No pocos han sido los directores de orquesta que han alternado la dirección con la composición, al menos, en alguna fase de su trayectoria artística. Efectivamente, los estudios formales de composición resultan casi imprescindibles para acceder a una carrera de dirección orquestal dado que su contenido teórico (armonía, contrapunto, fuga, etc…) suele ser requisito casi imprescindible para optar a cursos de dirección orquestal. Modernamente, la figura del director-compositor más famosa que nos viene a la mente en un primer momento posiblemente sea la del americano Leonard Bernstein. Pero no es la única, ni mucho menos. A lo largo de todo el siglo XX, una buena parte de los compositores más destacados tomaron parte en las clases de una dama francesa a la que le gustaba que la llamasen Madmoiselle, a secas. Aquella persona no fue otra que Nadia Boulanger, tal vez la docente más competente y famosa de buena parte de la centuria. Pero Nadia Boulanger no sólo se dedicó con exclusividad a la docencia, sino que también dirigió orquestas con regularidad, aparte de componer, y fue una de las primeras mujeres en subirse al podio al frente de relevantes formaciones norteamericanas. Su polifacética figura forma parte, con todo el derecho, del devenir de la historia de la música en el siglo XX.
Juliette Nadia Boulanger nació el 16 de septiembre de 1887 en París en el seno de una familia muy musical en la que los padres eran profesores del Conservatorio de París. De esta forma, Boulanger comenzó su formación musical a los seis años de edad de la mano de su madre para ya en 1897, con apenas diez años, ingresar en el Conservatorio de París para estudiar armonía y composición bajo la tutela de los profesores Paul Vidal, Charles Marie Widor y Gabriel Fauré. También estudió órgano de forma privada con Vierne y Guilmant. Con una carrera meteórica como estudiante — llegó a conquistar los primeros premios de armonía, contrapunto, fuga, órgano y acompañamiento pianístico del conservatorio — en 1908 logró el segundo puesto en el Premio de Roma con una cantata (paradójicamente, su hermana Lili, tutelada por Nadia, ganó el primer premio en 1913, la primera mujer en hacerlo) y desde ese mismo instante Boulanger decidió establecerse como profesora y compositora en sus ratos libres. Su carrera docente la inició en el Conservatorio Femina-Musica de París y posteriormente en la École Normale de Musique. Ya a partir de 1921, Boulanger fue invitada a unirse al Conservatorio Americano de Fontainebleau, una escuela de verano patrocinada por americanos. También por esta época fue presentando sus primeras composiciones relevantes que incluían música instrumental, canciones, música orquestal y una ópera.
Tras la muerte de su hermana Lili en 1922, Boulanger abandonó la composición y se centró en la docencia y en la dirección, especialidad esta última en la que ya había debutado en 1912. Fue a partir d 1925 cuando Boulanger hizo su primer viaje a los EEUU, estrenando la Sinfonía para Órgano de Copland y comenzando allí su trayectoria como directora de orquesta. Boulanger fue la primera mujer en dirigir a la Orquesta Sinfónica de Boston y a la de Nueva York, siendo una de las mejores intérpretes de la música de Fauré. También en 1938 fue la primera mujer en dirigir un concierto de la Royal Philharmonic en Londres y ese mismo año dirigió en Washington el estreno mundial del Dumbarton Oaks Concerto de Stravinski. Boulanger vivió en los EEUU desde 1940 hasta 1946 y, aparte de desarrollar allí su carrera como directora, enseñó en los más prestigiosos centros como la Juilliard School y la Universidad de Yale. De regreso a Francia en 1946, Boulanger fue nombrada profesora de acompañamiento en el Conservatorio de París y en 1950 directora del Conservatorio Americano de Fontainebleau, cargos que sumó a los de docente eventual en la Yehudi Menuhin School de Londres y maestra de capilla en el Principado de Mónaco, puesto éste que conservó hasta el final de su vida. Acaparadora de innumerables doctorados honoris causa por varias universidades europeas y norteamericanas, Boulanger finalmente falleció el 22 de octubre de 1979 en Fontainebleau a la edad de 92 años.
Nadia Boulanger fue una de las personalidades más influyentes de todo el siglo XX en el campo de la docencia y muchos de sus alumnos (Carter, Berkeley, Copland, Lipatti, Markevitch…) llegaron a ser destacadas figuras en el campo de la composición y de la interpretación. En la faceta estrictamente interpretativa, Boulanger realizó una serie de grabaciones del repertorio de música antigua que tuvieron una gran repercusión, siendo una de las primeras directoras en acometer la grabación de madrigales de Monteverdi y de algunas obras de la música renacentista francesa. Su producción discográfica no fue extensa aunque a día de hoy es solicitada por los aficionados más exigentes. También abordó el género operístico (Charpentier y Rameau) y se acercó a los formatos menos conocidos de autores como Brahms. Muchos de sus alumnos aún describen el increíble oído musical de Boulanger así como su prodigiosa capacidad memorística. Por desgracia, algunos de sus discos recientemente aparecidos no parecen ser oficiales aunque en ellos se puede percibir un sonido muy delicado y un fraseo limpio y natural.
De entre la producción discográfica debida a Nadia Boulanger podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Distintas piezas camerísticas de Lily Boulanger dirigiendo el Ensemble Instrumental (BBC LEGENDS 4026); fragmentos de Medea de Charpentier, junto a Kolassi, Sautureau, Derenne y Conrad, y dirigiendo el Ensemble Instrumental (IDI 6493); Requiem de Fauré, junto a Price, Case y Preston, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la BBC (BBC LEGENDS 4026); Concierto para piano de Françaix, junto al propio Françaix al piano y dirigiendo la Orquesta de la Sociedad Filarmónica de París (DUTTON 9778); y, finalmente, selección de Madrigales de Monteverdi dirigiendo el Ensemble Instrumental (IDI 6493). Nuestro humilde homenaje a esta gran profesora y directora de orquesta.