Mejores pinturas del museo Chicago Art Institute
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Dentro de nuestro periplo por América, ofrecemos hoy la decimoquinta entrega de esta serie dedicada a seleccionar las diez obras más representativas de las más importantes pinacotecas del mundo, el Chicago Art Institute.
Hacemos parada en Chicago, la moderna capital de Illinois que se encuentra a orillas del lago Michigan, y nos adentramos en uno de los mejores museos estadounidenses, el Chicago Art Institute, probablemente la pinacoteca que reúne la mejor colección de pintura impresionista del mundo fuera de Europa.
Este museo es muy peculiar, ya que en el mismo se exponen principalmente pinturas de estilo medieval y de estilo impresionista, es decir, obras de épocas muy distantes entre sí.
El museo se fundó en 1879 y desde 1893 se ubica en un edificio de estilo neo renacentista diseñado por un gabinete arquitectónico de Boston. Con esta entrada, atesoramos ya 150 cuadros de quince museos del mundo:
Así, hasta ahora, hemos visitado El Prado, El Louvre, La Galería de los Uffizi, La National Gallery londinense, El Rijksmuseum de Amsterdam, El Orsay parisino, el Metropolitan de Nueva York, la Alte Pinakothek de Munich , el Museo Thyssen-Bornemisza, el Kunsthistorisches de Viena , el Hermitage de San Petersburgo , el Reina Sofía, la Pinacoteca di Brera en Milán y el MOMA neoyorquino… Y los que nos quedan.
Cumplimos así los deseos de la madrina de este blog, Amalia, de quien hemos recibido la bendición para seguir con esta serie que comenzó con la idea de salvaguardar las mejores obras de la pintura universal ante el advenimiento de una presumible catástrofe cósmica que resultó ser un camelo… Bromas aparte, a ver si os gusta mi selección de hoy.
1- LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN de El Greco
Es imposible dejar de pensar en otra conocida Asunción, la de Tiziano, a la hora de contemplar este cuadro. La pintura fue concebida para decorar el retablo mayor de Santo Domingo el Antiguo en Toledo, pero fue vendido en 1830 y sustituido por una copia. El original llegó hasta Chicago y fue el primer cuadro de El Greco expuesto en tierras norteamericanas. El cuadro presenta la misma disposición que el ya mencionado de Tiziano, con dos escenas, terrenal y celestial, que quedan vinculadas por la impactante figura de la Virgen. La obra destaca por la extraordinaria expresividad de los figurantes, aspecto en el que El Greco era un consumado maestro, y en el inconfundible y luminoso cromatismo.
2- SAN ROMÁN DE ANTIOQUÍA de Francisco de Zurbarán
La historia que narra este cuadro de Zurbarán es del todo escalofriante: San Román de Antioquía fue un diácono cristiano que murió en el año 303 durante las persecuciones ordenadas por el emperador Galerio. Cuenta la leyenda que al pobre Román le seccionaron la lengua para impedir que siguiera haciendo prosélitos. Pero el bueno de Román, que para eso era santo, siguió hablando sin lengua… Un niño llamado Barulas, al contemplar la escena, declaró la divinidad de Cristo y fue por ello igualmente martirizado. En este cuadro, el artista muestra a San Román sosteniendo su propia lengua con la mano derecha mientras que el niño le escucha con atención. La expresión del rostro del santo es una de las más logradas por Zurbarán en toda su extensísima producción y también resultan excepcionales los bordados de la casulla.
3- LA FIESTA CAMPESTRE de Antoine Watteau
Como suele ser tónica habitual en la producción de Watteau, este gran lienzo está ambientado en elegantes jardines aristocráticos que muestran el ambiente social del Rococó. Destacan las majestuosas tonalidades verdosas y azuladas del paisaje y una posible herencia de la pintura flamenca en cuanto a la técnica. Los personajes, ricamente vestidos y pintados al detalle, aparecen en una proporción inferior en comparación al exuberante paisaje. Existe un cierto componente erótico en la actitud de algún figurante, quien parece ajeno a las conversaciones tal vez insustanciales del resto del grupo. Watteau aplica los colores de una forma muy diluida, recurso que permite las transparencias. El cuadro aparece más oscuro de lo que fue en su origen debido a la aplicación de unos barnices coloreados que dificultan su limpieza y conservación. Aún así, me parece una obra maravillosa que, con vuestro permiso, me llevo a casa.
4- MUJER AL PIANO de Pierre-Auguste Renoir
Grandísimo óleo del que quizás fue el exponente más sensibilizado del Impresionismo. Como buen impresionista, Renoir se siente motivado para retratar escenas del todo cotidianas, evitando las mitologías e historicismos de los académicos. La joven aparece vestida con un amplio vestido blanco ribeteado en negro que el artista pinta con gran maestría, logrando captar distintas tonalidades correspondientes a las sombras proyectadas. Otro magnífico contraste es el que enfrenta el delicado y pálido rostro de la joven con el negro caoba del piano, aspecto que indefectiblemente nos recuerda a Manet, el gran referente de los impresionistas. El cuadro refleja también el interés de Renoir por la atmósfera más que por el detalle y para ello aplica una pincelada rápida y muy empastada. Emotivo y excepcional óleo.
5- LA PLAZA DE EUROPA EN TIEMPO LLUVIOSO de Gustave Caillebotte
El artista parisino, discutido aún por cierta parte de la crítica, pertenece a la escuela realista anteriormente abanderada por Courbet y Millet aunque sus obra presenta influencias del Impresionismo. De esta manera, este prodigioso cuadro refleja la realidad tal y como es en un empeño de reducir la teatralidad inherente de la pintura. Pero en este óleo, Caillebotte llega a tal dosis de hiperrealismo y maestría que consigue plasmar de manera fotográfica una calle de París. El aspecto moderno y distintivo del cuadro es evidente — recuerda mucho a Hooper — y la técnica delata el uso de colores planos. La arriesgada y profunda perspectiva puede resultar un tanto exagerada; sin embargo, Caillebotte demuestra ser un pintor valiente y no adherido a estilo pictórico alguno. El colorido del cielo y de las losetas de la calzada — observad como se «inclinan» hacia nosotros, como en una foto — están conseguidos con verdadera maestría. Obra maestra sin posible discusión.
6- TARDE DE DOMINGO EN GRAND JATTE de Georges-Pierre Seurat
Nada menos que dos años empleó Seurat en completar esta cuidada composición que arranca de formas geométricas simplificadas. Las casi cuarenta personas que aparecen en el cuadro ofrecen la sensación de estatismo y poca comunicatividad; sin embargo, la intención de Seurat es la de plasmar los estereotipos parisinos de la época, añadiendo un cierto simbolismo lascivo en la figura del mono. El contraste entre el primer plano de sombra y el fondo soleado permite crear una conseguidísima sensación de profundidad que se ve reforzada por la continua recesión de los figurantes. El cuadro tiene algo de onírico, de irreal, pero me parece fascinante. Es además un claro exponente del alejamiento temático de Seurat respecto a los impresionistas, más preocupados éstos por captar la espontaneidad y fugacidad escénica.
7- BODEGÓN CON MANZANAS Y MELOCOTONES de Paul Cézanne
Este sensacional cuadro corresponde a la época de mayor madurez del autor. Cézanne culmina su estudio del color mediante la aplicación de unas cuantas pinceladas yuxtapuestas de color. En este lienzo apreciamos como el artista expresa su teoría de que lo que realmente se ha de modular es el color y no el claroscuro, como se había hecho hasta entonces en la pintura tradicional. Otra de las características de este bello cuadro es la completa dislocación de la perspectiva en un intento de ofrecer al espectador dos puntos de vista. Si nos fijamos, el plano izquierdo no está a la misma altura que el derecho. Hasta cierto punto, y con muchas reservas, podría hablarse de un precedente del cubismo. Otro lienzo que me llevo directamente a mi casa.
8- LIRIOS DE AGUA (NENÚFARES) de Claude Monet
El cuadro pertenece a la serie de más de 250 óleos que Monet dedicó a esta serie y para cuya inspiración se fijó en los juegos de agua de su jardín de Giverny. Por algunas de estas obras se han llegado a pagar verdaderas fortunas en las subastas. Monet, ya enfermo de cataratas cuando inicia esta prodigiosa serie, se resuelve como uno de los más grandes pintores de la historia. Pocos saben que Monet ordenó importar nenúfares de Japón para su estanque de Giverny y para ello se tuvo que elevar artificialmente la temperatura del mismo, provocando las protestas de los vecinos que acudían a lavar al río que pasaba por la finca y que formaba el estanque. En este magistral óleo se advierte como la pincelada de Monet es cada vez más suelta, en un proceso que paulatinamente va a eliminar la forma en aras de una incipiente abstracción posteriormente desarrollada por otros autores. Grandioso y sublime lienzo de una serie que, con toda justicia, se ha venido llamando como La Capilla Sixtina del Impresionismo.
9- RETRATO DE PICASSO de Juan Gris
De rodillas, que estamos ante un monumento pictórico. Con este cuadro, homenaje de Gris a un compatriota que le aventajaba en edad y fama, se presentó Juan Gris en el famoso Salón de los Independientes de París. El cuadro se compone de una serie de planos cuyos bordes están delineados en firmeza y claridad. Dichos planos son construidos a base de pinceladas cuadradas de colores cálidos y fríos que Gris aplica a la superficie de la tela con una irregularidad distinta a la de la técnica empleada usualmente por Picasso o Braque. Para muchos especialistas, la adopción de esta estructura geométrica aparentemente rígida significa que Gris es el exponente más puro del Cubismo, consideración con la que estoy absolutamente de acuerdo. Prodigioso el detalle de la paleta negra sostenida por el retratado y en la que aparecen manchas de los tres colores primarios más el negro. Este cuadro, en mi opinión, forma parte de los diez mejores cuadros de la historia de la pintura española. Obra maestra sin posible discusión.
10- NIGHTHAWKS (NOCTÁMBULO) de Edward Hopper
La clave de la belleza de este cuadro radica en el uso expresivo de la luz artificial que juega sobre las formas simplificadas. La pareja — ¿A que se parecen a Humphrey Bogart y Lauren Bacall? — contempla al camarero inclinado bajo el mostrador mientras que sus manos están a punto de tocarse, escena que hace resaltar indirectamente al solitario cliente que da la espalda al espectador. Las formas geométricas curvas, acentuadas por una fachada art-déco y una luz angular, proporcionan un escenario casi teatral al grupo de figuras casi aisladas. El anuncio de cigarrillos marca Phillies — marca barata que solía venderse en gasolineras — delata que el local no es, precisamente, de gran categoría. La escena es del todo intrigante al no verse la entrada al establecimiento, por lo que el espectador parece imperativamente expulsado de la escena.
Este óleo sirve para decorar algunas historias contadas por el autor de este blog en otras categorías del mismo… Si quieres adquirir entradas para ver el museo puedes hacerlo en este enlace.
Aunque truculento, el San Román de Antioquía de Francisco Zurbarán es una verdadera obra maestra. Qué habilidad tan impresionante la del autor para lograr que la mirada se dirija a los detalles mínimos de la figura dominante del cuadro, así como a la sombra que la mano del santo proyecta en las páginas del libro. Es un trabajo que exige mucha dedicación. Llama la atención, en la parte superior izquierda de la obra, que las nubes insinúan una figura humana que asoma, bien de cabello largo, bien con un velo que recubre su cabeza. Puede ser sólo impresión mía pero creo que allí está.
En todo caso, brillante.
La Fiesta Campestre de Antoine Watteau también me gusta mucho. La escena se «desarrolla» en un bosque y no en un paraje de amplias praderas, lo cual me parece fundamental, a la hora de entender este cuadro. Al observar dicho bosque, se tiene la sensación de estar alejado de las miradas de los curiosos o de las gentes del pueblo. Si a ello se le suma la insinuación de lujuria por parte de algunos personajes que conforman la escena, tenemos ante nuestros ojos una representación, por un lado de virtud y por otra de vicio, sin que pueda establecerse nítidamente la frontera entre ambas cosas. Es como las inocentes muchachas que entre risas y cánticos se alejan para divertirse, pero una vez en lo profundo del bosque, descubren su real naturaleza de brujas medievales, que inician su aquelarre acostumbrado, bajo la mirada de Fausto y Mefistófeles.
Fantástico cuadro. Qué impresiones las que deja.
Leiter, estás enterado dela barbaridades que están ocurriendo en Salzburgo a tan sólo un mes de iniciarse el Festival de Pascua, con la representación de Götterdämmerung de Wagner? Artísticamente está bien (lo prueba esta obra sensacional), pero sobre el Festival de Verano se cierne un repugnante manto de corrupción…
Herbert von Karajan está justamente indignado con esto. Y yo también.
Abrazos, amigo mío.
Bueno, por lo que tengo entendido, existen unas irregularidades financieras que han provocado ya alguna destitución. El tema parece muy gordo… Y pensar que fue Karajan quien creó el Festival de Pascua.
A mí el cuadro que más me gusta de la selección es el de Juan Gris, aunque ya dije que el de Watteau me lo llevaba a casa.
Un abrazo, Iván.
AVISO: Sigo sin ordenador y esto parece de brujas: Cuando venía mi «hipotético» yerno Federico a mi domicilio para solucionarme la avería fue atropellado por un coche sin mayores consecuencias (Una fuerte contusión en la pierna y el lógico y tremendo susto. Se encuentra dolorido, en cama, pero bien). Así que, esto va para largo y sigo con el portátil de Celia, con lo que sólo puedo contestar de noche vuestros comentarios, aparte de que me es del todo imposible visitar otros locales. Sólo me deja una hora por la noche, la muy bruja…
LEITER
Yo no las llamaría irregularidades sino atrocidades. Es inadmisible que la herencia de Karajan se mancille de ese modo. Porqué los seres humanos a veces somos tan oportunistas?
Hago votos por la pronta mejoría de Federico.
Bueno, como andamos de brujas, voy a repasar el Malleus Malleficarum. A lo mejor allí encuentro la fórmula para que le metas un susto a Celia, je, je.
Un abrazo fuerte Leiter y dale un beijinho bien brujeril a Celia de mi parte.
Solo hacer referencia que chicago no es la capital de Illinois sino Springfield,Chicago es solo una ciudad,por todo lo demas,exelente el viaje.
Totalmente de acuerdo y asumo mi error. Chicago es la ciudad más grande y poblada del Estado de Illinois pero no así su capital, honor que ocupa Springfield. Pido disculpas por este imperdonable lapsus sólo atribuible a mi incultura geográfica.
Gracias por la aclaración, Ricardo, y bienvenido a esta casa.
LEITER