En el enlace al vídeo que hoy os ofrezco podemos escuchar el bellísimo Kyrie de la Misa L´homme armé del compositor francés Guillaume Dufay, posiblemente el mejor compositor de la primera mitad del siglo XV y principal exponente de la llamada escuela franco-flamenca de dicha centuria que posteriormente tendría su continuidad en músicos de la talla de Ockeghem, Obrecht o el incomparable Josquin des Pres. La misa L´homme armé (El hombre armado) es una de las primeras misas que se han conservado basadas en la canción que da título a la misma y que seguramente inspiró ejemplos más tardíos. En este breve Kyrie podemos observar una inestimable peculiaridad compositiva que consiste en que el llamado cantus firmus — canto de notas largas que sirve de base estructural a la composición polifónica del renacimiento — aparece en la voz tenor y no en los bajos como era común característica. Los cantantes que conocían la versión original seguro que lo advirtieron aunque hoy en día puede parecer cuidadosamente escondido.
La gran y refrescante vitalidad que supuso el cambiante Renacimiento en la primera mitad del siglo XV con respecto a las agotadas fórmulas medievales tuvo un mayor énfasis en las artes plásticas — recordemos que el único filósofo de importancia en esta época, a diferencia del torrente de ideas y pensadores originado con la llamada crisis de la escolástica medieval, fue Nicolás de Cusa — siendo la ciudad de Florencia el núcleo central de todas las innovaciones artísticas. En arquitectura, el renacimiento estaría liderado por el genial Brunelleschi, seguidor de las pautas teóricas de Alberti. En lo referente a la escultura, si bien Ghiberti esculpe las puertas del baptisterio de Florencia como una plasmación de las ideas surgidas en La divina comedia de Dante, va a ser Donatello quien romperá con todo vínculo gótico. A nivel pictórico, Giotto establecería un nuevo modelo de expresión que superaba definitivamente los rígidos convencionalismos aún bizantinos de Duccio. Por otra parte, en el norte de Europa se va descubriendo el naturalismo y la perspectiva, surgiendo la escuela flamenca de pintura encabezada por Jan van Eyck, artista sin par capaz de inaugurar un nuevo género de retrato naturalista y burgués como se advierte en su legendario cuadro del Matrimonio Arnolfini. En lo relativo a la música, también la zona flamenca y del norte francés va a ser el centro de una nueva escuela que tratará de suceder al medievalismo cuyo máximo exponente fue el compositor francés Guillaume de Machaut. Mucho tuvo que ver en ello el emergente y nuevo poder económico del ducado de Borgoña aunque también no fue ajeno el prestigio que significaban las catedrales de París o Reims. La principal figura musical de esta nueva corriente fue el compositor Guillaume Dufay.
Actualmente se piensa que Guillaume Dufay nació aproximadamente en el año 1398 en la localidad de Cambrais y que era hijo ilegítimo de un sacerdote. Parece ser que en 1424 se trasladó a Laon y dos años más tarde a Bolonia, ciudad donde compone su famoso Adieu ces bons vins de Lannoys, un melancólico rondó que hace referencia a la nostalgia de los caldos laonenses. Asimismo se piensa que conoció la música italiana por el hecho de asistir como acompañante del obispo de Cambrais al Concilio de Constanza. Luego pasó una etapa por Roma y Florencia en la que es muy posible que trabajase al servicio de los Malatesta italianos, circunstancia que le obligó a trasladarse a Saboya. En sus últimos años, regresó a Cambrais, ciudad en la que falleció en 1474. Dufay siguió los pasos de Machaut en lo que a composición de misas se refiere al considerar la misa como un todo homogéneo. Sin embargo, desarrolló una peculiar y habilidosa técnica consistente en que cada sección comenzaba con el mismo motivo melódico de la obra. Por otra parte, su producción de motetes evolucionó del llamado motete isorrítmico a un tipo de motete más cantabile, muy influenciado por el gusto melódico de la canción. Algunas fuentes afirman que Dufay se hallaba en Florencia cuando se inauguró la cúpula de Brunelleschi en Santa María de las Flores — 25 de mayo de 1436 — y que para ello compuso el motete a cuatro voces Nuper rosarum flores. Este motete, al parecer, se creó usando las proporciones matemáticas de la famosa cúpula que, a su vez, intentaba evocar las proporciones del Templo de Salomón. Por increíble que nos pueda parecer, seis siglos después, el compositor y arquitecto griego Inannis Xenakis, «copió» los fundamentos creativos de Dufay en muchas de sus obras, compuestas de manera electroacústica mediante rigurosos criterios matemáticos. El talento musical de Dufay fue muy admirado en Europa a lo largo de toda su vida. Anticipó el estilo renacentista en base a una mayor expresividad cimentada sobre un elevado rango armónico.
Esta música suena todavía más a medievo, a catedral gótica, que al luminoso renacimiento que apenas empezaba a gestarse en ese momento.
Ésa es al menos mi percepción, seguramente porque no soy capaz de captar los detalles innovadores que mencionas.
En cualquier caso, Leiter, esta lujosa entrada es mucho más que un guiño musical: es un guiño cultural en toda regla. ¡Chapeau!
Bueno, un abrazo y buen fin de semana a todos.
Ok, Ángel. Es muy complicado percibir las diferencias, de veras. De cualquier manera, en fechas posteriores — después de Navidad — intentaré poner algo de Machaut y su Misa de Nôtre-Dame para que se puedan observar las diferencias.
Esta madrugada estuve componiendo una nueva entrega de VERSIONES COMPARADAS que, Dios mediante, verá la luz en diciembre. (Este mes, Berlioz y su Fantástica). He elegido la Quinta de Beethoven. ¿Te parece bien, Kapellmeister?
Un abrazo, Ángel
LEITER
Me parece perfecto, las versiones comparadas son especialmente útiles para quienes nos estamos iniciando. Y de la Quinta qué voy a decir, si Beethoven es mi debilidad.
Pues eso, que muchas gracias y que aquí me tienes dispuesto a seguir aprendiendo.
Me ha encantado esta entrada! gracias por seleccionar esta hermosa música.
Besos