El mundo de la interpretación musical ofrece numerosos campos de actuación pese a la dificultad que entraña desarrollarse artísticamente en al menos uno de ellos. De esta forma, músicos que inicialmente enfocaron su carrera como solistas terminaron por blandir una batuta o viceversa. Es más, casos ha habido en los que un simple aficionado a la ópera ha terminado cantando en los grandes coliseos gracias al, por lo general, casual descubrimiento de alguno de tantos buscadores de diamantes en bruto que desde siempre han merodeado el mundo de la interpretación musical. Es por ello que las circunstancias a veces determinan el futuro artístico de cualquier intérprete. El caso de Antonino Votto fue especialmente significativo. Orientado en un principio al virtuosismo pianista, tomó contacto con la batuta y llegó incluso a trasladarse a América para aprovechar sus oportunidades. Llegó a ser un magnífico director de ópera, sin duda, pero también un excelente profesor de música en Milán que tuvo bajo su tutela a distinguidos alumnos.
Antonino Votto nació el 30 de octubre de 1896 en Piacenza, Italia, e inició su formación musical en el Conservatorio de San Pedro de Nápoles bajo la tutela de los profesores Longo y De Nardis. Desde muy pronto destaca como un portentoso pianista y en vista de ello debuta en Trieste en 1919 para posteriormente ejercer como profesor en el conservatorio. Poco tiempo después, Votto partió hacia Roma y se presentó como concertista en la Academia de Santa Cecilia para luego volver a la docencia en el Conservatorio de Milán entre los años 1919 y 1921. Durante este último año, Votto se inicia en las tareas de dirección orquestal y consigue ser maestro sustituto en el Politeama Rossetti de Trieste para más tarde pasar a ser director asistente de Héctor Panizza en el Teatro Colón de Buenos Aires. Pero su gran oportunidad como director le surge en 1923, cuando Toscanini le nombra su asistente en La Scala, coliseo en donde Votto consigue debutar ese mismo año con una producción de Puccini. De todas formas, los primeros grandes éxitos como director los obtiene en el Covent Garden y en el Teatro de Udine con obras de Puccini y Boito. Tras estos triunfos, Votto inicia una carrera internacional que le lleva a Barcelona, Praga, Bélgica, Holanda, Ginebra y El Cairo durante toda la década de los años treinta, alternando dichas actuaciones con esporádicas intervenciones en La Scala. Merced a dicha actividad, Votto logra una extraordinaria consideración como director operístico de su época.
A partir de 1941, Votto ocupa una cátedra de dirección orquestal en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán que mantendrá hasta 1967, teniendo como alumnos a Claudio Abbado y Riccardo Muti entre otros. No obstante, la actividad artística de Votto se vio un tanto frenada como consecuencia de la guerra y sólo a partir de 1948 empieza a dirigir con regularidad en La Scala, entidad en donde Victor de Sabata ejercía como director musical. Fue a partir de los años cincuenta cuando Votto inició una gran actividad discográfica junto a la diva Maria Callas que sería excelentemente acogida por crítica y público, aunque también contó con algunos detractores. Instalado como rival artístico de De Sabata y de jóvenes promesas en ciernes como Giulini o Cantelli, Votto alternó sus intervenciones en La Scala con actuaciones en otros grandes coliseos como Florencia, Verona y la Ópera Lírica de Chicago. En 1967, Votto puso punto final a su cátedra de dirección en Milán al tiempo que cerró sus intervenciones en el mítico coliseo lombardo. Durante sus últimos años, Votto limitó sus intervenciones artísticas a esporádicas actuaciones hasta su fallecimiento en Milán el 9 de septiembre de 1985 a la edad de 88 años.
Considerado como uno de los máximos protegidos de Arturo Toscanini, la carrera de Antonino Votto como director operístico tuvo su punto álgido durante los años cincuenta de la pasada centuria gracias a sus registros para el sello EMI en colaboración con Maria Callas y a indiscutibles triunfos con dicha diva en celebradas interpretaciones en La Scala, entidad en donde colaboró con enorme éxito por espacio de dos décadas. Pero no todo fueron parabienes para Votto, ya que también fue censurado por un sector de la crítica que le achacó un exceso de sentimentalismo en algunas de sus ejecuciones. Con todo, Votto se mostró como un músico muy versátil — en sus primeros años como director nunca abandonó del todo sus recitales pianísticos — cuya labor docente en el Conservatorio de Milán fue unánimemente elogiada y reconocida por futuras figuras de la dirección como Abbado y Muti.
De entre la producción discográfica debida a Antonino Votto podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Beatriz de Tenda de Bellini, junto a Sutherland, Dondi, Campora y De Palma, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (OPERA D´ORO 1259); La Sonámbula de Bellini, junto a Callas, Morresi, Cossotto y Zaccaria, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (BRILLIANT CLASSICS 93961); Norma de Bellini, junto a Callas, Cartura, Del Monaco y Zaccaria, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (MYTO 153); Mefistófeles de Boito, junto a Siepi, Poggi, Cossotto y Ricciardi, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (GALA 746); Poliuto de Donizetti, junto a Callas, Corelli, Carbonari y Bastianini, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (OPERA D´ORO 1228); Andrea Chénier de Giordano, junto a Callas, Del Monaco, Protti y Zanolli, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 882252); Cavalleria rusticana de Mascagni, junto a Di Stefano, Simionato y Guelfi, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (OPERA D´ORO 1230); La Gioconda de Ponchielli, junto a Callas, Barbieri, Amadini y Silveri, y dirigiendo la Sinfónica de la RAI de Turín (REGIS 3004); La bohème de Puccini, junto a Scotto, Modesti, Gobbi y Giorgetti, y dirigiendo la Orquesta del Mayo Musical Florentino (DG 576702); La fanciulla del West de Puccini, junto a Corelli, Gobbi, Frazzoni y Sordello, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (MYTO 61110); Tosca de Puccini, junto a Corelli, Ercolani, Heredia y Taranto, y dirigiendo la Sinfónica de la RAI de Turín (HARDY 4036); Turandot de Puccini, junto a Di Stefano, Testa, Carteri y Modesti, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (BRAVISSIMO OPERA 9912); La vestale de Spontini, junto a Callas, Corelli, Sordello y Stignani, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (MELODRAM 20047); Aida de Verdi, junto a Di Stefano, Simionato, Guelfi y Stella, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (IDI 6565); Don Carlo de Verdi, junto a Poli, Bastianini, Barbieri y Neri, y dirigiendo la Orquesta del Mayo Musical Florentino (MYTO 993210); Ernani de Verdi, junto a Domingo, Ghiaurov, Meliciani y De Palma, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (MYTO 51304); La forza del destino de Verdi, junto a Di Stefano, Siepi, Gencer y Carturan, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (MYTO 1215); La traviata de Verdi, junto a Scotto, Ricciardi, Bonato y Carbonari, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (DG 894002); Un ballo in maschera de Verdi, junto a Callas, Di Stefano, Gobbi y Barbieri, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 56320); y, finalmente, fragmentos de Tristán e Isolda de Wagner, junto a Maria Callas y dirigiendo la Orquesta del Festival de Atenas (EMI 67917). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.