.
De entre la producción discográfica debida a Kurt Masur podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): La integral sinfónica de Beethoven dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (PHILIPS 213102 — integral); Obertura Egmont de Beethoven dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (PHILIPS 438706); Concierto para violín de Beethoven, junto a Yehudi Menuhin y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (BERLIN CLASSICS 8601); la integral sinfónica de Brahms dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (KULTUR VIDEO 4168); Concierto para violín de Brahms, junto a Sarah Chang y dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Dresde (EMI 67004); los 3 Conciertos para violín de Bruch, junto a Salvatore Accardo y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (PHILIPS 462167); la integral sinfónica de Bruckner dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (RCA 60395 — integral); Suite de El lago de los cisnes de Chaikovski dirigiendo la Filarmónica de Nueva York (TELDEC 94571); El aprendiz de brujo de Dukas dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (EUROARTS 2056328); Rhapsody in blue de Gershwin, junto a Siegfried Stockigt y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (BERLIN CLASSICS 1336); Suite de Porgy and Bess de Gershwin dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (BERLIB CLASSICS 8543); Peer Gynt de Grieg, junto a Markert, Denner, Vogel y Wiens, y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (PHILIPS 422343); Misa Glagolítica de Janacek, junto a Lang, Mitchinson, Freiberger y Adam, y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (PHILIPS 432983); Taras Bulba de Janacek dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (PHILIPS 432983); selección de piezas orquestales de Liszt dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (EMI 75623); Kindertotenlieder de Mahler, junto a Siegfried Lorenz y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (BERLIN CLASSICS 9397); la integral sinfónica de Mendelssohn dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (APEX 49817); los 2 Conciertos para piano de Mendelssohn, junto a Cyprien Katsaris y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (APEX 89088); Concierto para violín de Mendelssohn, junto a Anne Sophie Mutter y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (DG 1253300); Obertura de El sueño de una noche de verano de Mendelssohn dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (ARTHAUS MUSIK 100031); la integral de los Conciertos para piano de Mozart, junto a Annerose Schmidt y dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Dresde (BERLIN CLASSICS 300035 — integral en 10 CD´s); Sheherezade de Rimski-Korsakov dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Nueva York (TELDEC 17125); la integral sinfónica de Schumann dirigiendo la Filarmónica de Londres (TELDEC 46445 y APEX 7498142); Sinfonía nº1 de Shostakovich dirigiendo la Filarmónica de Londres (LPO 1); selección de lieder de Richard Strauss, junto a Jessey Norman y dirigiendo la Orquesta del Gewandhaus (PHILIPS 943302); y, finalmente, Obertura de La fuerza del destino de Verdi dirigiendo la Orquesta del Teatro de la Fenice (TDK CONYC6V). Nuestro humilde homenaje a este excepcional director de orquesta.
Enlaces y más enlaces suprimidos que impiden la difusión del quehacer musicall de este director, sin duda muy interesante.
Aunque jamás he sido devoto de Kurt Masur, no puedo ignorar la muy buena definiciónb que de él haces, cuando dices que sus versiones resultan admirablmente claras.
Sí es cierto: su sonido logra cautivar, aunque no necesariamente debe enamorar, por lo menos no a mí; pero percibo en Masur una seria y encomiable intención de no extralimitarse en producir contenidos que la partitura no presenta, es decir, evade toda manifestación superflua de experimentación con la orquesta. Eso hace que Masur (pese a su atuendo texano), no parezca justamente como un show man, lo que le hace un flaco favor a la música, única que debe ocupar el primer lugar. Lo demás puede degenerar en una teatralidad innecesaria.
Aún así, nunca ha llegado a convencerme su lectura de la Novena de Beethoven: suena extraña y carece de la fuerza que la estructura de esta obra imponente exhibe por sí misma. Gustos míos, por supuesto, nada vinculante de ninguna manera. Pero prefiero al Todopoderoso.
Mi abrazo, amigo y hermano Leiter.
En lo relativo a la supresión de vídeos en YouTube poco puedo añadir a lo ya largamente expresado. La dilatación temporal existente entre la redacción de las entradas y su publicación definitiva conlleva a estos desajustes. Pero no podemos hacer nada sino resignarnos. Y yo, desde luego, no tengo tiempo como para ir revisando todo el tropel de entradas y buscar alternativas. Lo escrito, escrito está.
Yo creo que lo mejor de Masur se encuentra en Schumann, compositor al que entiende como muy pocos. No obstante, su Beethoven es de altas cotas aunque nos puede resultar un tanto extraño-distinto y mucho más cuando estamos muy influenciados por otras versiones que consideramos de referencia. Es un tema recurrente. Cuando abordamos una nueva versión debemos borrar de la mente otras experiencias previas. Al final, llegará el momento de la comparación. Pero sólo al final. Si tenemos en mente otra versión cuando escuchamos una inédita para nosotros estamos perdidos porque siempre tomaremos como referencia «nuestra» versión y ello nos impedirá bucear en otro concepto que puede ser tan válido o más que nuestra «referencia» aunque no siempre tenga que ser necesariamente así.
Mi abrazo, amigo y hermano Iván, de un muy físicamente fatigado
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