En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar el tercer movimiento — Presto — de la Sonata Op. 25, nº5 del compositor Muzio Clementi, una obra que está entre las mejores de sus 64 sonatas para piano (Aquí se excluyen las sonatinas). De estilo variado en cuanto al piano, su tono es inusualmente oscuro y sus tres movimientos en escala menor la convierten en una pieza intensa y melancólica de considerable patetismo, especialmente en el movimiento central. La interpretación corre a cargo de la pianista canadiense Angela Hewitt, una consumada especialista del período clásico que también ha completado la grabación completa de la integral para piano de Bach.
El piano es un instrumento de nacimiento moderno y decididamente voluntarista que surge de los esfuerzos de los constructores de instrumentos para evitar los inconvenientes que el clavecín tenía. Si bien en un principio pretendió ser una especie de clavecín mejorado, con el transcurrir del tiempo sus principios constructivos llegaron a ser muy diferentes. El clavecín, al igual que otros instrumentos afines, había sido muy útil durante el Barroco pero empezó a perder esa cualidad en el siglo XVIII por dos razones importantes: Al tener poco volumen sonoro, su manifestación era del todo evidente en salones de cámara con pocos instrumentos. Pero los escenarios musicales se fueron agrandando paulatinamente y las orquestas se nutrieron con más instrumentistas, con lo que el clavecín, sustentador de toda la armonía, apenas se escuchaba. Por otra parte, la capacidad dinámica del clavecín era muy reducida justo cuando los compositores empezaron a distinguir estructuralmente entre sonidos fuertes y pianos, aspecto que no se podía desarrollar en un clavecín. Es por ello que el piano se empieza a denominar como pianoforte por esa capacidad de contraste. Ya en 1711, Scipione Maffei habla de un nuevo instrumento al que denomina gravicembalo col piano e forte. Aún así, no existe un real inventor del piano sino un trabajo complementario de constructores. Pese a que Bartolomeo Cristofori (1655-1731) fue uno de los primeros músicos en componer piezas para el pianoforte, fue realmente Muzio Clementi (1752-1832) el primer gran compositor que escribió para este instrumento.
Muzio Clementi nació en Roma el 24 de enero de 1752 y ya desde muy temprana edad fue considerado como un niño prodigio, hasta el punto de que a los trece años «fue comprado» a su padre italiano por un millonario inglés que acabó llevándolo a Inglaterra, donde estudió clavicémbalo durante siete años. Trasladado a Londres en 1774, se convierte en el mejor intérprete de teclado de toda Inglaterra. En 1779 publica sus Sonatas, Op. 2, unas piezas que posteriormente fueron reeditadas como Sonatinas. En 1781, tuvo lugar un célebre duelo pianístico en Viena que enfrentó a Clementi con Mozart y que fue finalizó en tablas. Si bien Clementi siempre tuvo elogiosas palabras hacia el salzburgués, no puede decirse lo mismo de Mozart hacia el italiano. Tras escribir sus 2 Sinfonías, Op. 18 y las 6 Sonatas para piano, Op. 25, Clementi se retira de los escenarios, regresa a Inglaterra y se centra primero en la enseñanza y posteriormente en una editorial de música y en una fábrica de pianos (Longman, Clementi & Co.). En 1802, empieza una gira de ocho años por toda Europa con el objetivo de promocionar sus empresas.
Un extraordinario acontecimiento sucede en 1807, cuando el propio Beethoven le cede los derechos de publicación de muchas de sus obras (Hay quien ve en esta circunstancia el hecho de que Beethoven compusiera mucha música de cámara en su última época destinada al mercado británico, al estar allí radicado Clementi). A partir de 1810, Clementi se centra exclusivamente en la composición y en la fabricación de pianos, siendo nombrado en 1813 director de la recién fundada Sociedad Filarmónica de Londres. En 1826 culmina su obra Gradus ad Parnassum, una extensa y muy famosa colección didáctica que fue ampliamente usada durante el siglo XIX y XX por los estudiantes de piano. Trasladado en 1830 a Evesahm, allí falleció dos años después, el 10 de marzo de 1832. Fue enterrado en la catedral de Westminster con un epitafio que reza El padre del pianoforte. En la actualidad, su figura está siendo paulatinamente rehabilitada y hoy ya nadie pone en duda la influencia que ejerció sobre Beethoven en sus Sonatas para piano. Nuestro humilde homenaje a este gran músico.
Gracias por tu siempre maravilloso «guiño de domingo». No era Clementi un desconocido pero sí le tenía muy olvidado así que he disfrutado mucho reescuchándole.
Besos
Tortura de estudiantes primerizos de piano pero excelente compositor.
Gracias a ti, Reina Amalia.
Besos, muchos besos
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Gracias por recordar a Muzio Clementi, un GRAN compositor injustamente valorado por la Historia de la Música. Y gracias por el regalo del movimiento final de la sonata en fa # menor op. 25 n° 5, un prueba de su genio musical.
Humildemente quiero corregir un error que se deslizó en la semblanza de Clementi : Las sonatas que posteriormente fueron publicadas como sonatinas son las pertenecientes al Op. 4. Las sonatas del Op. 2 constituyen un conjunto de obras musicales muy significativas, pues se consideran las primeras piezas para teclado en el que la técnica del piano se concreta por primera vez alejándose de la técnica clavecinista que imperaba todavía en la época (1770).
No entiendo el párrafo que dice que Clementi «Tras escribir sus 2 Sinfonías, Op. 18 y las 6 Sonatas para piano, Op. 25, Clementi se retira de los escenarios, regresa a Inglaterra y se centra primero en la enseñanza y posteriormente en una editorial de música y en una fábrica de pianos (Longman, Clementi & Co.). » Entre el Op. 18 y el séxtuple Op. 25 hay muchos opus; pero además Clementi siguió componiendo intensamente después de su regreso a Londres. Además de muchísimas sonatas para piano (por ej. las Op. 40) parece que compuso alrededor de 20 sinfonías de las cuales sólo 4 llegaron hasta nuestra época.
Bienvenido, Augusto César Carracedo.
Le doy las gracias por la corrección en cuanto al Op. 2 y Op. 4, en lo que estoy seguro de que me hice un soberano lío que afortunadamente se ha aclarado con este comentario.
En cuanto a lo del párrafo también parece que se desliza alguna confusión por mi parte, aunque lo que realmente quería destacar es que no se retiró a nivel a creativo, como muy bien has indicado Augusto, sino que puso freno a sus giras — no así en viajes dedicados a la promoción de sus pianos — y se centró en la editorial. Sin embargo, llegó a realizar un último viaje — Italia y Viena — en 1827. En lo relativo a las sinfonías, algunos especialistas afirman que el abandono de las mismas por sus descendiente provocó que se perdieran, de forma lamentable, la mayor parte de las mismas. Al parecer, algunos fragmentos de sus sinfonías conservados en Washington y Londres han sido completados por Alfredo Casella.
Muchas gracias por el comentario y las consiguientes aclaraciones, Augusto.
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