* Escrito en 1809 bajo unas circunstancias realmente complicadas
* Estrenado en Leipzig en mayo de 1811
* EFECTIVOS ORQUESTALES: 2 flautas, 2 óboes, 2 clarinetes, 2 fagots, 2 trompas, 2 trompetas, timbales y sección de cuerda
* Duración aproximada de la ejecución: Entre 38 y 40 minutos
Para aproximarse a la literatura concertística de Beethoven es preciso realizar un análisis previo de su técnica compositiva. A grandes rasgos, dicha técnica, pese a ser adoptada por la mayoría de los compositores románticos, no tiene en verdad auténticos seguidores. Beethoven llevó la construcción musical a un estadio absolutamente desconocido durante el clasicismo. Sus temas son absolutamente personales y en algunos casos carecen de materia melódica y suelen ser extraordinariamente cortos aunque repletos de consecuencias. Como muy acertadamente ha señalado el compositor y erudito español Tomás Marco, «si para los clásicos la concepción de la forma sonata se basaba en un juego bitemático que afectaba a dos temas distintos pero generalmente no opuestos, a partir de Beethoven lo importante es que los temas sean fuertemente contrastantes». Para Beethoven, la música no es sólo una forma constructiva, sino también una forma emocional y expresiva que salvo en raras ocasiones pretende ser descriptiva. Beethoven fue el primero que reivindicó para sí el título de poeta sonoro — Tondichter — y en muy buena medida lo fue. Tras haber dado forma en 1806 del profundamente lírico Concierto nº4 para piano, en 1809 Beethoven aborda su última composición de este género musical, otra obra maestra absoluta que contrasta con su precedente por su alto desarrollo heroico.
El Concierto para piano nº5 se escribió durante 1809 bajo unas penosas circunstancias en el corazón de Beethoven: Su comienzo coincidió con los preparativos de guerra en Austria y su elaboración se vio interrumpida por el bombardeo y la ocupación de Viena. El primer movimiento se concluyó cuando fue firmada la paz en Viena el 14 de octubre y no deja de llevar los estigmas de esta agitada época de liberación nacional. De hecho, los borradores de este primer movimiento desde 1808 hasta abril de 1809 están salpicados con expresiones como: Auf die Schlacht Jubelgesang (Canto de triunfo para la lucha), Angriff (Ataque) o Sieg (Victoria). Contra todo lo que se ha escrito al respecto, NADIE sabría explicar porqué a este concierto se le ha llamado El Emperador. Muchas opiniones convergen en la figura del compositor inglés Cramer, pero esto no está nada claro. De cualquier manera, lo que es seguro es que no fue Beethoven quien definió así el concierto. Tras su fugaz presentación en Leipzig, la obra se dio a conocer en Viena el 12 de febrero de 1812 con Czerny al piano. La partitura ya estaba publicada desde mayo de 1811 por la casa Breitkopf und Härtel bajo el número de opus 73 y con dedicatoria al archiduque Rodolfo.
El Concierto nº5 para piano de Beethoven rompió del todo con el género habitual del concierto — circunstancia ya apuntada en el concierto precedente — y la obra no se concibe única y exclusivamente para resaltar la virtuosidad del solista, sino que más bien se trata de una sinfonía con la participación de un piano. Desde las primeras notas Beethoven rompe con las normas dejando la introducción al piano que preludia largamente como si improvisara (Brahms copió literalmente esta estructuración en su Segundo Concierto). Si el Concierto nº4 de Beethoven, no menos innovador, anunciaba ya la superación del género, este Quinto Concierto lo realiza magistralmente. La parte solista exige sin duda el gran instrumento moderno de concierto que aún no reclamaban los conciertos de Mozart ni los primeros del propio Beethoven. Para muchos especialistas, esta obra, junto con la Novena, supone la cima artística de Beethoven, al menos en el terreno sinfónico.
La versión que hemos seleccionado para seguir con la audición de esta obra corresponde a la ejecutada por el inolvidable pianista canadiense Glenn Gould acompañado por la Orquesta Sinfónica de Toronto dirigida por Karel Ancerl. La versión es grandiosa y escuchar — y ver — a Gould es todo un espectáculo. Sin duda, Glenn Gould ha sido uno de los pianistas más grandes de toda la historia. Los vídeos se solapan de una manera tan extraña que intentamos mantener la pista en los tres enlaces que insertamos. Como versiones alternativas, ofrecemos también la lectura de Vladimir Horowitz acompañado de la Orquesta Sinfónica de la RCA VÍCTOR dirigida por Fritz Reiner y la de Krystian Zimerman acompañado por la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Leonard Bernstein. En estos casos, para seguir la obra en su totalidad basta con pinchar los números sucesivos de las distintas series.
DESARROLLO DE LA OBRA
– PRIMER MOVIMIENTO – Allegro (Lamentablemente, el vídeo se corta en los acordes finales y prosigue en el siguiente): El concierto comienza con una resplandeciente cadencia del instrumento solista sobre un acorde de la orquesta que parece una improvisación libre. Esta introducción se encadena con un tutti que afirma inmediatamente la amplitud sinfónica de la obra y sus dimensiones (Cerca de 600 compases sólo en este movimiento). La propia tonalidad, Mi bemol mayor, era la preferida de Beethoven para los temas heroicos (Fue también adoptada en el primer movimiento de la Heroica). Un sentimiento de intenso júbilo impregna el tema principal que casi se ve acoplado a un segundo de matiz pianissimo con un lejano aire a marcha fúnebre, al principio en modo menor y luego reafirmado en el mayor por la madera. El movimiento está enteramente concebido en la forma sonata pero considerablemente ampliado en sus desarrollos, formados por distintas variaciones entre el piano y la orquesta que van recorriendo un enorme ciclo armónico. Los temas se van convergiendo y oponiendo en una especie de dialéctica de la fuerza y del sentimiento. Dentro de la escritura pianística, hay que resaltar la gran extensión del teclado así como la importancia de los trinos, susceptibles de asumir una frase melódica completa (Impresionante el sentido de la musicalidad de Beethoven). Después de la reexposición, una breve cadenza dialogante entre piano y orquesta nos conduce hacia la conclusión. No podemos sino considerar este movimiento como de musicalmente perfecto.
– SEGUNDO MOVIMIENTO – Adagio un poco mosso (A partir del minuto 0.19): ¿Qué podemos comentar acerca de esta admirable meditación en la tonalidad de Si mayor? La cuerda dibuja un tema de religiosa gravedad, al modo de coral, caracterizado por su absoluta sencillez melódica. Sobreviene luego un amplio canto del piano en este mismo clima, con trinos en ascenso cromático, que planea por encima de la orquesta y parece interrogarla para después responderla. Una discreta intervención de las trompas preludia el encadenamiento, por modulación en armónica, con el final en donde el piano sugiere el motivo principal del tercer movimiento. Todo este movimiento parece un compromiso musical que linda con la más absoluta espiritualidad. Contra lo que se pueda imaginar, los apuntes manuscritos de este movimiento demuestran el elaborado trabajo que Beethoven dispuso para dejarlo en su forma actual.
– TERCER MOVIMIENTO – Allegro ma non troppo (A partir del minuto 7. 53 del anterior vídeo y continúa en este): Este rondó final presenta un irresistible arranque fundado en la oposición rítmica binaria (Mano derecha del piano) con la ternaria (Mano izquierda) que enseguida toma un aire de danza popular. A lo largo del movimiento, la parte solista y muchos de los tutti de la orquesta muestran un brío realmente enloquecedor. Un largo trino del piano, sobre si bemol, preludia la repetición. Es por ello que la estructura musical adquiere ciertos tintes de improvisación. Al final, un redoble de timbales en medio de un gran silencio sirve de preámbulo a los últimos acordes que dan toda su profundidad al triunfo definitivo de la expresión misma. Jamás se podría creer, escuchando la unidad de este concierto, que su composición se viera interrumpida durante meses por los desastres de la guerra. Obra maestra del género sin posible discusión.
VERSIONES RECOMENDADAS
– Arturo Benedetti-Michelangeli acompañado de la Orquesta de la Radio de Estocolmo dirigida por Sergiu Celibidache. FONO (Majestuosa versión de dos genios, cada uno en su puesto. Impresionante Benedetti, grandioso)
– Alexis Weissenberg acompañado por la Filarmónica de Berlín dirigida por Herbert von Karajan. EMI (Monumental lectura de dos especialistas en Beethoven. De referencia)
– Edwin Fischer acompañado por la Philharmonia Orchestra dirigida por Wilhelm Furtwängler. EMI (Histórica versión que en absoluto ha perdido frescura. Descomunal el acompañamiento orquestal de Furtwängler)
– Alfred Brendel acompañado de la Filarmónica de Viena dirigida por Sir Simon Rattle. PHILIPS (Gran acoplamiento de solista y orquesta. Curiosa combinación de instrumentos originales y de época)
– Daniel Barenboim acompañado de la Philharmonia Orchestra dirigida por Otto Klemperer. EMI (Versión elegante y compacta a más no poder)
– Krystian Zimerman acompañado de la Filarmónica de Viena dirigida por Leonard Bernstein. DG (Portentoso talento el del pianista polaco. Embriagador Bernstein)
– Claudio Arrau acompañado por la Staatskapelle Dresden dirigida por Sir Colin Davis. PHILIPS (Uno de los testamentos musicales del gran Arrau. Sublime. Incluso Davis se contagia de tanto arte)
Por contra, no terminan por satisfacerme del todo las versiones debidas a Emil Gilels acompañado de la Orquesta de Cleveland dirigida por Georg Szell. EMI (Grandísima dirección orquestal y excelente lectura pianística, pero da la sensación de que cada uno va por su lado) y la de Maurizio Pollini acompañado de la Filarmónica de Berlín dirigida por Claudio Abbado. DG (Al contrario, el pianista está muy por encima de una dirección un tanto nerviosa). Por supuesto, estas no son sino meras apreciaciones subjetivas sin ninguna pretensión vinculante.
como dije no me gusta el violín leiter, y tampoco demasiado el piano -el instrumento de la burguesía, alguien lo llamó-, y así como el concierto de mendelsohn es una excepción para oír en lo que a mi respecta para el violín, este concierto lo es para para el piano, y su nombre, dondequiera y por quien sea se haya originado, creo que está merecido…
lo disfruto en la versión de arrau y davis…
En Beethoven todo es especial, pero creo que el número 5 resultó gigante en Él. El «Emperador», la Sinfonía en Do menor, la «Frühlings…»
Todo el Concierto «Emperador», como una de las Obras Musicales más brillantes jamás escritas, revela en cada nota la grandeza que yacía en la mente y el corazón de su Compositor. No hay duda que Beethoven no era un simple mortal, aunque padeciese de muchas debilidades humanas.
Es el Concierto que en sí mismo lo reúne todo: los ideales más nobles que el Hombre, como Creación de un enigma poderoso -DIOS si se le quiere así denominar- el Heroísmo, el Amor, la Lucha, la Victoria, la Bondad…los más altos valores que el Supremo Bien ha concebido, se traducen en la monumental partitura de Beethoven. Ahora mismo le he estado escuchando y no puedo reprimir la emoción que tal Música produce en mi corazón…
A las versiones recomendadas yo añadiría la de Vladimir Ashkenazy junto a la Orquesta Sinfónica de Chicago y la dirección de Sir Georg Solti, en el sello DECCA que contiene además, los restantes Cuatro Piano Concertos de Beethoven.
Un Imperial abrazo.
Sin duda es una versión excelente la que citas, Iván.
Pero a mi Ashkenazy es un pianista que siempre me ha ofrecido muchas dudas.
Un abrazo, Iván
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para la integral de los cinco conciertos, mi catálogo señala como emblemática la versión de serkin con bernstein y la new york phila…
lo que imagino será de agrado de frank!!!
Estoy seguro de que, efectivamente, tu elección será agrado de Frank.
Se me olvidó poner otra versión de relevancia: La de Kempff con Van Kempen.
Un abrazo, Hugo
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Ayer descubrí este blog buscando datos sobre la Sonata para clarinete y piano de Poulenc. Leí tu texto y me interesóp bastante. Tanto que seguí repasando tus comentarios anteriores. Son mucho más que notas al programa. Me gusta haberte descubierto, y hasta a lo mejor nos conocemos, pues he frecuentado mucho la zona de Alcántara en Madrid. He trabajado durante mucho tiempo en Radio Clásica. Te he incluido en «mis favoritos» y a partir de ahora te visitaré. Gracias.
Gracias a ti por el comentario y bienvenido, José Ramón.
La verdad es que viví durante mi juventud en la calle Alcántara, lugar en donde se hallaba el verdadero bar, el de mi difunto padre. Luego me fui más arriba, a Montesa y Francisco Silvela. Volví a la Calle Alcántara hace unos seis años y contra mis deseos. Pero, en fin, los hombres proponen y las mujeres…
Saludos y gracias de nuevo, José Ramón.
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Éramos casi vecinos, pues yo vivo en General Pardiñas, aunque ahora volvemos a vivir en el mismo litoral. Soy de Cádiz y allí paso la mitad de mi tiempo, contemplando «el humo de los barcos». He oído tantos «Emperadores» que no sé con que versión quedarme. Quizás estoy de acuerdo contigo en la genialidad de Benedetti-Michelangeli y en la decisión de Arrau. He disfrutado, sin embargo, en vivo -a otro nivel, claro está-, con Joaquín Achúcarro, y también con el joven Perianes bajo la dirección de Barenboim. Tiempo, lugar y gente…
¡Bendita tierra, Cádiz!
Un abrazo, amigo José Ramón.
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Este concierto me gusta mucho, sobre todo el segundo movimiento. He estado escuchando a Gould y tiene una manera muy particular de tocar que no es del todo de mi agrado. Seguro que estoy diciendo alguna burrada pero francamente me ha puesto un poco de los nervios. Toca divinamente por supuesto, eso está fuera de duda, es una impresión muy subjetiva la mia.
La versión que a menudo escucho es la de Eugene Kissin con la dirección de Davis.
Intentaré encontrar alguna versión de las que recomendáis.
En Spotify encontré el concierto nº 5 por pianista que me gustó una barbaridad, Sir Clifford Curzon.
Los dos conciertos rebosan energia y ganas de vivir, son una inyección de fuerza. Los escucho a menudo.
a propósito del comentario de zarza leiter, entre las versiones legendarias de la orquesta de la bbc, hay un «emperador» de 1971 dirigido por boulez en el royal festival hall y curzon como solista, algo más rápida que la de arrau-davis en dresde…
siempre me ha parecido que los ingleses tienden a sobrevalorar a sus compositores e intérprtes, ¿cual es tu opinión sobre curzon?
Clifford Curzon fue un pianista SENSACIONAL y PORTENTOSO. Uno de los mejores intérpretes de Mozart y un no menos magnífico traductor de Beethoven. Por extraños motivos que no acierto a entender, su labor y méritos artísticos estuvieron siempre un punto por debajo de otras figuras más rutilantes aunque no mejores. No fue un tipo dado a los excesos mediáticos y eso lo acabó pagando, injustamente claro está.
A mí me parece un fuera de serie, un fenómeno como pianista.
LEITER
Corrijo que estaba medion dormida anoche, el concierto de Curzon que encontré en Spotify es el 4º en una grabación con la Wiener del sello Decca y la dirige…tachaaan… Knappertsbusch, así que de rápido ni lo sueñen, la estoy escuchando ahora y parece que le falta un poco de cuerda jajajajaja, perdón Kna!, en serio, me chifla.
Tengo una consulta y una sugerencia: la consulta, que quizás Iván Paixao o Leiter puedan iluminarme: ¿la versión del Concierto Emperador (Weissenberg, Filarmónica de Berlín y Karajan) es la única que grabó Karajan? Busqué en el sitio web de DG y no figura ninguna grabación para dicho sello.
Y para sumar dos sugerencias, otras dos versiones del Concierto (ustedes dirán): Friedrich Gulda con la Filarmónica de Viena dirigida por Horst Stein; y Rudolf Serkin con la Filarmónica de Nueva York dirigida por Bernstein.
Saludos desde el barrio Don Orione
Mario, a mí me sale que Karajan grabó ese concierto con Weissenberg y la London Philharmonia, no la Berliner.
De las otras versiones, es difícil elegir ya que ambas son superiores. No obstante me quedo con Serkin y Bernstein.
A ver si Gato e Iván, que saben de versiones más que nadie, nos echan una mano en lo de Karajan.
Un abrazo, amigo Mario
LEITER
Mi buen Leiter, hay una confusión: la grabación que indicas en la entrada, es la que Karajan hiciera con la Berliner Philharmoniker y Weissenberg en el piano; tal grabación es del año 1969.
Existe otra grabación que Karajan hiciera con la Philharmonia y Walter Gieseking al piano, por alla en 1951.
Ambas son del sello EMI.
De un plumazo no me viene a la mente otra grabación de este mismo Concierto por Karajan y estoy casi seguro que no existen más, pero por vía de las dudas consultaré mi listado y tendré un dato más preciso en unos instantes, no te preocupes de ello Mario. Diste con el tipo correcto.
Abrazos amigos Leiter y Mario.
Es con mucho placer que registro no haber cometido un error cuando indiqué que tan sólo existen dos grabaciones del Concierto Emperador de Beethoven hechas por Karajan: en los años 50 con Gieseking y la Philharmonia y en los años 70 con Weissenberg y la Berliner, ambas con el sello EMI.
No existen más grabaciones ni oficiales, no oficiales o por casualidad.
Un fuerte abrazo.
Tienes toda la razón, amigo Iván. Ocurre que crucé los nombres de Gieseking y Weissenberg haciéndome un soberano lío.
Es que ya me estoy haciendo viejo…
Un abrazo, buen amigo
LEITER
Con los años viene la Sabiduría.
No lo olvides.
Te abrazo.
Sí, claro, pero también los achaques…
Mi abrazo, admirado Iván
LEITER
Leiter e Iván, muchísimas gracias a los dos por sus respuestas, será buscada pues esa grabación.
Saludos desde Don Orione
Leiter, me encanta el post, este concierto es una maravilla. A mi me encanta la versión de Zimmerman. Glenn Gould nunca me ha terminado de convencer para la interpretación de autores clásicos como Mozart y Beethoven, aunque solo es mi opinión. De todas formas no hay duda del portento que es Gould, quien pudiera tocar a su nivel jeje. Saludos
¿Qué tal, Rubanetti?
Yo tuve la oportunidad de escuchar a Zimerman en directo con el Segundo de Brahms y te puedo confesar que me dejó alucinado ese pianista, un portento de musicalidad y técnica. Coincido totalmente contigo en la apreciación.
Gould me gusta sobre todo para Bach aunque, como bien dices, sobre gustos… Pero también creo coincidir contigo sobre que no es el intérprete más idóneo para Mozart y Beethoven. Gulda me parece un pianista excelente para el primero.
Gracias por tu apreciación, Rubanetti.
LEITER
Un saludo para todos….
Alguna vez lo anote en este magnifico Blog y con el respeto que me merecen las grabaciones anotadas por ustedes, vuelvo y lo repito «ninguna de aquellas se compara a la versión de Robert Casadesus y la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam bajo la batuta de Hans Rosbaud». A quienes les interese, dicha Grabación se encuentra en el sello Deutsche Grammophon -DG-.
Gracias,
¿Qué tal, Camilo?
Excelente versión, sin lugar a dudas, de la que dejo el enlace referente a la misma en YouTube.
Saludos
LEITER
Siento mucho llegar tan tarde hasta aquí, pero últimamente además de muy mayor (con muchos más achaques que sabiduría) no estoy ni para dar migas a un gato. JAJAJA
No me atreveré a añadir absolutamente nada con relación a los aspectos musicales del “Concierto” a lo apuntado en el post por el Maestro Leiter. Solo diré que prefiero el “Cuarto” al Emperador, pero esto no quiere decir que no me guste, simplemente creo que aquél es mejor que éste.
Para variar me voy a meter un poco con Iván, para que no se me duerma: “En Beethoven CASI todo es especial”. Beethoven es mi compositor favorito, a años luz del siguiente, pero tampoco hay que mitificar a nadie, ni siquiera a Beethoven, y mucho menos a Karajan JAJAJA
Este concierto, muy posiblemente el más famoso jamás escrito (lo que demuestra el mal gusto del vulgo), ha sido grabado hasta la saciedad.
Además de las versiones ya citadas yo destacaría, por orden alfabético no de preferencia; de entre las antiguas, Alceo Galiera con Arthur Schnabel y la Orquesta Filarmonía, Bruno Walter con Rudolf Serkin y la Filarmónica de Nueva York, Karl Böhm con Elly Ney (una fabulosa pianista prácticamente muy injustamente olvidada) y la Filarmónica de Viena, y Rudolf Kempe con Wilhelm Kempff y la Filarmónica de Berlín; de la época media, Colin Davis con Stephen Bishop Kovacevich y la Sinfónica de la BBC, Ferdinand Leitner con Bruno-Leonardo Gelber y la Orquesta Filarmonía, George Szell con Leon Fleisher y la Orquesta de Cleveland, Leopold Ludwig con Emil Gilels y la Orquesta Filarmonía, Otto Klemperer con Claudio Arrau y la Orquesta Filarmonía, Seiji Ozawa con Christopf Eschembach y la Sinfónica de Boston, Sergiu Celibidache con Arturo Benedetti Michelangeli y la Orquesta Sinfónica de París, y Zubin Metha con Alfred Brendel y la Orquesta Pro-Música de Viena; y de entre la más modernas, Ivan Fischer con Richard Goode y la Orquesta del Festival de Budapest, Jiri Belohlávek con Paul Lewis y la Sinfónica de la BBC, Kent Nagano con Till Fellner y la Sinfónica de Montreal, Nikolaus Harnoncourt con Pierre-Laurent Aimard y la Orquesta de Cámara de Europa, y Osmo Vänskä con Yevgeny Sudbin y la Orquesta de Minnesota.
Como ven hay donde escoger y revolver.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para toda la parroquia.
Elgatosierra
«Solo diré que prefiero el Cuarto al Emperador, pero esto no quiere decir que no me guste, simplemente creo que aquél es mejor que éste…»
Gato, suscribo tu opinión pero añado que, en lo que a mí respecta, el Cuarto es tan complicado técnicamente como el Emperador. Simplemente me tira más el Cuarto por una cuestión de gustos del todo personal. Y, por supuesto, ello no implica que el Emperador no me guste. Todo lo contrario. Me encanta.
Un abrazo
LEITER
Hay personas que tienen una mancha NEGRA en su destino…y la mía, es GATOSIERRA!
Tranquilo, amigo Iván. Todos necesitamos a un ELGATOSIERRA en nuestras vidas para frenar nuestros excesos reverenciales. Lo curioso es que yo suelo coincidir en casi un 99% con sus opiniones… Incluidas las aludidas a… Bueno, tú ya me entiendes. El otro día escuché una Cuarta de Chaikovski dirigida por the only best, Celibidache, y te garantizo que es hasta el momento la versión más insulsa, aburrida y torpe que he escuchado de esa sinfonía. Un tostonazo insufrible, pese al magisterio habitual de Celibidache. Todos los directores, incluido Dios (perdón, Karajan) tienen su puntos débiles. La cuestión es saber si dichos puntos son mayoría — y no me refiero al salzburgués — o suponen una simple mancha en sus trayectorias artísticas. Pero te garantizo que todos los directores, sin excepción, la han pifiado en algún momento.
Un abrazo, amigo Iván
LEITER
Tranquilo tú, mi buen Leiter. No me tomes al pie de la letra lo dicho; ya sabes, qué sería de mi destino si no hubiera esa «mancha negra» maullando irreverentemente…
Creo que la vida sería muy aburrida.
Pifias? Qué más que aquella de 1939 en Bayreuth, ante la plana mayor del Gobierno? Y ya sabes a lo que me refiero.
Abrazos a tí y al Gatúbelo. Ya hableremos de Strauss.
Miauuuuuu…, aquí la “mancha NEGRA” del amigo Iván. Me habían llamado de todo pero “mancha NEGRA” nunca. Y eso es porque tú me miras con buenos ojos. JAJAJA
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para toda la parroquia.
Elgatosierra
La versión de Elly Ney y Karl Böhm es un documento de inegualable valor, particularmente por el primer movimiento.Fue grabada durante un concierto en plena gloria hitleriana de Ney y al borde del apocalipsis. Me sigue gustando mucho Klemperer con Barenboim mucho antes de que a este s ele ocurriera pasarse a director, algo que nunca entenderé.
Me gustaría escuchar y tener esa versión del Doctor Böhm junto a Elly Ney. De qué año es?
En estos días no me encuentro «apto» para hacer mis intervenciones acostumbradas. Cosas que suceden.
Ya me repondré y vendré por las últimas entradas, cuyos títulos, se me antojan hechizantes.
Media Vita in Morte Sumus.
Se trata de un concierto transmitido por la radio austriaca no recuerdo si en el 44 o en el 45 y la verdad es que se nota la tensión regnante, el Doctor Böhm se sale totalmente de su visión habitual de la obra y parece al borde del precipicio, en cuanto a Elly Ney es alucinante, se está desmoronando su mundo pero que artista más grande en beethoven…ha sido publicada por Tahra ( Paris) en un album homenaje al joven Böhm y no se si existe otra publicación. A ver si puedo hacer copias…