10 cuadros inolvidables del Museo Reina Sofía en Madrid
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Inaugurado oficialmente en septiembre de 1992, el Museo Reina Sofía es uno de los museos más emblemáticos de España y posiblemente el mejor de su categoría en lo relativo a arte del siglo XX. El Museo alberga no sólo pinturas, sino todo tipo de artes figurativas, aunque presenta algunas lagunas en su repertorio.
Junto con El Prado y el Thyssen, forma la trilogía de pinacotecas de obligada e imprescindible visita en el marco de la capital de España. Si difíciles han sido otras selecciones llevadas por mí a cabo en otras entradas de este tipo, os aseguro que decantarme por una serie de diez cuadros — con la máxima de no repetir autor — en este museo ha resultado tremendamente complicado.
Pero, como siempre, creo que el esfuerzo ha merecido la pena y con esta colección atesoramos ya 120 cuadros de las mejores pinacotecas del mundo. Recordemos que esta tarea, bendecida por la madrina de este bar virtual de copas, Amalia, nos ha llevado a seleccionar las mejores obras de El Prado, El Louvre, La Galería de los Uffizi, La National Gallery londinense, El Rijksmuseum de Amsterdam, El Orsay parisino, el Metropolitan de Nueva York, la Alte Pinakothek de Munich , el Museo Thyssen-Bornemisza, el Kunsthistorisches de Viena y el Hermitage de San Petersburgo… Y los que nos quedan. En fin, aunque ya no haya tragedia cósmica que amenace estas inmortales pinturas, espero que os guste mi selección.
1- EL CRISTO DE LA SANGRE de Ignacio Zuloaga
Antes de viajar a París, Zuloaga se formó como copista en el Museo del Prado. Su relación con la generación del 98 le llevó a desarrollar temas de una España en crisis, a menudo con una gran crudeza.
En este sensacional óleo vemos estas características, sobre todo en lo relativo a la peculiar idiosincrasia del pueblo español, al que critica con vehemencia.
Destaca el lúgubre tono ocre de los fondos, contrastado con un atrevido rojo en la casulla del sacerdote. Los retratos de los personajes parecen sacados del campo castellano que siempre hubo de admirar el genial pintor eibarrés, uno de los máximos exponentes del costumbrismo español.
2- RETRATO DE JOSETTE de Juan Gris
A mi juicio, es una de las mejores obras del pintor madrileño, quien decide retratar a su esposa como reflejo de sus conocimientos de las tradiciones anteriores.
El cuadro se despoja de cualquier elemento accesorio, huyendo también de cualquier perspectiva y otorgando un especial tratamiento al volumen y a la luz. La figura se descompone en numerosos planos remarcados por el uso del color negro entre los que la figura se representa de modo transparente, creando una mágica unidad visual con el fondo.
Las gamas blancas empleadas en rostro y manos aportan una sensación del todo cálida. El conjunto parece querer desembocar en la plena abstracción aunque con un original toque de realidad. Cuadro muy influyente para artistas posteriores, una indiscutible obra maestra, Museo Reina Sofía.
3- MUJER CON ABANICO de María Blanchard
Tras un inicial período de formación en Madrid, la pintora cántabra se trasladó a París y se puso en contacto con las corrientes modernistas del momento, desarrollando una etapa cubista en donde nunca llegaron a desaparecer del todo las referencias figurativas.
De esta época es el cuadro seleccionado, un muy atractivo lienzo en donde parecen tomar cuerpo las angustias y depresiones de su autora, una mujer que ha sido rescatada para la historia española del arte en tiempos recientes.
El motivo de un abanico descompuesto sirve a la autora para plasmar una dramática exposición cromática basada en los contrastes de los tonos amarillos y rojos.
La construcción es decididamente monumental dentro del llamado cubismo figurativo. Una joya de lienzo del Museo Reina Sofía.
4- RETRATO DE LUIS BUÑUEL de Salvador Dalí
El cuadro supone un punto de ruptura con el cubismo adoptado en años anteriores y una vuelta a la figuración por parte del artista de Cadaqués, cualidad que caracterizará su obra en la década de los años veinte.
Tanto la figura del retratado como el paisaje del fondo son de construcción meramente sintética, con una atmósfera general un tanto enigmática y misteriosa. Aunque puede ser una obra considerada de la llamada pintura verista, para muchos especialistas, el surrealismo ya está presente en esta obra de Dalí.
La pintura presenta contornos duros, colores fríos y distanciadores pero llenos de una atractiva seducción. Existe una cierta melancolía desprendida en el metafísico paisaje del fondo, quizás como reacción a los tumultos futuristas.
5- ESCARGOT, FEMME, FLEUR, TOILE de Joan Miró
Uno de los cuadros más conseguidos de Miró en donde se destaca el difuminado del color del fondo en contraste con las formas que se nos aparecen en primer término. Las palabras, dibujadas de forma ondulante y expresiva, parecen dotar de unidad a ambos planos.
En el lienzo se valora especialmente el color — negro y rojo — y la figura, dentro de un horizonte onírico muy del gusto surrealista. La obra, además, nos invita a desatar los límites impuestos a nuestra imaginación, liberándonos del lenguaje y del discurso y siendo dueños del código y del mensaje.
Los objetos no dejan de ser proyecciones de la mente a través de una serie de lenguajes y de esos códigos que la propia obra propone.
6- GUERNICA de Pablo Picasso
Poco que contar acerca de uno de los cuadros más famosos de todos los tiempos. De esta legendaria obra hablamos detalladamente en otra sección de este blog.
7- RITMO CON OBLÍCUAS EN BLANCO Y NEGRO de Joaquín Torres García
Más conocido por desarrollar el estilo del universalismo, la carrera de Joaquín Torres empezó a los 17 años cuando su familia abandonó Montevideo y se instaló en Barcelona, ciudad en la que estudió Bellas Artes y en la que colaboró con Gaudí antes de trasladarse a Nueva York y París.
En esta obra, las formas geométricas irregulares evocan las estructuras arquitectónicas primarias. El dramático contraste entre luces y sombras en los planos crean un efecto de profundidad y volumen.
Existe algún eco de los trabajos de la arquitectura incaica en lo relativo a los oscuros límites entre los compartimentos que parecen dar la impresión de bloques de piedra alienados.
8- OTOÑOS de Pablo Palazuelo
Artista esencial dentro del llamado constructivismo español, las obras de Palazuelo acusan fuerte influencia de Mondrian, Klee y Kandinsky. Su producción, en sintonía con la conocida abstracción geométrica, es muy peculiar y está dotada de un gran sentido poético.
Esta pintura es de austera tonalidad y rigurosa estructuración, apreciándose ya ese mencionado lirismo y delicadeza que tomará cuerpo en los años venideros.
Palazuelo se sirve de la llamada familia de formas, series que utiliza como medio para profundizar en el conocimiento de la materia. Durante la fase de elaboración de esta pintura, Palazuelo se interesó en su aproximación al análisis de la materia tanto en la filosofía presocrática como en la de la corriente musulmana sufí.
9- GRITO Nº7 de Antonio Saura
Una de las obras más conocidas y emblemáticas del autor en donde se advierte toda su fuerza y expresividad pictórica. Sin color, en blanco y negro, el pincel recorre el lienzo con tal vehemencia que permite que el propio grito interior explosione en todo el cuadro.
Existen efectos de chorreado muy propios de la conocida como art painting, aunque el personalismo de Saura, nunca abandonando del todo la figuración, consigue una perfecta simbiosis entre abstracción y realismo.
La pintura refleja un sentimiento acusador sobre una presunta España negra y gris de aquel tiempo. Aragonés como Goya, hereda en línea directa el expresionismo desgarrador de éste, configurándose como el gran maestro español de expresionismo abstracto.
10- FIGURA TUMBADA de Francis Bacon
Es el pintor emblemático de la corriente figurativa surgida en Europa tras la guerra, con grandes dosis de informalismo material.
En este cuadro se aprecia esta característica, rehuyendo el autor de formas artísticas concretas. Bacon plasma el período particularmente angustioso de una Europa destrozada por la guerra y con las secuelas de una dramática postguerra.
Mucho se le ha criticado al autor sus excesos en las deformaciones de las figuras humanas, llegándose a pensar que nos encontramos ante verdaderas figuras de cadáveres. En casi todas sus obras se insinúa la idea de la muerte y sus propias figuras parecen tener dicha conciencia.
Para muchos, Francis Bacon sigue siendo un pintor maldito. Para mí, es uno de los más grandes autores del siglo XX, un artista empeñado en descubrirnos su particular y muy peculiar verdad.
Centro de Arte Reina Sofía, información de interés
Teléfono y dirección del museo:
Calle Santa Isabel, 52
28012 Madrid
Tel. (+34) 917741000
El precio de para disfrutar de un día genial en el museo Reina Sofía es de 10 euros si se compra en las taquillas del mismo, y de 8 euros si la compra se realiza de manera online a través del móvil o en el ordenador. Al igual que ocurre con el Museo del Prado, se puede comprar también una entrada válida para dos días, con un precio es de 15 euros.
¿Qué día es gratis?
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía: Gratis de 19:00 a 21:00 los lunes y de miércoles a sábado (los martes cierra) y los domingos de 15:00 a 19:00. Puedes ver más museos gratis aquí.
Si te han gustado las pinturas que hemos seleccionado del Museo Reina Sofía comparte en las redes sociales para que otras personas disfruten del arte.
En Arte Contemporáneo me cuesta más elegir, sé mucho menos aún. Me encantan Miró y Picasso y ese último de Bacon también es uno de mis favoritos.
Creo que ya te dije que estuve en el Georges Pompidou en este viaje, ¿qué me dices de Matisse y de Kandinsky?
Besos
Me das una idea para próximas entradas de este tipo, Amalia.
Matisse es un pintor que acepto, sin más. Pero Kandinsky figuraría en una lista de mis diez predilectos.
Besos, muchos besos
LEITER
Maria Blanchard es impresionante!!!