Preservativo ecológico

No piensen que soy monotemático, pero últimamente las noticias me están superando y no puedo sino compartirlas con ustedes. Decir que la humanidad está tomando poco a poco conciencia ecológica es una buena noticia, pero cuando se traspasan ciertos límites evidentementeestamos en presencia de una cara más del capitalismo-consumismo puro y duro.Vamos a la noticia, que pasaron por los telediarios de Telecinco y Antena 3.

En Estados Unidos, en que otro lugar podría ser, han encontrado un nuevo nicho de mercado: el sexo ecológico.Verdad o marketing, los impulsores de este nuevo negocio proclaman a quien los quiera escuchar que los juguetes sexuales y anticonceptivos están contribuyendo a la degradación del planeta. Claro está que estamos en presencia de un mercado que mueve alrededor de 12.000 millones de euros. Sólo en aceites lubricantes, los establecimientos estadounidenses facturaron más de 75 millones de euros el año pasado, pero muchos de sus usuarios desconocen que estos productos contienen sustancias químicas como las que se encuentran en los anticongelantes y en los limpiadores para hornos, que son nocivas tanto para los usuarios como para el medio ambiente. El argumento es que nos preocupamos por lo que contamina nuestro coche, de qué fibras está hecha nuestra ropa, si lo que comemos ha sido cultivado ecológicamente, las flatulencias de los vacunos, las energías no renovables… Pero hasta ahora no habíamos reparado en elementos que hacen “a la vida diaria” y que son nefastos para el ecosistema como los anticonceptivos y juguetes eróticos. A partir de esta manifestación, el negocio está servido

Hay de todo y para todos los gustos:

Preservativos de piel de cordero biodegradables, esposas, fustas y otros juguetes hechos con materiales reciclables, lubricantes orgánicos, preservativos vegetarianos sin aditivos y juguetes eróticos de materiales como madera y cristal son la última moda en un sector que crece y donde la sofisticación pareciera no tener límite, al punto que los precios varían sustancialmente si se trata por ejemplo de maderas nobles o por el grado de contenido de plomo de la cristalería.

Igual que un consumidor responsable se informaría del material empleado en la fabricación de un biberón, debería hacerlo respecto a este tipo de productos que, aunque la mayoría no confiesa su uso, las ventas confirman que va en aumento y han dejado de ser de uso exclusivo de determinados colectivos.

Alliyah Mirza, fundadora de la firma Earth Erotics, una de las compañías líderes del sector erótico ecológico, asegura que la demanda de sus productos no deja de crecer. “Hemos visto un aumento de la demanda en los últimos meses así como un crecimiento exponencial desde que abrimos hace tres años. Los consumidores responsables compran comida orgánica y toman otras decisiones en sus compras basadas en el impacto sobre su salud o el medio ambiente, por lo que es natural que la tendencia haya saltado al campo de los juguetes para adultos”.

Entre los productos más vendidos por Earth Erotics, que distribuye sólo por Internet y a través de ”fiestas particulares”, destacan los lubricantes orgánicos y los juguetes eróticos de cristal, que pueden llegar a costar hasta 70 euros en el caso de algunos modelos. “El cristal no sólo es bonito, sino que además es un material completamente natural y reciclable”, destacan sus directivos.

Como se dice “a río revuelto ganancia de pescadores” también ha surgido otra vertiente de los que adhieren a esta corriente ecológica, con la defensa de los métodos tradicionales de anticoncepción y no por razones morales o religiosas.

Sus voceros argumentan que el tradicional método ogino o del calendario –abstinencia en determinados días del ciclo menstrual– es la única forma de evitar la ingesta de químicos y las toneladas de preservativos que acaban a la deriva en ríos y playas.

Obviamente aquí el negocio son los cursos y jornadas que organizan para concienciar a la gente con pingües ganancias

Pero aunque este método anticonceptivo puede ahorrarnos la preocupación de cuánto tarda un condón en biodegradarse, su poca fiabilidad nos puede traer otros dolores de cabeza más graves que por supuesto sus impulsores no solventan.

Es indudable que cuanto más “evolucionamos”, más crece la distancia entre lo que la economía produce y lo que la humanidad necesita. Se calcula que alrededor de un 40 por ciento de todos los embarazos en el mundo no son deseados y más de un tercio de la población mundial no conoce método alguno de anticoncepción.

Para terminar una pregunta: ¿Se imaginan una rotura de alguno de estos juguetes de cristal en pleno uso?

Un saludo y buen fin de semana

THENIGER