En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar una magnífica versión de Lontano del compositor húngaro György Ligeti. La versión del enlace, pese a que no se indica nada al respecto, parece corresponderse con una lectura debida a la Orquesta Sinfónica de la Radio del Noroeste Alemán dirigida por Günter Wand y dicha grabación se encuentra disponible en el sello PROFIL (Ref 5042). Esta obra para gran orquesta fue compuesta a comienzos de 1967 y estrenada el 22 de octubre del mismo año en el Festival de Donaueschingen bajo la dirección de Ernest Bour. En ella no se utiliza percusión alguna y los parámetros de altura de sonido y duración son secundarios con relación al timbre y al aspecto de capa sonora. Se aprecia una independencia melódica de las diversas voces que constituyen la polifonía (entendida como capa sonora) y la emergencia de pilares o puntos de apoyo realizados mediante armonías de intervalos o de sonidos precisos. Según palabras del propio autor, «lo que está escrito es la polifonía aunque lo que se escucha es la armonía». La pieza comienza con un La bemol que se prolonga durante seis compases, variando tanto el timbre como la intensidad. Después van apareciendo progresivamente una serie de sonidos parasitarios para pasar a un juego muy diferenciado de variables dinámicas sonoras que definen una serie de fascinantes perspectivas espaciales de luces y sombras. Durante los compases finales, el clímax se interrumpe bruscamente y la música entra en un estado catatónico. Obra maestra absoluta del autor, para su ejecución se precisa de un gran control de la orquesta por parte del director para mantener el flujo silencioso del delicado sonido.
A finales de los años cincuenta del pasado siglo, el férreo edificio del serialismo integral va a resquebrajarse como consecuencia de las tendencias americanas lideradas por John Cage. Si bien el serialismo se va a mantener en un primer plano durante más de una década, la aparición de Cage en Darmstadt provocó una especie de seísmo musical en las estructuras del serialismo aunque, ciertamente, dicho serialismo habría acabado por transformarse a sí mismo al ser un concepto formal y puramente arquitectónico que dejaba un poco de lado el aspecto temporal de la música. Pero, sin lugar a dudas, la irrupción en el panorama compositivo de una arrolladora vanguardia de raíz no serial procedente en su mayor parte del Este de Europa provocó las primeras fisuras en el serialismo integral estructuralista. Poco después, la oleada americana y la vanguardia no serial fueron los elementos que conformaron la llegada de la música aleatoria. Uno de los primeros representantes de estas vanguardias no seriales fue el húngaro György Ligeti.
György Ligeti nació el 28 de mayo de 1923 en Dicsöszentmarton, localidad rumana de habla húngara, y empezó una carrera de ciencias que se vio interrumpida por la legislación anti-semita, con lo Ligeti se orientó hacia la composición luego de haber perdido a toda su familia a manos de los nazis. Alumno de Farkas, Veress y Jardanyi, Ligeti llegó a ser profesor de armonía, contrapunto y análisis en el Conservatorio de Budapest entre 1950 y 1956, año en el que huye de Hungría como consecuencia de la invasión soviética. Instalado en Viena, Ligeti toma contacto con la vanguardia musical europea y colabora en el estudio de música electrónica de la WDR de Colonia, conociendo a Stockhausen y ejerciendo como profesor en los Cursos de Verano de Darmstadt y, a partir de 1961, en el Conservatorio de Estocolmo, donde acabó por ser elegido miembro de la Real Academia Música de Suecia en 1964. El uso de su música en la película 2001: Una odisea en el espacio de Stanley Kubrick en 1968 le reporta una gran fama mundial luego de haber superado una grave enfermedad un par de años antes. En 1970 vuelve a visitar Hungría y cinco años más tarde recibe el Premio Bach de Hamburgo. A pesar de todas las presiones que recibió a lo largo de su vida, Ligeti jamás adoptó un método sistemático de composición. Luego de verse aquejado de una enfermedad que lo tuvo retenido en una silla de ruedas durante sus últimos años, Ligeti falleció en Viena el 12 de junio de 2006.
György Ligeti fue uno de los escasos músicos modernistas cuya obra llegó a un amplio público gracias a la desconcertante variedad de estilo y técnica. Sus fuentes de inspiración abarcan desde la filosofía de Popper a las paradojas de Escher, pasando por la geometría fractal de Mandelbrot. Su obra parte de la herencia de Bartok para practicar una original técnica basada en la escucha estadística que le reveló como uno de los compositores mundiales más importantes de su generación. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su figura.
Pese a lo ardua que su música llega a ser para mí, coincido sinceramente en la jerarquía de Ligeti entre los compositores del siglo pasado. Es curioso que haya sido un arte tan popular como el cine el que más de una vez propulsara la obra de artistas tenidos como «exigentes». Como si el hecho de estar «desprevenido» le permitiera al auditor otra conexión con esta música, y una sintonía efectiva con su mensaje. Kubrik usó también música de Ligeti en su último (enigmático) filme, Eyes Wide Shut.
Gracias por la entrada, querido leiter, un abrazo!
Siempre que escucho a Ligeti intento convencerme antes (sobre todo después de leer esta entrada) que se trata de un gran cinetífico de la música y por tanto su música debe de ser respetada.
Pero aún así me resulta muy difícil. Creo que algo de culpa tiene Kubrick. 2001 me viene a la mente enseguida. No puedo evitarlo. Y coincidirás conmigo, Leiter, que se trata de un film bastante esquizofrénico y claustrofóbico (por decirlo de algún modo). Por lo que su música termina adquiriendo esas características para mí.
En fin, abrazos!
Ligeti es un caso ciertamente paradójico: Es uno de los compositores modernos que presenta mayor aceptación popular y su música es una de las más elaboradas y complicadas, no ya de asimilar, sino de analizar. Que su obra se haya visto favorecida por formar parte de bandas cinematográficas es un hecho anecdótico que revela que el acceso a la música contemporánea no es tan difícil como algunos piensan. Y, en verdad, ello se ha venido produciendo desde siempre: ¿Acaso no asociamos Las Cuatro Estaciones de Vivaldi a esos casposos vídeos que nos presentan diversas escenitas de las estaciones del año?
Yo no entiendo mucho de cine, amigo Frank, pero creo que 2001 es caustrofóbicamente buena. Trata, sin embargo, de disasociar la película de la música.
Un abrazo, Joaquín y Frank
LEITER
Te escribo desde El Quincenal de Hungria, http://www.quincenal.hu, una publicacion digital en espanol sobre asuntos hungaros. El caso es que nos gustaria publicar tu articulo sobre Ligeti en nuestro proximo numero, y claro, contar con tu correspondiente autorizacion.
Desde ya, muchas gracias,
Sebastian Santos
Editor
Por supuesto, no hay ningún problema y pueden ustedes publicar todo aquello que quieran sobre el contenido de este blog sin tener que pedir de nuevo autorización.
Saludos
LEITER