De manera estrictamente musical, un himno es un canto de divina alabanza utilizado en los ritos católicos y protestantes que tienen como común denominador en que no están basados en textos bíblicos. Ya en la Biblia se hace alusión a esta forma mediante veterotestamentarios cánticos de acción de gracias, mientras que los primeros padres de la Iglesia Cristiana se sirvieron también de esta forma, a menudo confundida con los salmos. Se puede afirmar que el himno derivó en la llamada coral, aunque eso ya es materia propia y específica de la teoría de las formas musicales. Los himnos nacionales, una mezcla de música patriótica frecuentemente aderezada con canciones tradicionales, se pusieron de moda durante todo el siglo XIX para resaltar la historia y las tradiciones del país al que pertenecían. Desde entonces, el himno nacional de cada país es la expresión musical que sirve de diplomática representación en los distintos foros internacionales, aparte de ser una pieza musical de obligado conocimiento por todos los nacionales del país al que representa como tradicional símbolo de unión, historia y confraternidad, aunque en muchas ocasiones el carácter marcial de su música y el ardor frenético de las letras pueda sugerir un patriotismo de marcado carácter violento, imperialista e incluso excluyente. Sea como fuere, hemos elaborado nuestra lista de los más bellos himnos nacionales atendiendo EXCLUSIVAMENTE al carácter musical de los mismos, evitando cualquier afinidad o rechazo por razones sociopolíticas de los distintos estados nacionales. Esta es una página eminentemente musical y aquí sólo nos interesa la música. Tras mucho escuchar, nos hemos decidido por los siguientes:

HIMNO DE HUNGRÍA (Isten, áldd meg a magyart – Dios, bendice a los húngaros): Ya adelanto, siempre desde mi personal y humilde opinión, que este es el himno nacional que más me gusta de todos. La música fue compuesta por Ferenc Erkel en 1844 y la letra corresponde a unos versos escritos en 1823 por Ferenc Kölcsey. La época en que fue compuesto el himno corresponde a una etapa muy turbulenta política y socialmente en Hungría, en donde sus habitantes se hallaban gobernados por el emperador austríaco.

HIMNO DE ISRAEL (Hatikva – La esperanza): Precioso himno cuya música ha sido atribuida a Nissan Belzer o a Samuel Cohen, indistintamente, aunque la melodía fue claramente tomada de las primeras notas de El Moldava de Smetana. El texto está basado en un poema escrito por Neftalí Herz Imber (1856-1909), poeta natural de Galicia que en 1882 se trasladó a Palestina y, posteriormente, en 1888, a la India, en donde al parecer se convirtió al cristianismo. Es el Himno Nacional israelí desde 1948.

HIMNO DE ALEMANIA (Das Deutschlandlied – La Canción de Alemania): Famoso himno que asusta a los rivales cuando se interpreta en alguna competición deportiva en donde participa Alemania. Compuesto por Joseph Haydn en 1797 como parte de su cuarteto Kaiserquartett, la letra fue añadida en 1841 por August Heinrich Hoffman von Fallersleben. Convertido en Himno Nacional alemán en 1871, su letra ha ido transformándose con los años. Durante el período nazi, se cantaba sólo la primera estrofa y luego el himno nazi Horst Wessel Lied. A partir de 1952, fue de nuevo el Himno Oficial alemán. Recordemos también que desde 1945 a 1990, este himno rivalizó con el de la «otra Alemania», la DDR (Deutsche Demokratische Republik), otro bello himno.

HIMNO DE RUSIA (Gosudartsvenny Gimm Rossiyskoy Federatsii – Himno nacional de la Federación Rusa): Himno de quita y pon: Compuesto por Alexander Alexandrov en 1938, sucedió como himno a la Internacional Comunista en 1944. Tras la muerte de Stalin, la letra original de Mijalkov se sustituyó la letra por otra del propio Mijalkov aunque no fue declarada oficial hasta 1977. En 1991, el entonces presidente Yeltsin adopta como himno la infumable Canción Patriótica, rechazada por gran parte de la población al carecer de letra. Vladimir Putin, en 2001 y tras muchas peripecias, ordena que sea de nuevo la música de Alexandrov con texto también de Mijalkov el Himno Oficial de Rusia, aunque sin ninguna referencia al pasado régimen comunista.

HIMNO DE AUSTRIA (Land der Berge, Land am Strome – Tierra de montañas, tierra sobre ríos): Compuesto por Paula von Preradovic sobre una adaptación de la Eine Kleine Freimaurer Kantata de Mozart. Ganó un concurso al que se presentaron 1.800 propuestas y su autora donó el premio de 10.000 chelines a Cáritas. Es el Himno Oficial austríaco desde 1947, fecha de su composición. Sin embargo, su letra ha sido considerada como sexista en estos últimos años y se ha encargado a Fritz Molden, el hijo de la creadora, la revisión de la misma pese a la oposición de los grupos más inmovilistas.

HIMNO DE SUDÁFRICA (Nkosi sikeleli Afrika – Dios bendiga a África): Uno de los himnos más bellos y originales que existen. Es el resultado de la fusión del antiguo himno nacional, Die Stem, obra de Cornelius Jacobus Langenhoven y Martin de Viliers, con la tradicional canción bantú del siglo XIX Nkosi sikeleli Afrika, creada por Enoch Mankanyi Nsotonga. La letra actual contiene partes en los cinco idiomas más hablados en el país, xhosa, zulú, sesotho, afrikaans e inglés. Fue reconocido como Himno Oficial de Sudáfrica en 1994 bajo la presidencia de Nelson Mandela. Es también, en la parte correspondiente a la canción bantú, el Himno Oficial de Zambia.

HIMNO DE BULGARIA (Mila Rodino – Querida patria): Bellísimo himno — que me aprendí casi de memoria — compuesto por el estudiante Tsvetan Tsvetkov Radoslavov en vísperas de la Guerra Serbo-Búlgara de 1885. Este himno sustituyó al antiguo Shumi Maritza, vigente hasta 1947, fecha en que el gobierno comunista lo abolió. A partir de 1964, Mila Rodino es el vigente Himno Nacional de Bulgaria, aunque han sido eliminadas de su letra ciertas referencias relativas a una antigua alianza con la URSS.

HIMNO DE GRECIA (Eleftheria – Himno de la Libertad): Breve, original y sencillo, aunque su letra esté basada en las 158 estrofas del poema Himno de la Libertad escrito en 1824 por Dionisos Solomos y cuyos versos estuvieron inspirados en la Revolución Griega contra el Imperio Otomano. La música fue compuesta por el compositor Nikolaos Mantzaros en 1828. El rey Othon condecoró a ambos autores, aunque no quiso reemplazar este himno por el Himno Nacional Real. Cuando su dinastía fue depuesta, el nuevo rey Georges I instituyó la nueva composición como Himno Nacional de Grecia en 1864.

HIMNO DE JAPÓN (Kimigayo – Que su reinado dure eternamente): Precioso himno que destaca por su sencillez y brevedad. La letra está basada en un poema waka escrito en la era Heijan (Siglos VIII al XII), cantado sobre una canción popular de la era Meiji. La actual melodía data de 1880 y fue compuesta por Yoshiisa Oku y Akimori Hayashi. El alemán Franz Eckert adaptó el himno a la armonía occidental. El himno no llegó a ser oficial del todo hasta 1999 y su reconocimiento provocó no pocas controversias ya que fue considerado un símbolo del imperialismo belicista japonés.

HIMNO NACIONAL DE LOS PAÍSES BAJOS (Wilhelmus– Guillermo): Es un canto de quince estrofas de ocho versos arreglado por Philips van Marnix van Sint Aldegonde sobre texto compuesto por un compatriota suyo años antes. El poema fue dedicado al Príncipe Guillermo de Orange, dirigente de la lucha de la independencia contra Felipe II de España. La música, aunque popular, fue reelaborada por Adriaen Valerius (1575-1625). Se suelen cantar la primera y sexta estrofa del mismo, alusivas a la fidelidad del Príncipe con su país y a la súplica divina para tener fuerzas contra la opresión y la tiranía. El himno posee un enorme significado para el pueblo holandés. Desde 1932, es el Himno Oficial de los Países Bajos.

Pero, obviamente, esta lista quedaría incompleta del todo sin el…

HIMNO NACIONAL DE FRANCIA (La Marseillaise – La Marsellesa): Es uno de los mayores cantos a la libertad jamás compuestos. La letra, violentísima, fue escrita por Rouget de Lisle en 1792, al igual que la música. Fue declarado Himno Oficial de Francia en 1795, aunque posteriormente prohibido durante el Imperio y la Restauración. Vuelve a ser himno oficial durante la III República y nuevamente censurado durante la ocupación nazi de Francia. Su uso en la película Casablanca adquiere tintes épicos y difícilmente olvidables por todos aquellos partidarios de la Libertad. Es nuevamente Himno Nacional de Francia desde 1958.

 Lamento no haber incluido el himno de mi propia nación, España, ya que no me gusta nada. En mi opinión, es musicalmente pobre. También me resulta doloroso no haber señalado ningún himno de nuestros hermanos de México, República Dominicana, Puerto Rico, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, Panamá, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil.

 Existen una serie de himnos nacionales que de alguna manera hubieran podido ocupar esa lista de los diez primeros por los que me decanté, como son los casos de Reino Unido, Suecia, Marruecos, Turquía, Polonia, Canadá, EEUU, Australia, Croacia, Arabia Saudí, República Checa, Serbia, Finlandia, Irán y Portugal.

 Finalmente, reconozco que no puedo con los himnos de Italia, India y China (Que me perdonen los naturales de esos países. Insisto en que sólo se trata de una apreciación musical).