Aumenta la natalidad en España
El INE ha dado a conocer en su informe de Movimiento Natural de Población que la natalidad se ha situado en 1,46 el más alto desde 1990 que aunque muy distante del 2,8 de 1976 resulta auspicioso. Asimismo señala que la proyección para el año en curso será mejor. Los datos desagregados pueden verse en este enlace. Más allá de las frías cifras y estadísticas hay algún dato que merece ser analizado:
– más del 20% de las madres son extranjeras
– muchas de las parturientas nacieron en la época del BABY BOOM
A la luz de estos datos muchos de los argumentos que se han esgrimido para justificar la baja natalidad de España en las últimas décadas han quedado descolocados. No obstante cuando se analizan los comentarios de los foreros de los distintos medios que recogieron la información resurgen como el ave fénix los tópicos que los datos contradicen, a saber:
– condiciones económicas de la pareja
– falta de incentivos por parte del Estado para alentar la procreación (ayudas, fiscalidad)
– horarios laborales de los padres incompatibles con la crianza de los niños
– insuficiencia y costo de guarderías, y algún otro que se podría englobar en los señalados
Es cierto que los inconvenientes apuntados hacen la tarea más difícil pero no son justificación para evitar la procreación de quienes así lo decidan. Distinto es el caso de aquellos que por convencimiento personal toman la decisión de no tener descendencia.
El mayor condicionamiento a mi criterio del fenómeno de la baja natalidad es un cambio en el pensamiento de las parejas respecto a sus valores esenciales y a su proyecto de vida.
Lejos han quedado nuestros ancestros que con mayores dificultades en todos los aspectos construyeron sus clanes de los que hoy somos sus exponentes. La evolución ha conllevado un sinnúmero de beneficios de los que hoy gozamos y a los cuales también nosotros hemos contribuido, pero que nos ha llevado como sociedad a subvertir valores esenciales de la especie humana:
– placer versus sacrificio
– único patrón de medida el económico
– preeminencia de lo individual sobre lo familiar
– materialismo a ultranza
El resultado de ello es escuchar frases que justifican la no tenencia de niños como:
– sabes lo que cuesta criar un niño las guarderías son carísimas
– no estamos dispuestos a sacrificar la mejor etapa de nuestras vidas
– no puedo hipotecarme de por vida para criarlos
– no puedo permitirme cambiar de piso pues el que tenemos es pequeño
– nos impide crecer como querríamos profesionalmente
En resumen, un niño es un gasto o la peor inversión de la pareja.
El cambio de tendencia es esperanzador. Pareciera que los nuevos padres que componen el informe no estaban del todo abducidos, o simplemente que más allá de sus penurias económicas o profesionales todavía tienen algo de lo que supieron transmitirles sus mayores apostando por un acontecimiento indescriptible y de duración prolongada que afortunadamente no se puede adquirir en una gran superficie.
No está todo perdido ¡!!!!
Buen fin de semana
THENIGER
Estando de acuerdo, como estoy, con la tesis del post (que la baja natalidad de la última década se ha debido fundamentalmente a un cambio de valores en la sociedad, cuyos individuos anteponen la seguridad económica a todo lo demás), tengo que decir que a mí también me llama mucho la atención el caso contrario, que es el de quienes tienen hijos por la sencilla razón de que es lo que toca, o sea, porque no saben lo que hacer con sus vidas o porque ya no tienen nada de lo que hablar con sus parejas. Éstos, que no son todos pero sí más de los que estamos dispuestos a aceptar, lo que en realidad hacen cuando traen hijos al mundo es sustituir su verdadera falta de valores personales (de enriquecimiento y realización propia) por el falso valor de la familia considerada como un bien en sí mismo.
Un saludo y buen fin de semana a todos.
No creo que se traigán hijos al mundo para sustitur valores personales, un poco confuso ese razonamiento. Pero desde luego que hay personas que tiene hijos cuando ya con su pareja tienen una relación poco apasionada o desde luego muy distinta a los primeros años de relación. De todas formas creo que el enriquecimiento personal y la realización propia es compatible con la creación de una familia, incluso aconsejable.