Determinados directores de orquesta representan la contrafigura del maestro divo y pagado de sí mismo. Estos directores se caracterizan por mantener una actitud crítica contra la dictadura del mercado y por mantener un incontestable rechazo hacia la sociedad de consumo. Ello provoca, en cierto modo, un aislamiento profesional que en absoluto significa el más mínimo desdoro de sus capacidades artísticas. En ocasiones, estos directores adoptan decisiones del todo heterodoxas en virtud de su desdén hacia los convencionalismos musicales. El suizo Peter Maag decidió alejarse durante una temporada de su actividad musical para ingresar en un monasterio budista en Asia. Hombre humanista y dotado de una vastísima cultura, Maag sólo decidió regresar a los podios cuando un colega suyo — Antal Dorati — tuvo que cancelar sus conciertos en Japón debido a una inoportuna enfermedad. Desde entonces su carrera se desarrolló sin sobresaltos pero con el rigor de su profesionalidad.

Ernst Peter Johannes Maag nació el 10 de mayo de 1919 en la localidad suiza de St.Gallen y en el seno de una familia en donde el padre ejercía como pastor luterano mientras que la madre era violinista en el Cuarteto Capet. Maag estudió literatura, filosofía y teología en las universidades de Ginebra, Zurich y Basilea, mientras que su formación musical estuvo tutelada por Czeslaw Marek en Zurich y por Alfred Cortot en París. A partir de 1942 Maag estudió dirección orquestal con el profesor Franz von Hösslin y un año después accedió al puesto de repetidor y maestro de coro en el Teatro Cívico Suizo de Biel-Solothurn desde donde rápidamente progresó hasta el puesto de primer director. Maag abandonó dicho cargo en 1946 y durante los años siguientes amplió su formación musical en París y Roma, tomando parte de los cursos de dirección impartidos por Ansermet y Furtwängler y dirigiendo eventualmente algunas orquestas, como la Suisse Romande. En 1952 relevó a Ansermet como primer director de la Ópera de Düsserldorf hasta que tres años después se hizo cargo de la Ópera de Bonn, institución en la que destacó por realizar una programación nada convencional y muy novedosa. En 1959 Maag abandonó su puesto en Bonn y ese mismo año debutó en el Covent Garden y en el Festival de Edimburgo con sendas óperas de Mozart, compositor del que acabaría convirtiéndose en un celebrado especialista. Fue entonces cuando Maag decidió adoptar una resolución del todo personal: Abandonó toda actividad artística para ingresar en un monasterio budista de Hong-Kong con el objeto de reorientar su vida y su carrera musical.

Tras dos años de retirada, Maag retornó en 1961 dirigiendo una producción mozartiana en la Ópera Lírica de Chicago y convirtiéndose en un muy requerido director invitado en Europa, América y Japón. Entre 1964 y 1968, Maag fue designado director de la Volksoper de Viena para posteriormente dirigir el Teatro Regio de Parma en 1972 — mismo año en donde se presentó en el Metropolitan — y el Teatro Regio de Turín en 1974. Desde entonces Maag se convirtió en un director muy apreciado en Italia y su presencia fue requerida en numerosas ocasiones para dirigir en La Scala. Profesor en la Academia Chigiana de Siena desde 1968, Maag fue galardonado con la Medalla Toscanini en 1969, con la Medalla Verdi en 1973 y con la Batuta de Toscanini en 1975. Durante esos años dirigió con frecuencia a las numerosas orquestas de radio italianas y desde 1982 estuvo vinculado a la Orquesta Nacional de España en calidad de principal director invitado (Maag se mostró en España como un director solvente y de oficio, aunque carente de la chispa necesaria como para prender grandes entusiasmos). A partir de 1983 Maag estuvo al frente de la Orquesta de Padua y del Veneto, mientras que de 1984 a 1991 fue también el director titular de la Orquesta Sinfónica de Berna, alternando dichos cargos con una incesante actividad como director invitado por todo el mundo. Tras más de setenta años dedicados a la interpretación musical, Peter Maag falleció el 16 de abril de 2001 en Verona luego de haber puesto fin a su carrera el año anterior.

Maestro muy apreciado por su buen hacer y extenso repertorio, Maag fue un director que siempre rehuyó de los círculos más mediáticos y tal vez por ello su figura no sea en la actualidad del todo conocida por un amplio sector de los aficionados más jóvenes. Su reputación internacional se asentó mediante sus celebradas interpretaciones de Mozart en las que llevó a cabo una gran combinación de impulso y elegancia, dotando a dichas partituras de un alto valor de frescura y espontaneidad. En su repertorio también destacaron Mendelssohn, Verdi y, en menor medida, Schubert. Maag fue un director de considerable tacto musical cuya trayectoria, especialmente al final de su vida, reflejó en cierto modo sus prioridades musicales por encima de cualquier obligado añadido. Maag se sintió mucho más cómodo en los estudios de grabación que sobre los escenarios y en virtud de ello fue un director que nos legó un magnífico catálogo discográfico en donde algunas de sus versiones son del todo referenciales. Para ciertos críticos, la carrera de Maag podría haber tenido una mayor relevancia de haberse dedicado en exclusiva a su mayor especialidad, la ópera.

De entre la producción discográfica debida a Peter Maag podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Sinfonía nº6 de Beethoven dirigiendo la Orquesta de Padua y el Veneto (ARTS MUSIC 47370 — integral sinfónica); Sinfonía nº103 de Haydn dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Suiza Italiana (Vídeo con referencia desconocida); Vivaldiana de Malipiero dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Veneto (MARCO POLO 8223397); Manon de Massenet, junto a Pavarotti, Freni, Zerbini y Ricciardi, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (OPERA D´ORO 1164); Concierto para piano nº23 de Mozart junto a Walter Klien y dirigiendo la Orquesta de la Volksoper de Viena (VOX BOX 3609); Serenata nº9 de Mozart dirigiendo la Orquesta de la Suisse Romande (TESTAMENT 1318); El rapto del serrallo de Mozart, junto a Frick, Handt, Stich-Randall y Haefliger, y dirigiendo la Orquesta de la RAI de Milán (ARTS MUSIC 43085); Così fan tutte de Mozart, junto a Martin, Krenn, Braun y Stich-Randall, y dirigiendo la Orquesta de la RAI de Roma (ARTS MUSIC 43035); Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, junto a Bacquier, Mesplé, Harper y Bakocevic, y dirigiendo la Orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires (OPERA D´ORO 1331); La hora española de Ravel, junto a Tappy, Mollet, Luchini y Olsen, y dirigiendo la Orquesta de la RAI de Turín (ARTS MUSIC 43040); selección de piezas de Johann Strauss dirigiendo la Orquesta de la RAI de Roma (ARTS MUSIC 43036); y, finalmente, Luisa Miller de Verdi, junto a Caballé, Pavarotti, Céline y Reynolds, y dirigiendo la Orquesta Filarmónica Nacional (DECCA 64612). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.