Contados son los directores de orquesta, y mucho más en los tiempos presentes, que anteponen su formación por encima de cualquier otra consideración que sirva para elevar el nivel de su popularidad artística. En la actualidad, numerosos aspirantes a figuras de la dirección abarcan estilos y repertorios dictados por los mandamases de la industria fonográfica que en absoluto resultan convenientes dada la gran madurez que se requiere para afrontar los mismos con plenas garantías. Que un chico sin cumplir los treinta años de edad y con apenas cinco de trayectoria afronte la grabación integral de las sinfonías de Bruckner, por poner un ejemplo, sólo puede obedecer a los intereses de una voraz industria que no entiende que la dirección orquestal es un proceso de constante y progresiva maduración. De esta forma, muchas jóvenes y rutilantes estrellas de la dirección se apagan en años posteriores debido a la mala planificación de una carrera cuyo único objetivo fue el de la más inmediata popularidad. Son directores que no aportan nada nuevo al firmamento interpretativo y que se ven obligados a reorientar sus carreras justo en el momento en que deberían progresar hacia la máxima madurez artística. Por contra, otros maestros enfocan su trayectoria con la máxima humildad y procurando no dar pasos en falso. Uno de estos directores es el británico Sir Andrew Davis, un hombre fiel a sus principios musicales y con la debida paciencia y sabiduría para manejar con corrección los tiempos.
Andrew Frank Davis nació el 2 de febrero de 1944 en Ashridge, condado de Hertford, aunque su familia se trasladó poco más tarde a Chesham y Watford, ciudad esta última donde Davis estudió en la Junior Royal Academy of Music para pasar en 1963 al Royal College of Music de Cambridge, institución en la que Davis amplió su formación musical y organística bajo la tutela del profesor David Willcocks. Graduado en 1967, Davis obtuvo una beca del gobierno italiano y partió hacia Roma para asistir a los cursos de dirección orquestal impartidos por Franco Ferrara en la Academia de Santa Cecilia. A su regreso a Inglaterra en 1969, Davis fue seleccionado por Sir Charles Groves para tomar parte en el seminario de jóvenes directores de orquesta de Liverpool, circunstancia que facilitó su nombramiento un año más tarde como director asociado de la Orquesta Sinfónica de la BBC de Escocia durante un par de temporadas. Ese mismo año de 1970, Davis se vio obligado a sustituir de urgencia a Eliahu Inbal al frente de la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres durante la representación de una obra de Janacek en la que apenas tuvo tiempo para dirigir los ensayos. El éxito de esta cita fue tal que Davis fue requerido para dirigir varios conciertos del ciclo de los Proms que sirvieron para consolidar su fama en Inglaterra. Ya en 1973, Davis fue nombrado director asociado de la London Philharmonia Orchestra y realizó también su debut en el Festival de Glyndebourne merced a una triunfal representación de una ópera de Richard Strauss. Habiéndose comprometido como principal director invitado de la Royal Philharmonic Orchestra de Liverpool en 1974, ese mismo año Davis debutó en los EEUU dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de Detroit para un año más tarde ser nombrado director de la Orquesta Sinfónica de Toronto en sustitución de Victor Feldbrill, cargo en el que se mantuvo hasta 1988. Ese mismo año, Davis regresó a Inglaterra para hacerse cargo de la dirección musical del Festival de Glyndebourne y un año más tarde de la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres.
Bajo su mandato, la Orquesta Sinfónica de la BBC desarrolló una novedosa programación que contrastó de lleno con el criterio tradicionalista de su antecesor, Sir John Pritchard, llegando a intercalar fragmentos de ópera durante los conciertos y dando a conocer la obra de compositores poco frecuentes en esta institución, como Hindemith, Janacek, Messiaen o Weill. La popularidad de Davis se vio reforzada mediante su presencia en sucesivas ediciones de Last Night of the Proms y por una serie de giras internacionales a lo largo de Europa y Norteamérica. Por otra parte, Davis se mostró en Glyndebourne como un gran especialista del repertorio operístico eslavo aparte de dirigir con maestría producciones de Mozart, Richard Strauss y Alban Berg. Siendo un director muy requerido para actuar como invitado de las más prestigiosas formaciones de Europa y América, en 1995 Davis fue designado co-director de la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo, junto a Paavo Järvi, cargo en el que se mantuvo hasta 1998. Dos años más tarde, Davis renunció a sus compromisos en Londres para asumir la dirección musical de la Ópera Lírica de Chicago, posición que aún mantiene y en donde ha cosechado sonados triunfos, como cuando en 2005 dirigió por primera vez en Chicago el ciclo completo de El Anillo de Wagner. Nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico en 1999, Davis fue designado en 2005 asesor musical de la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh, cargo al que tuvo que renunciar en 2008 por sus numerosos compromisos operísticos. No obstante, a partir de 2013 Davis se hará cargo de la Orquesta Sinfónica de Melbourne — formación que carece de director fijo desde 2009 tras la renuncia de Oleg Caetani — en calidad de director principal y artístico. En la actualidad, Sir Andrew Davis tiene fijada su residencia en Chicago.
Director especializado por igual en el repertorio sinfónico británico contemporáneo y en el mundo operístico, Sir Andrew Davis es una de las figuras más atractivas de la dirección de orquesta en la actualidad pese a ser un tanto desconocido para muchos aficionados tal vez porque su ámbito de actuación se ha centrado casi con exclusividad en el entorno anglosajón. (En ocasiones se le confunde con su homónimo director cinematográfico e incluso con Sir Colin Davis). Director muy eficaz y solvente, sus interpretaciones gozan de una intensa musicalidad y de un alto grado de compromiso que provoca entusiasmos inquebrantables. Comunicativo y de gesto muy amplio, su técnica de batuta es vigorosa y en ocasiones acompaña sus dictados con una gesticulación muy acusada y extrovertida en el plano facial, y con enormes arqueos de tronco. Según la opinión de los especialistas, Sir Andrew Davis es uno de los mejores traductores de la música de Elgar, Delius, Vaughan Williams y, especialmente, de Tippett, aunque su repertorio también abarca a los grandes autores sinfónicos de principios del siglo XX con mayor predilección hacia la música eslava.
De entre la producción discográfica debida a Sir Andrew Davis podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Toccata y Fuga en re menor de Bach — orquestación de Henry Woods — dirigiendo la Sinfónica de la BBC (KULTUR 4388); Eugenio Oneguin de Chaikovski, junto a Drabowicz, Prokina y Thompson, y dirigiendo la Filarmónica de Londres (KULTUR 2283); Suite Iberia de Debussy dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la RAI (vídeo de referencia desconocida); Rusalka de Dvorak, junto a Anna María Martínez y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Chicago (vídeo de referencia desconocida); El sueño de Gerontius de Elgar, junto a Langridge, Rogers y Miles, y dirigiendo la Sinfónica de la BBC (KULTUR 4082); Requiem de Fauré, junto a Lucia Popp y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (SONY 87771); Zadol the Priest de Haendel dirigiendo la Orquesta del Festival de Glyndebourne (EMI 28379); Los planetas de Holst dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Toronto (EMI 64300); Katia Kabanova de Janacek, junto a Davies, Gustafson y Palmer, y dirigiendo la Filarmónica de Londres (KULTUR 36); selección de obras orquestales de Messiaen dirigiendo la Sinfónica de la BBC (JADE 36352); La clemenza di Tito de Mozart, junto a Montague, Putnam, Mahé y Rose, y dirigiendo la Filarmónica de Londres (ARTHAUS 100407); Concierto para piano nº2 de Rachmaninov, junto e Evgeni Kissin y dirigiendo la Sinfónica de la BBC (vídeo de referencia desconocida); Le Comte Ory de Rossini, junto a Massis, Woodman, Shaulis y Laho, y dirigiendo la Filarmónica de Londres (KULTUR 2983); Fantasía concertante sobre un tema de Corelli de Tippett dirigiendo la Sinfónica de la BBC (APEX 3890982); y, finalmente, selección de obras orquestales de Vaughan Williams dirigiendo la Sinfónica de la BBC (ULTIMA 84070). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.